Seis traficantes de hachís y cocaína en Santander se declaran culpables para evitar la cárcel

En la sentencia que redactará la Audiencia Provincial quedará probado que uno de los condenados a un año de cárcel y 500 euros de multa, que estuvo en prisión provisional durante casi un mes, era proveedor de hachís al resto de acusados para su distribución al menudeo. En el registro realizado en su domicilio el 21 de diciembre de 2022, a las 06.25 horas, se encontraron, además de dos armas blancas y seis teléfonos móviles, diversos envoltorios de plásticos preparados para envasar marihuana o hachís, así como 65 gramos de resina de cannabis que poseía para su posterior distribución entre consumidores. La droga que se intervino está valorada en 360 euros.

En «íntima conexión» con este condenado se encontraba otro de los procesados que se encuentra en rebeldía, quien en el año 2022 realizó «numerosos actos de venta de cannabis» a consumidores como pudo ser comprobado por los investigadores en entrevista de 26 de agosto y 1 de septiembre. En el registro realizado en su domicilio se localizó, además de una virola de punta metálica, una catana, 250 euros procedentes del tráfico de drogas, un chaleco antibalas, una báscula de precisión y una navaja. A otro de los que traficaba con cannabis le incautaron en su casa 140 gramos de esta sustancia, valorados en casi 900 euros.

Además, otros tres procesados traficaban con cocaína. A uno de ellos le incautaron 6,8 gramos en su domicilio, valorados en 416 euros, y 11,72 gramos de cannabis, valorados en 69,50 euros. Y los otros dos vendían esta sustancia en la peluquería en la que trabajaban (uno era el propietario y está en busca y captura, y otro el empleado). Los investigadores pudieron comprobar como el segundo vendía una papelina de cocaína a un cliente el 14 de octubre de 2022. Además, en el registro realizado en el peluquería se localizaron 300 euros procedentes de la venta de droga, dos balanzas de precisión, una caja de cartón con numerosos recortes circulares y una bolsa de rafia con recortes de plástico en su interior.

A un séptimo implicado le encontraron en su domicilio un rifle del calibre 7 milímetros con mira telescópica en perfecto estado de funcionamiento para el que no tenía licencia, además de 487 gramos de cannabis, valorada en 3.000 euros. Y al octavo le cogieron vendiendo hachís.

Los hechos constituyen, según el ministerio público, delitos contra la salud pública de sustancias que no causan grave daño (el tráfico de hachís) y delitos contra la salud pública de sustancias que sí causan grave daño (el tráfico de cocaína).

Las penas para los cinco acusados de traficar con hachís ascendían a dos años de prisión, mientras que para los acusados por traficar con cocaína eran de cuatro años de cárcel. Sin embargo, ahora las penas se reducen a entre 20 meses y dos años de cárcel y multas de 400 a 5.000 euros, en el caso del condenado que estaba en posesión del rifle.