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La organización conservacionista SEO/BirdLife ha alertado sobre la urgente necesidad de restaurar cinco áreas costeras en Cantabria que han sufrido una importante degradación con el paso del tiempo. Estas zonas, ubicadas en Bárcena de Cicero, Castro Urdiales, El Astillero y Noja, presentan un alto ... potencial para recuperar su biodiversidad y los servicios ecosistémicos que ofrecen. En su informe 'Áreas degradadas con posibilidades de rehabilitación en España', SEO/BirdLife identifica más de 120 espacios por todo el país y que cuentan con gran potencial para la rehabilitación ambiental, de las que cinco se sitúan en la comunidad autónoma.
El área de los Polders de Cicero en el municipio de Bárcena de Cicero, El Pendio en Castro Urdiales, la Marisma de Boo en El Astillero y la Marisma de Joyel y la de Victoria, las dos en Noja, son las zonas afectadas incluidas en el listado de dicha asociación. Estos lugares costeros, que en su conjunto suman más de 100 hectáreas, se encuentran dentro de espacios protegidos o son consideradas Áreas Importantes para la Conservación de las Aves y la Biodiversidad (IBA).
La entidad conservacionista considera que es urgente tomar medidas en estas áreas de Cantabria, ya que en todos los casos las califica con una prioridad alta o muy alta para su rehabilitación. De los cinco espacios dos tienen la prioridad muy alta, Polders de Cicero y la Marisma Victoria. En el caso de la primera tiene titularidad pública frente a la última que es de carácter privado.
En todas las áreas degradadas inicialmente identificadas es posible llevar a cabo actuaciones de rehabilitación, puesto que todas ellas cumplen con alguno o varios de los objetivos marcados en los proyectos de restauración ecológica. La asociación destaca que la rehabilitación no sólo contribuiría en los ecosistemas naturales, sino que también puede contribuir en generar beneficios sociales y económicos, como la creación de empleo en la industria de la restauración ecológica, el aumento del turismo ecológico y la mejora de la calidad de vida de las propias comunidades locales.
SEO/BirdLife destaca la importancia de restaurar estos ecosistemas para mitigar los efectos de la pérdida de biodiversidad y recuperar servicios esenciales como la regulación del clima y la protección costera. El nuevo Reglamento europeo de Restauración de la Naturaleza, recientemente aprobado, proporciona el marco legal necesario para impulsar estas acciones.
La organización conservacionista ha puesto a disposición de las administraciones públicas una lista detallada de las áreas degradadas en España, con el objetivo de facilitar la implementación de proyectos de restauración. El informe ha sido elaborado gracias al apoyo del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y la Fundación Biodiversidad.
Para su elaboración se definieron una serie de criterios y variables de priorización, para posteriormente, tras un proceso participativo con colaboradores expertos, fueron aplicados a cada una de las propuestas identificadas. A priori, con el objetivo de obtener un listado priorizado de áreas degradadas considerando, especialmente, la riqueza de especies, la superficie, la propiedad de los terrenos, la existencia de proyectos previos de restauración y el posible apoyo o rechazo social ante una acción de restauración en el espacio que se encuentra degradado.
La ONG identifica la acción humana y el desarrollo del sector primario como principales causas. También factores como la contaminación, el impacto de las infraestructuras lineales, las especies invasoras y el desarrollo residencial o comercial aparecen como propulsoras de una degradación de estas áreas.
Según la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio, en los últimos 50 años se ha producido una degradación de tres quintas partes de los servicios ecosistémicos mundiales. En España, casi la mitad de los servicios de los ecosistemas evaluados están siendo degradados o utilizados de manera insostenible, siendo los servicios de regulación los más afectados. En la actualidad, se calcula que la degradación de la superficie terrestre debido a la actividad humana afecta a unos 3.200 millones de personas.
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