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Es un porcentaje muy reducido. Un 1,4 %. Pero el dato tiene un valor simbólico de mucho peso. Los pasajeros que se movieron por las ... terminales del Seve Ballesteros durante el pasado mes de mayo fueron más que en el mismo periodo de 2019. Es el primer mes que sale airoso de una comparación con el último balance antes de la pandemia. Y no sólo eso. Porque hay que tener en cuenta que, precisamente 2019, fue el año del récord de viajeros en el aeropuerto cántabro. La mejoría viene claramente de la mano de un aumento de las operaciones, del número de vuelos. De hecho, eso compensa el ligero descenso de las ocupaciones en los aviones y, sobre todo, del lastre que sigue suponiendo la ruta a Madrid, que está muy lejos del movimiento que tenía antes del covid.
Mayo de 2022 dejó en el Seve un movimiento total de 100.320 pasajeros. Sobre el año 2.021 -la comparación no tiene valor porque España estaba sumida en las restricciones- significa un aumento del 591.7%. La clave es la ligera mejoría que supone respecto a mayo de 2019. Y ahí conviene detenerse en el dato de las operaciones. Fueron 1.186, lo que supone crecer un 25,9% respecto a lo ocurrido hace tres años. Una subida considerable (no hay que olvidar que una parte importante es de vuelos no regulares). Tanto es así que, al mirar el acumulado del año (de enero a mayo), el aeropuerto cántabro está aún lejos de los registros previos a la pandemia en cuanto a viajeros, pero ya es mejor que entonces si se analiza el número de vuelos (con regulares y no regulares).
100.320pasajeros pasaron por la terminal del aeropuerto durante el pasado mes de mayo.
1.186operaciones, lo que supone un aumento del 25,9% con respecto a mayo de 2019.
Hay además otro elemento importante. Superada la Semana Santa (tanto en 2019 como esta vez las vacaciones cayeron en el calendario en abril, por lo que es fiable la comparación), mayo es un buen aperitivo del verano. Un mes completo ya en la campaña estival de las compañías y un baremo interesante para las estimaciones de la época con más desplazamientos. Así las cosas, y si nada se tuerce, resultará muy complicado alcanzar el récord de pasajeros que se logró en 2019, pero el balance final previsiblemente estará entre los cinco mejores de la historia del aeropuerto cántabro -hay que insistir en lo de 'si nada se tuerce' (pandemia, guerra, subida de precios...)-.
La Asociación de Amigos de Parayas hace, en este sentido, un exhaustivo análisis de los datos por compañías. Málaga, Bolonia o Bruselas fueron las rutas de Ryanair que lograron mejores ocupaciones. Junto a Venecia, Viena o Roma son las que se situaron, de media, por encima del 80%. En este sentido, llama la atención, en el lado opuesto, el discreto dato de las rutas británicas (Edimburgo, Manchester y, sobre todo, Londres, que no llegó ni al 70%). En su conjunto, la aerolínea irlandesa (la que más destinos ofrece en el Seve Ballesteros) se deja mil pasajeros con respecto a 2019 pese a contar con 32 operaciones más, algo motivado por una caída de la ocupación. Y también Wizzair pierde una cantidad reducida de viajeros, aunque son cantidades pequeñas, lo que en la práctica supone casi un empate técnico.
Vueling y Volotea son las aerolíneas que mejor paradas salen si se analiza la cifra total de pasajeros, y al tráfico total también hay que sumar los números que aportó Binter con sus dos rutas canarias. Todo eso compensa el descalabro que sigue suponiendo la conexión con Madrid. Perdida la base, el avión, ya sea de Air Nostrum o de Iberia, no hace noche en el Seve como sí hacía antes de la pandemia, algo que en los aeropuertos vecinos han recuperado. Así, el vuelo que salía a primera hora de Cantabria ya no 'madruga' tanto (parte a las 09.20 horas), y eso resta sentido práctico a un viaje que muchas veces, por trabajo, se hacía con la ida y la vuelta en el día. Tal es así que, según el dato que aportan los Amigos de Parayas, la ruta pierde unos 6.500 pasajeros con respecto a mayo de 2019 (es el principal lastre para no crecer respecto a ese año). Aunque Iberia ha ajustado los horarios y ha aumentado las frecuencias de cara al verano, lo cierto es que la ruta no ofrece la misma oferta que antes de la pandemia.
Los datos de mayo y las buenas previsiones de junio y del verano en general han supuesto que se aumente la frecuencia de los autobuses que conectan Santander con el aeropuerto. Con la pandemia, los buses salían cada hora, pero desde hace unos días ese tiempo se ha reducido a cuarenta minutos por indicación de la Dirección General de Transportes a Alsa. Así, el primer servicio parte a las 07.00 de la Estación de Autobuses y el último, a las 22.15 horas. En sentido opuesto, la primera salida desde el Seve es a las 07.20 y la última, a las 22.30 horas. Es un paso más en la recuperación de la normalidad.
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