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Las campanadas de fin de año han traído un debate sobre si hemos (o no) cambiado de década y también una ampliación clara del permiso de paternidad: de ocho semanas ha pasado a doce, afianzándose así, un poco más, la crianza compartida. Las campanadas ... marcaban el inicio de la ampliación, y, de este modo, los bebés nacidos el 1 de enero traían consigo una especie de alegría extra para sus padres varones, quienes hace quince años disfrutaban únicamente de cuatro días de permiso, de 96 horas. Este último ensanchamiento del permiso es fruto de la aplicación de un real decreto aprobado el pasado mes de febrero por el Gobierno socialista. El decreto ha ido extendiéndose de forma progresiva: el 1 de abril se amplió de cinco a ocho semanas; el 1 de enero, de ocho a doce, y en 2021, ambos permisos -maternidad y paternidad- se equipararán: serán de 16 semanas para ambos progenitores, y serán intransferibles.
La ampliacióndel permiso, según defiende el Gobierno central, persigue un objetivo doble: por un lado, afianzar el papel del hombre en el cuidado y crianza de sus hijos, y, por otro, reforzar a la mujer en el mercado laboral, donde la maternidad sigue siendo, en muchos casos, un hecho sancionable. El coste de ampliar el permiso por nacimiento en 2020 será de 871 millones: 705 los asumirá la Seguridad Social y las empresas costearán los 166 millones restantes.
Volviendo al sonido de las campanadas, era un sonido determinante para disfrutar o no de la versión ampliada de la paternidad. Muchas de las parejas que se han convertido en padres en las primeras horas del recién estrenado 2020 -hubo siete partos en Cantabria el 1 de enero-, acudían al hospital con esa idea rondándoles.
Jorge Díez y Marta Ramírez llegaron a Valdecilla el día 31 por la tarde convencidos de que Daniel sería un bebé de 2019. Sin embargo, después de horas de espera y de una cesárea, finalmente nació el día 1. Jorge lo celebra. Cree, como su pareja, en el valor de la crianza compartida, y opina que ampliar el permiso solo puede ser positivo. «Y tendrían que ser mayores -seis meses, por ejemplo- e iguales. Habrá que hacerlo poco a poco. La idea es que los padres cuidemos de nuestros hijos el máximo tiempo posible», reclama. Silvia Fernández y José Ignacio Vázquez, sin embargo, vieron por primera vez la cara de Julia el último día de 2019. Fue un proceso largo, con más de una visita al hospital, pero ellos, padres primerizos, supieron controlarlo bien. Lo demás, que Julia llegase un poco más tarde, no estaba en sus manos. José Ignacio dice, en cualquier caso, que va a exprimir las ocho semanas que le tocan. «Ya es un avance».
Silvia Fernández y José I. Vázquez (Torrelavega)
Silvia Fernández y José Ignacio Vázquez salieron ayer de Valdecilla con su hija Julia, de apenas dos días, muy agradecidos con el hospital. «Es impresionante cómo te tratan. Nos han dado facilidades para todo. Han resuelto las dudas, nos han preguntado y explicado cada paso, y además lo han hecho con una sonrisa...», elogia José Ignacio, padre primerizo.
Julia nació en la madrugada del 31 de diciembre, así que él se ha quedado a unas pocas horas de poder acceder a un permiso de paternidad ampliado. Le quita hierro a un hecho que, a fin de cuentas, no se puede controlar: «No me da rabia, lo primero es que la niña estuviera bien, que su salud fuera buena». Ahora disfrutará de ocho semanas libres para compartir la crianza de su hija con Silvia. Confía en aprovechar al máximo ese periodo y, además, solicitará más adelante el permiso por lactancia (tras finalizar el de paternidad, el padre puede disfrutar de una hora diaria hasta que el bebé cumpla nueve meses). Cuenta para todo ello con el apoyo de su empresa, ThyssenKrupp Elevadores: «Han sido todo facilidades. Me han ayudado en todo».
Ambos coinciden en que, cuando en 2021 se igualen los permisos de madres y padres, se dará un paso de gigante. «Que los permisos sean iguales es muy importante. Es la igualdad real», declara Silvia.
Jorge Díez y Marta Ramírez (Mortera, Piélagos)
Cuando en la tarde del 31 de diciembre Marta Ramírez y Jorge Díez llegaron a Valdecilla lo hicieron con el convencimiento de que el nacimiento del pequeño Daniel se produciría en 2019. Contaban con disfrutar de las doce semanas por permiso de paternidad, pero qué se le va a hacer... Sin embargo, Marta dio a luz por cesárea a las cinco de la mañana del día 1 de enero, así que Javier podrá acogerse a la ampliación del permiso. «Ha sido, por todo, la mejor manera de empezar el año», celebra el padre desde la habitación de Valdecilla, mientras Marta, suavemente, recoloca a su hijo sobre el pecho. Profesor, Jorge disfrutará de la crianza este mes de enero y tomará otros dos más adelante. La pareja se organizará para no tener que dejar a la bebé en la guardería, al menos, hasta que cumpla nueve meses. «Los permisos no son todo lo largos que nos gustaría, pero es un gran avance», valora Marta, «con 12 semanas el padre se puede implicar más con el bebé, en la crianza compartida».
Jorge aplaude que el año que viene los permisos de padres y madres se igualen. Cree que se ha de seguir avanzando en la conciliación. ¿Cómo? «Hay que cumplir con el trabajo, pero se puede hacer con flexibilidad horaria», defiende.
Pablo González y Lucía López (Requejo)
Lucía López Menéndez tiene experiencia posando para los medios con su bebé recién nacido: su hijo Daniel, que ahora tiene seis años e inspecciona con curiosidad la habitación de Valdecilla en la que están ingresados su madre y su nuevo hermano, fue el primer niño de 2014 en la zona oriental de Asturias. Entonces, los fotógrafos retrataron a Lucía en el hospital con el pequeño, y ayer repitió la escena con Lucas, nacido el 1 de enero en Santander después de un parto rápido y sin complicaciones. Lucía descansaba ayer en la habitación junto con sus hijos, Daniel y Sergio, y su pareja, Pablo González Rodríguez, a quien la fecha del alumbramiento le permitirá disfrutar de doce semanas de permiso de paternidad. Mientras resuelve las dudas urgentes que les van surgiendo a Daniel y a Sergio sobre el bebé –«¿Por qué llora tanto?, ¿por qué hay que taparlo así?»–, Pablo bromea sobre el asunto: «Ya le dije a Lucía que hasta el 1 de enero no venía al hospital».
Por el momento ha decidido tomarse dos meses de permiso, y, más adelante, valorará cómo coger las cuatro semanas restantes. Pablo González, que defiende una ampliación de los permisos para las madres, entiende que el ambiente laboral es esencial para ejercer con desahogo este derecho a la crianza:«Depende mucho del trabajo, del respaldo de la empresa».
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