«Un sentimiento de soledad no es una causa legal para desheredar a un hijo»

Los motivos para desheredar a los hijos, la indignidad o los conflictos generados tras un divorcio serán los protagonistas de este encuentro. De herencias, precisamente, se ha hablado mucho estos meses, al hilo de la pandemia. «Un sentimiento de soledad no es una causa de desheredación», aclara López-Rendo. La definición de conceptos como abandono o falta de relación es muy confusa y, de hecho, esa «falta de relación pura y dura no es causa» según sentencia reciente para desheredar, explica la experta. Tiene, insiste, que haber causa legal. Acreditada y grave. ¿Y cuáles son? Pues atentar contra la vida de la persona que va a dejar la herencia o de su pareja, provocar lesiones, intentar forzar su voluntad ejerciendo algún tipo de violencia para que deje testamento a favor de uno, no pagar los alimentos necesarios (el caso de un hijo que deja a sus padres en una residencia y no la paga teniendo medios para hacerlo)... «Pero el hecho de desheredar -afirma López-Rendo- no es un mero capricho. Lo de la amenaza de 'te voy a desheredar' no sirve». Además, la experta recuerda que un hijo desheredado puede tener, a su vez, hijos. O sea, nietos de la persona que deja la herencia. En principio (salvo que fueran partícipes en las causas que motivan el proceso), ellos sí que heredarían.

La abogada admite que en algunas provincias españolas sí que han aumentado los procesos de desheredación y de impugnación en los últimos tiempos (más que por la pandemia, «que ha podido aumentar esas sensaciones de abandono», por situaciones planteadas en el Tribunal Supremo previamente), «pero en Cantabria el aumento de los procesos ha sido muy livano y no hay nuevas sentencias».

Los efectos de denuncias por violencia de género en aspectos como las custodias, las vistas o las estancias figuran también en la agenda de esta reunión, que cuenta con participantes como la magistrada del Tribunal Supremo Ángeles Parra Lucán, o el presidente de la Audiencia Provincial de Cantabria, José Arsuaga Cortázar. En estas jornadas también se abordarán las rupturas familiares, en particular, respecto a la guarda y custodia de los hijos y el uso de la vivienda familiar. «Cantabria -recuerdan en la organización- fue en 2021 una de las Comunidades con la tasa de disoluciones matrimoniales (divorcios, separaciones y nulidades) más alta de España, pues ocupa el sexto puesto y supera la media nacional».