Así se contaron sesenta años de terrorismo en España

La muestra está organizada por la Fundación Víctimas del Terrorismo, el Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo y por el Grupo Vocento, con la colaboración del Ministerio del Interior, el Gobierno de Cantabria y la Fundación Caja Cantabria; y recorre la historia de España a través de las portadas de los periódicos del grupo periodístico, en las que se reflejan los atentados cometidos en el país.

Nada más entrar en la sala, una imagen de una bebé de 22 meses, sentada en el suelo, mirando hacia arriba. Es Begoña Urroz, asesinada el 27 de junio de 1960 por el DRIL, un grupo revolucionario hispano-luso. Y así, 30 módulos que recogen los asesinatos y mutilaciones perpetrados por terroristas hasta el 21 de abril de 2019, fecha del atentado yihadista en la capital de Sri Lanka en el que fue asesinada la pareja de españoles, María González Vicente y Alberto Chaves Gómez.

A la inauguración asistieron familiares de víctimas de ETA, además del presidente del Gobierno de Cantabria, Miguel Ángel Revilla; la consejera de Presidencia, Paula Fernández; la alcaldesa de Santander, Gema Igual; el presidente del Parlamento, Joaquín Gómez; la delegada del Gobierno en Cantabria, Ainoa Quiñones; la secretaria general del PP en Cantabria, María José Sáenz de Buruaga: el presidente de la Fundación Caja Cantabria, Gaspar Roberto Laredo; el director de la Fundación Centro Memorial de las Víctimas contra el Terrorismo, Florencio Domínguez; el presidente de Editorial Cantabria, Luis Revenga; el director de El Diario Montañés, Íñigo Noriega; y representantes de víctimas de terrorismo y de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.

Durante la presentación de la exposición, el moderador, el periodista Santiago Ruiz, indicó que en la muestra también se encuentran algunos de los más de 40 atentados de ETA en Cantabria, como el de La Albericia en 1992, en el que murieron tres personas -Eutimio Gómez, Julia Ríos y Antonio Ricondo-, o el ocurrido en el Patronato Militar de Santoña en 2008, en el que perdió la vida el militar Luis Conde.

Durante su intervención, Revilla echó la vista atrás y recordó a un antiguo compañero de pupitre que más tarde se convertiría en uno de los fundadores de ETA y autor del primer asesinato de la organización, Francisco Javier Echevarrieta Ortiz (el Txabi Etxebarrieta). Consideró «fundamental recordar los atentados terroristas en España para unir a la sociedad y que no vuelvan a ocurrir jamás».

Para la alcaldesa Gema Igual no hay otro camino que el de seguir «reivindicando y recordando la historia porque el terrorismo no se puede dejar a un lado» y consideró que «es un buen momento para proclamar que no hay olvido, que mirar hacia otro lado es una desvergüenza, un deshonor y una humillación imperdonable hacia las víctimas».

El director de la Fundación Centro Memorial de las Víctimas contra el Terrorismo, Florencio Domínguez, apuntó que esta muestra se suma «al esfuerzo de memoria» de otras publicaciones sobre el terrorismo, «todo suma, nada sobra» y expresó su deseo de que esta exposición «llegue de manera especial a los más jóvenes, aquellos que por edad han tenido la suerte de no conocer los zarpazos del terrorismo».

Por su parte, el director de la Fundación Caja Cantabria, Gaspar Roberto Laredo, deseó que esta muestra sirva para «revolver las conciencias. Parece que el tiempo lo cura todo, pero cuando se recorre esta exposición, nos vuelve a la memoria a momentos tan trágicos como los que nos han tocado vivir a muchos de los que estamos aquí».

También regresó al pasado el presidente de Editorial Cantabria, Luis Revenga, quien recordó cómo era vivir en los «años duros» de ETA «para los que vestían uniforme, para los periodistas o para los que pasaban cerca de un periódico, como fue el caso de Julia Ríos, su esposo Eutimio Gómez, y Antonio Ricondo, el 19 de febrero de 1992, cuando ETA puso una bomba en La Albericia, donde El Diario Montañés tenía sus instalaciones y los tres fallecieron».

«Lo que nos corresponde a nosotros es honrar a las víctimas, estar con ellas, ayudar», señaló, a lo que agregó que es «una obligación de la sociedad civil estar con las víctimas, como lo es del Grupo Vocento, a través de todos sus medios de comunicación y, por supuesto, El Diario Montañés». Pero, reflexionó, «vivir con el odio solo alimenta mayor odio, mayor dolor, solo genera peores sensaciones y sentimientos. Comprendo que es difícil pero hay que hacer el esfuerzo de intentar remontar esos hechos incalificables e injustificables. Pero deseo de todo corazón que la reconciliación sea posible».