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Para hacerse una idea de los recortes con los que viene el verano en cuanto a la oferta de vuelos en el Seve Ballesteros, un ejemplo. Tomando como referencia los siete días centrales de la Semana Grande de Santander –aunque las fiestas duran diez–, en ... relación con el verano pasado habrá seis operaciones menos con Barcelona, cuatro con Sevilla, otras cuatro con Valencia y dos con Londres, Roma y Bruselas. Eso, sólo mirando lo que ofrece Ryanair. Porque la oferta a Madrid (Air Nostrum) también será menor que en 2023 esa semana y a lo largo de los próximos meses. La cuenta, basándose en lo que a día de hoy ofrecen las compañías (y teniendo en cuenta que puede variar), la hacen desde la Asociación Amigos de Parayas. Pero, más allá del ejemplo, de la curiosidad, los análisis amplios. La temporada de verano está a punto de empezar. Va de finales de este mes hasta los últimos días de octubre. El aeropuerto conservará en este tiempo la comunicación aérea con los 29 destinos que ya tuvo hace un año. Eso es importante. Pero por el camino se pierden tres rutas (a tres ciudades volaban dos aerolíneas diferentes), otras cinco de las más importantes pierden frecuencias y sólo una contará con más operaciones en el balance. La pérdida total de asientos ofertados para los próximos meses a día de hoy (hay que insistir en esto) ronda los 120.000. Son muchos asientos.
Marzo ya es un mes de consultas, de buenas ventas. De preparar viajes, de mirar billetes. Para la Semana Santa faltan días y las vacaciones de verano se planifican con tiempo. Las compañías lo saben y ya han colocado en sus páginas de internet todo lo que ofrecen. Puede haber cambios, pero lo que hay ya es el grueso de lo que va a haber. También en el aeropuerto y en el Gobierno regional lo saben. El lunes, en el Parlamento, desde el Ejecutivo insistieron en que se iban a mantener los 29 destinos, pero ya deslizaron que igualar el récord de pasajeros del año pasado va a estar muy difícil. A tenor de los datos y las previsiones, casi imposible. Por eso precisamente, porque hay preocupación, el asunto llegó a la Cámara.
Al declive de la ruta con Madrid y con Barcelona tras la pandemia, se le ha unido un problema inesperado. Ryanair anda en pie de guerra por la subida de las tarifas aeroportuarias. En toda España. Aeropuertos de tamaño medio como el cántabro están pagando el pato. El caso más claro ha llegado con el chasco de la ruta a Oporto. El Gobierno llegó a anunciarla porque tenía el visto bueno de la firma irlandesa. Pero la aerolínea se echó atrás a última hora y ni siquiera se presentaron al concurso para recibir las subvenciones por promoción. Dejaron al Ejecutivo 'con el culo al aire' y sin una ruta que llegó a presentarse en Fitur. No habrá vuelos, por ahora, a la ciudad portuguesa (tendrían que volver a sacarlo a licitación).
Y es que Oporto era la estrella para vender la campaña de verano. La única novedad en el Seve. No hay otra. Salvo un aumento de frecuencias en la ruta con Birmingham (que es una de las más flojas a lo largo del año), lo demás o se queda igual que estaba o pierde frecuencias.
De entrada, Ryanair no volará estos próximos meses ni a Barcelona ni a Sevilla, algo que sí hacía el año pasado. Vueling y Volotea, respectivamente, seguirán operando en las dos ciudades. Pero sin competencia. O sea, que se mantienen los destinos, pero la oferta se resentirá. Dos rutas menos y menos frecuencias disponibles. Para hacerse una idea, la retirada de la compañía irlandesa en estas dos conexiones supone cerca de trescientas operaciones menos en los próximos meses. Pero es que Valencia, Londres, Roma y Málaga, cuatro de las rutas 'estrella' por tráfico y porcentaje de asientos reservados, reducirán el número de vuelos. El caso de Valencia (la tercera con mejores datos de ocupación) es llamativo. Pierde dos, tres y hasta cuatro frecuencias a la semana, según el mes.
A esto se añade –lo señalan los Amigos de Parayas– otra circunstancia. Rutas que mantienen dos salidas semanales, pero que han cambiado días u horarios de despegue. Y, en general, a peor. A Viena el verano pasado se podía ir saliendo el jueves y volviendo el domingo. Ideal para la escapada corta. Pues bien, ahora hay viajes los martes y los domingos, que complica ese tipo de venta. Y algo parecido pasará con Alicante o con Milán. Eso también afecta al tráfico de pasajeros.
Más allá de Ryanair, Vueling también ajusta a la baja sus operaciones con Palma de Mallorca. Otra que resta.
Y luego está Madrid. La china en el zapato. Lo fue para el anterior Gobierno y lo es, en mayor medida, para el nuevo. La oferta nunca llegó a recuperarse tras la pandemia, pero es que en los próximos meses será, incluso, peor que el año pasado. De entrada, Iberia (titular de la ruta y del contrato de promoción, por el que recibe subvenciones) desaparece y le cede todas las operaciones a Air Nostrum, que en el cómputo total de la campaña completará también menos trayectos. Entre lo que resta no contar con aviones de Iberia y lo que se deja Air Nostrum, son unas 28.000 plazas menos disponibles entre abril y octubre. Otra sangría.
El panorama no es esperanzador. Son, redondeando y en total (entre todas las rutas que estarán disponibles en estos meses), unas setecientas operaciones menos y en torno a 120.000 plazas que dejan de estar a la venta. Algo que, obviamente, va a lastrar el número de pasajeros que circulen por la terminal del aeropuerto cántabro.
Las cuentas no son difíciles. Por eso, a estas alturas del año ya son conscientes de que volver a batir el récord de viajeros que se alcanzó en 2023 suena a utopía. De entrada, las cifras caen desde noviembre del pasado año. Enero, ya en 2024, siguió la tendencia a la baja. Febrero (a falta de conocer los datos) apunta en la misma línea. Y a la vista de la programación veraniega, con recortes, la cosa no tiene pinta de remontar. Aunque se trabaja en algunas mejoras para la campaña de invierno (Madrid, Barcelona, recuperar Bucarest), eso no compensará un verano flojo. El periodo más importante del año porque concentra las cifras de viajes más altas. Será difícil remontar el vuelo.
A falta de novedades –a día de hoy– en la programación de verano, que está a la vuelta de la esquina, los movimientos tienen ya que ver con la siguiente temporada, la de invierno (desde finales de octubre). El Gobierno ya ha anunciado que la ruta de Bucarest (Wizzair) volverá a funcionar, como ya hizo antes, durante todo el año (en esta campaña se había interrumpido). A eso se suman los posibles cambios en la ruta con Madrid. Si las gestiones del Gobierno se concretan, desde noviembre habrá una importante (y muy necesaria) mejora. Y también en la conexión con Barcelona pueden producirse cambios. Eso sí, todos miran de reojo a Ryanair para saber si proseguirá con las reducciones ya visibles para este verano.
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