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Por un descuido, por una confianza traicionada, por puro desconocimiento o por desinformación. En ese abanico de opciones está la respuesta cuando el médico diagnostica una infección de transmisión sexual (ITS). Da igual el nombre, si está causado por un virus o es una bacteria ... la responsable, pero lo que evidencian las cifras, que crecen año tras año de forma imparable, es que se ha ido perdiendo el miedo al contagio y ha aumentado el sexo sin preservativo. Eso explica, en gran medida, el llamativo aumento de este tipo de enfermedades que ya alcanzan los peores datos desde que hay registros tanto en Cantabria como en el resto de España. Sin contar ahí el volumen de personas asintomáticas, infectadas sin saberlo y que pueden contribuir a una propagación silenciosa.
«La situación es realmente preocupante», apunta Luis Viloria, jefe de Vigilancia Epidemiológica de Salud Pública, porque además «afecta cada vez a gente de menos edad». Es más, se están declarando casos incluso en adolescentes, lo que «evidencia la falta de educación sexual» entre las generaciones más jóvenes, a quienes ni les suena el popular 'Póntelo, pónselo', lema de la campaña impulsada desde el Ministerio de Sanidad a finales de los años ochenta, principios de los noventa, en respuesta a la alarma generada en aquel entonces por la amenaza del VIH/sida.
Recuperar ese nivel de concienciación es el gran reto que tienen por delante las autoridades sanitarias, alarmadas por lo que hay detrás de los números. Solo en Cantabria, y haciendo la media, se calcula que las infecciones de transmisión sexual de declaración obligatoria más frecuentes, que son la sífilis, la gonorrea (infección gonocócica) y la clamidia, «crecen a un ritmo del 20% al año», indica Viloria.
Pero, por separado, hace hincapié en la evolución de la gonorrea, «que es la que está subiendo de forma espectacular». «En 2023, que hubo 194 casos (sobre todo en hombres), se doblaron los registrados el año anterior (109), pero es que en 2021 ya se había duplicado el balance de 2020». En la última década la incidencia de esta infección bacteriana, cuyos síntomas pueden aparecer a los dos días del contacto sexual o tardar más de una semana en dar señales, ha aumentado un 80%. El año pasado se notificaron en España más de 23.000 casos de gonorrea –63 cada día–, sin contar aquellos «que no se están detectando», como precisó recientemente la farmacéutica Raquel Carnero en la presentación del libro 'Lo que no te esperas del sexo. Una cita con las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS)', del que es coautora, junto a su compañero de profesión Luis Marcos Nogales.
Una obra de divulgación sanitaria, con ilustraciones del humorista gráfico Ansola –colaborador de El Diario Montañés–, que precisamente aborda la problemática de las ITS, repasando los últimos avances científicos y recordando que la mejor cura pasa por la prevención. «Igual que hacemos campañas de protección solar o de educación vial, a los jóvenes habría que hablarles muy claro del uso del preservativo», señaló la presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Cantabria, María García, en la jornada de presentación, compartida también con el gerente de la Fundación Valdecilla, José Francisco Díaz. Porque todos coinciden en que las cifras confirman que «algo está fallando». «Estamos viviendo un momento de explosión social, mucha movilidad geográfica y está bajando la percepción del riesgo», señaló Carnero.
Otra consecuencia de que se haya bajado la guardia es el notable incremento (un 20%) de la infección por clamidia, que, a diferencia de la gonorrea o la sífilis, es más frecuente en mujeres (60%) que en los hombres. Según las estadísticas de Salud Pública, en 2023 se declararon en la región 209 casos, frente a los 178 del año anterior. Pero la mayoría de los afectados no tiene síntomas, lo que hace imposible cuantificar el impacto real de esta infección que, «aunque es menos dañina que otras, puede causar complicaciones, incluso de cuadros graves, como enfermedad inflamatoria pélvica».
