El Seve cerró su mejor mes de agosto y avanza firme hacia el récord de pasajeros

Al mirar los números la referencia está en los 1.174.999 pasajeros de 2019. Ahí se pone la vista porque ese fue el récord. Justo antes de una pandemia que trastocó, como en el resto de sectores, todo. Por eso, 2020 ni cuenta, 2021 casi tampoco y 2022, aunque logró superar el millón de viajeros a final de año, quedó lastrado por unos primeros meses aún con restricciones. Con agosto ya cerrado, el Seve va por los 853.323. Es un 8,09% más que en el año de referencia y es, claro, la mejor marca histórica a estas alturas en la biografía de la instalación cántabra.

Mucho se tendría que torcer el año para no acabar con celebración. Y ahí agosto ha jugado un papel decisivo. Confirmado el buen arranque de 2023, el tránsito por la Semana Santa y los primeros meses vacacionales, superar el periodo de más actividad turística subiendo aún más es casi el espaldarazo definitivo para la gráfica. Fueron 135.972 pasajeros. Y, lo cierto, es que se veía venir. Primero, por una oferta muy variada de destinos en un periodo, tras la pandemia, en el que –lo dicen todos los analistas– se está viajando mucho. Y, segundo, porque, como ya adelantó este periódico hace semanas con las informaciones que se manejaban desde la Asociación de Amigos de Parayas, los datos de ocupación de compañías como Ryanair para el mes pasado eran espectaculares. La oferta semanal de la aerolínea irlandesa anduvo por las 102 operaciones, con casi 20.000 plazas disponibles. Teniendo en cuenta los billetes comprados por entonces, las ocupaciones medias por semana de los vuelos estaban por encima del 95%. Abrumador.

Para confirmar el récord bastaría con no salirse del guión en septiembre (todavía con movimiento) y, sobre todo, en diciembre, otro de los momentos 'calientes' en los mostradores del Seve Ballesteros.

Conviene, en todo caso, no cantar victoria. Aena explica que, de los 135.803 viajeros en vuelos comerciales del mes pasado, 75.555 ocuparon asientos en trayectos nacionales. Aún son más que los pasajeros internacionales (suponen un 55,6% frente a un 44,4%), pero van cediendo terreno.

Que crezcan los turistas (o personas que vienen por trabajos y negocios) que se mueven desde otros países es una gran noticia –el turista extranjero, por ejemplo, gasta mucho más que el local, según el INE–. Y tampoco hay que desdeñar el intangible que supone que los cántabros crucen cada vez más fronteras. Pero los datos de agosto señalan, a la vez, que el viajero nacional cayó casi un 4% respecto a 2022 y que el número de operaciones totales descendió un 9,6% arrastrado por la oferta local. Y ahí no se puede dejar de señalar a la ruta a Madrid. La más importante de todas. Porque, entre otras cosas, es la clave a la hora de valorar en su conjunto las comunicaciones de la región.