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SANTANDER.
Miércoles, 18 de julio 2018, 14:56
La segunda quincena de julio ha empezado con fuerza en el aeropuerto Seve Ballesteros, en el que la afluencia de viajeros se ha multiplicado respecto a la semana anterior. Desde el lunes, los trabajadores de los diferentes negocios del aeropuerto han apreciado este aumento ... de una manera drástica. «No esperábamos tanto. No pudimos parar en ningún momento y hubo horas en las que tuvimos mucho agobio» explica una empleada de Délice Maison, la cafetería del aeropuerto. El final del curso escolar y el inicio de las vacaciones de verano se han unido a la ampliación de destinos ofertados por las compañías, que en la época estival despliegan sus opciones para aprovechar la temporada alta. «Aunque la Semana Grande está a punto de comenzar, creo que es un factor secundario de este aumento de viajeros», valora el presidente de la Asociación de Amigos de Parayas, Manuel Diego.
A lo largo de esta semana se realizarán 188 operaciones, entre llegadas y salidas, con 30.914 asientos disponibles. «La ocupación estimada superará el 95%», apunta Diego. Desde esta semana y hasta finales de agosto, los vuelos irán «a reventar» y, entre los destinos más populares están las Islas Canarias -principalmente Tenerife-, Milán, Roma, Budapest y Marrakech. En Délice Maison tienen picos de trabajo muy altos que coinciden con las salidas y llegadas de los vuelos. «Aunque suele ser estable durante el año, esta semana hemos notado un gran incremento», comenta la encargada, Paloma Marina. Al lado del local está la puerta de embarque, por lo que es habitual que los pasajeros esperen sus aviones tomando un tentempié en sus mesas.
Paloma Marina | Délice Maison
Los trabajadores de las empresas de alquiler de coches también se han percatado de que esta semana no es igual que la anterior. «Se nota que en estas fechas ya están de vacaciones en toda Europa, porque nos han consultado tarifas personas de varios países», admite una de ellas. En el exterior esperan varios taxistas, que consideran los meses de verano la mejor temporada para desempeñar su trabajo. «Utilizan más este transporte las personas que llegan que las que se van», explica Luis González. Además de por su rapidez, los pasajeros se decantan por el taxi cuando «han sufrido algún retraso y ya no quieren esperar al autobús».
Entre las personas que recorren las instalaciones del Seve Ballesteros destacan las familias y los jóvenes estudiantes que aprovechan sus largas vacaciones de verano para desconectar con sus amigos. «Acabamos de terminar los exámenes y nos vamos a Barcelona en busca del sol», expresa Marina Castañeda entre las risas de sus compañeras de clase. Han terminado primero de carrera con buenos resultados y esta es su recompensa. Aunque no todo son viajes de placer. Gilbert Francisco está acostumbrado a visitar el aeropuerto casi todos los meses. «Aquí hago escala para visitar a mi familia, pero viajo por todo el mundo por negocios», explica con prisa mientras se dirige a facturar su equipaje.
Luis González | Taxista
Durante los meses de verano, es habitual que se produzcan más retrasos y cancelaciones en los vuelos. El aumento de pasajeros y de operaciones conlleva un aumento de tareas a realizar por parte de los empleados de las compañías y de los controladores. «Las demoras se producen para reforzar la seguridad», asegura la presidenta del Sindicato de Controladores Aéreos, Susana Romero. A pesar del volumen de trabajo, las cifras de personal se mantienen estables durante todo el año, por lo que se deben extremar las precauciones e invertir más tiempo en asegurarse de que todo está en orden antes de permitir que los aviones despeguen y aterricen. «No sólo no aumenta la plantilla, sino que desciende por las jubilaciones», matiza Romero, que reconoce que el verano es complicado por la falta de previsión en la organización de las compañías y aeropuertos y por el gran crecimiento que está teniendo España como destino vacacional, «mucho más del esperado». A esto se suman las numerosas cancelaciones y huelgas que se están desarrollando en las compañías -especialmente Ryanair- en las últimas semanas en el aeropuerto cántabro.
Susana Romero | Sindicato de controladores
La fecha de compra de los billetes influye directamente en su precio. Con cuatro meses de diferencia un billete puede quintuplicar su precio y pasar de «50 a 250 euros para la misma plaza», puntualiza Diego. Aunque influye la época en la que se viaja, lo que más determina el precio es la rapidez con la que se reserve.
En los seis primeros meses del año, más de 500.000 pasajeros se han movido por el Seve entre llegadas y salidas. Desde la Asociación Amigos de Parayas no dudan que, antes de que acabe 2018, se llegará a la redonda cifra del millón. Los datos alcanzados antes del comienzo de la temporada alta demuestran que hay muchas posibilidades de conseguir -e incluso pasar de largo- la suma de siete dígitos que sólo se superó en 2011 y 2012. El aumento de compañías y destinos en los últimos años y las rutas a Madrid y Barcelona -las de mayor tráfico- son las razones de peso para que la ansiada cifra vuelva a ser una meta real.
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