El Seve Ballesteros, camino de superar su tope histórico de pasajeros anuales

El aeropuerto Seve Ballesteros sólo ha superado tres veces a lo largo de su historia la barrera del millón de pasajeros anuales. Una cifra que casi ya se ha alcanzado en los primeros diez meses de este año, con lo que todo hace indicar que al cierre de 2019 la infraestructura cántabra batirá su récord histórico de viajeros, que data de 2012, cuando aterrizaron y despegaron 1.117.630 personas.

«En circunstancias normales, con los vuelos que tenemos planificados de la temporada de invierno más los del Imserso, creo que sí batiremos el récord de pasajeros», aseguraba ayer Eva Bartolomé, directora general de Turismo del Gobierno de Cantabria, «muy satisfecha» tras conocer los datos que transmitió Aena. En ellos se destaca que, de enero a octubre, han utilizado el Seve Ballesteros un total de 998.669 viajeros, lo que supone un 6,3% más que durante el mismo periodo del año pasado. A falta de contabilizar los resultados que deparen noviembre y diciembre, es ya la cuarta cifra global más alta de siempre.

De ese casi millón de pasajeros, 595.254 optaron por vuelos nacionales, casi un 14% más. En este mismo periodo, el aeropuerto de Santander gestionó 9.643 operaciones.

Por su parte, el balance mensual de octubre del Seve Ballesteros deja 102.260 pasajeros, un 1% con respecto a 2018. De ellos, 60.960 (+5,5%) corresponden a tráfico nacional. El número de aterrizajes y despegues sumó un total de 944 operaciones.

El reto que se había marcado Turismo para 2019 era superar la cifra de viajeros del año pasado (1.103.353), en lo que fue el tercer mejor resultado de la historia. Con la actual progresión, es seguro que este objetivo se rebasará y más que probable que suceda lo mismo con el tope histórico de 2012. «Para dimensionar bien estos datos, las personas que pasan por nuestro aeropuerto duplican la población de Cantabria», destaca Bartolomé.

La directora general valora el récord «cuantitativo» que dejará 2019, pero asegura que «es más importante el cualitativo, es decir, que se van a superar las cifras de 2012 con más rutas y más compañías que entonces». «Cuanta más oferta haya, más oportunidades tienen los cántabros de poder viajar y más mercados tenemos para captar turistas que recalen en Cantabria», explica.

Durante la actual temporada de invierno, el Seve Ballesteros cuenta con un total de 16 destinos, de los que diez son internacionales y seis nacionales: así, se puede volar de forma directa a Bolonia, Bruselas, Bucarest, Budapest, Dublín, Edimburgo, Londres, Marrakech, Milán, Roma, Madrid, Málaga, Barcelona, Sevilla, Tenerife Sur y Valencia.

La gran novedad de esta etapa es el vuelo a Bolonia (Italia), que estrenó el 28 de octubre la compañía de bajo coste irlandesa Ryanair. Además, las rutas con Bucarest (Rumanía) y Milán (Italia) han dejado de ser estacionales y están operativas también estos meses. A ello se suman algunos cambios en los días de operación de varios destinos que facilitan las escapadas desde Santander en formato de fin de semana (Edimburgo, Valencia, Barcelona o Sevilla). La nota negativa viene por la despedida a partir de enero de los vuelos a Tenerife Sur.

Con lo que respecta a 2020, ya está confirmado que la infraestructura aeroportuaria estrenará una ruta con Viena. Se pondrá en marcha el 30 de marzo, con dos vuelos semanales (lunes y jueves) y a través de una compañía que hasta ahora no tenía presencia en Cantabria: Lauda, una filial de Ryanair vinculada en sus orígenes al recordado piloto de Fórmula 1 Niki Lauda.

Pero la conexión con la capital de Austria no es la única que el Gobierno de Cantabria pretende sumar a la parrilla. En estos momentos, los responsables de Turismo mantienen negociaciones con tres compañías para poner en marcha otras tantas posibles rutas. Entre ellas una con Francia, a pesar de que los vuelos con París desde el Seve Ballesteros no funcionaron con éxito en precedentes experiencias. «El mercado francés es complicado porque el aeropuerto de Bilbao tiene una potente oferta y hay muchas personas que hacen el desplazamiento en coche. Pero es una espinita que tenemos clavada, un vacío en el mapa de destinos que nos queremos quitar», anuncia Eva Bartolomé.