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La vuelta a la normalidad en el Seve Ballesteros, o más bien, a la 'nueva normalidad' será, previsiblemente, el próximo martes, día 23, a las 08.40 horas. Será cuando llegue el primer vuelo comercial desde que se suspendiera la actividad el pasado 15 de ... marzo con la instauración del estado de alarma. A falta de que confirme la compañía, Ryanair, todo apunta a que la línea con Valencia será la que restaure los viajes comerciales en el aeropuerto. Durante estos días apenas ha habido algo de actividad con vuelos privados y chárter. Un ejemplo fue el vuelo ayer del Racing de Santander para su encuentro con el Girona.
Los nacionales se reanudarán antes que los internacionales. Para ver la llegada de un avión desde el extranjero habrá que esperar al día 1 de julio, pese a que las fronteras están abiertas desde este próximo día 21. Será el procedente de Londres, que llegará a las 14.45 horas. A ese le seguirán el resto: el de Bruselas (19.10 horas); Dublín (20.40 horas) y Edimburgo (22.05 horas).
El sector turístico cántabro espera con ansia la vuelta a la actividad normal del aeropuerto por lo que implica en la supuesta llegada de clientela. Pero desde AENA, la empresa pública encargada de la gestión del aeródromo en la capital cántabra, se trabaja para asegurar que las instalaciones de la infraestructura se acomodan a lo establecido en la normativa.
No se trata de medidas concretas, sino de aplicar las que son de obligado cumplimiento en todas partes a la realidad del Seve Ballesteros y eso ya requiere un trabajo importante. «Lo crucial es que podamos garantizar la seguridad sanitaria en todas las instalaciones», aclaran fuentes de AENA.
Los operarios están esta misma semana diseñando los protocolos que se están traduciendo ya en la instalación de recorridos para las personas. Mediante pegatinas en el suelo se señalizarán dichos caminos que evitarán las masificaciones en zonas concretas de este espacio y también se procurará reducir al mínimo el contacto entre quienes llegan a la ciudad y quienes parten de Santander. Se regulará en buena medida la afluencia de personas que aguardan a los viajeros dentro del recinto aeroportuario.
Cintas estratégicamente colocadas en los asientos obligarán a ocupar sólo aquellos que queden libres, lo que se ha pensado para condicionar su uso y garantizar que se mantiene la distancia de seguridad. Además, se ha diseñado un sistema de mamparas para proteger a todos los operarios que se encuentren trabajando de cara al público. Tanto servicios como zonas de especial afluencia serán desinfectadas con asiduidad para minimizar las posibilidades de contagio.
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