Infecciones de transmisión sexual
Sífilis En la mayoría de casos la transmisión se produce por contacto sexual con una lesión sifilítica (llaga en genitales, recto o boca) que no suele generar dolor. Si no se trata puede causar alteraciones a nivel cardiovascular o neurológico.
Gonorrea Los síntomas pueden aparecer entre los 2 a 7 días (o más) del contacto sexual genital, oralgenital o rectal. Se caracteriza por secreción amarillenta y espesa junto con molestias al orinar.
Clamidia Esta infección bacteriana con frecuencia no produce síntomas. Si los hay (secreción y molestias al orinar en varones; aumento de flujo o alteración de la regla en mujeres) aparecen entre una y tres semanas tras el contacto sexual.
VIH/sida Las cifras se mantienen estables en Cantabria, con una media de 40 diagnósticos nuevos al año, pero los expertos temen que en este contexto de desprotección sexual haya un repunte.
VPH (Papiloma Humano) El Virus del Papiloma Humano es la enfermedad de transmisión sexual más común y la causa principal del cáncer de cérvix (cuello de útero). En la mayoría de los casos es asintomática, lo que favorece su transmisión silenciosa.
Viruela del mono (mpox) El virus Monkeypox, cuya principal vía de contagio es la sexual, ha vuelto a activar la alerta sanitaria a nivel mundial, como en 2022. Desde entonces se mantiene activa la red de vigilancia.
El gran problema de estas enfermedades, remarca Viloria, «es que, teniendo antibióticos eficaces para tratarlas y curarlas, no se identifiquen a tiempo. Porque puede pasar que los síntomas se pasen espontáneamente, pero la infección sigue ahí. Y, a la larga, pueden reaparecer con cuadros más graves». En el caso de la sífilis, la infección inicial (o primaria) puede manifestarse en forma de una pequeña llaga o úlcera abierta e indolora en los genitales, la boca, la piel o el recto, que se cura en unas semanas. Si no se ataca con tratamiento, la bacteria sigue multiplicándose en el cuerpo, llegando a provocar, en una segunda fase de la infección, lesiones crónicas. «Incluso en estadios más avanzados, aunque hoy en día es muy raro que ocurra, pueden aparecer alteraciones a nivel cardiovascular o neurológico», explica el epidemiólogo de Salud Pública.
En los últimos ejercicios, los diagnósticos de sífilis en Cantabria se han mantenido «más o menos estables, pero estamos hablando de entre 40 y 45 casos nuevos al año, el 75% en varones, con una media de edad de 39 años», cuando en 2006, antes de que empezara esa tendencia ascendente, hubo 12. Y de plena actualidad está la viruela del mono (mpox), tras decretarse la alerta de la OMS (la anterior fue en 2022), cuya vía principal de transmisión también son las relaciones sexuales sin protección.
Entre los contagiados de gonorrea, la edad media se sitúa en los 30 años, pero «es la clamidia la que registra casos en personas más jóvenes, incluso en menores de 16 a 18 años», remarca Viloria, que aprovecha para recordar que estas tres infecciones de transmisión sexual se evitan con el uso del condón, «es la forma de dejarlas aisladas, pero lamentablemente se ha ido abandonando la costumbre del preservativo, por eso nos enfrentamos a este repunte desde hace años». El último barómetro de Control concluía que cuatro de cada diez jóvenes no lo usa nunca y que en el sexo oral el porcentaje de desprotección llega al 92%.
Título 'Lo que no te esperas del sexo'
Editorial Menoscuarto. 2024
Autores Raquel Carnero y Luis Marcos Nogales.
Ilustración Ansola
De hecho, para intentar atajar un problema que sube como la espuma, desde el Ministerio de Sanidad se llegó a plantear la posibilidad de entregar de forma gratuita preservativos a los jóvenes de 16 a 22 años como medida de choque. Y, aunque no se ha llegado a concretar ni cuándo ni cómo será ese reparto, en mayo la titular de Sanidad, Mónica García, dijo que este año se destinarían 10 millones para este fin.
En este contexto, los expertos temen que esta escalada de las ITS acabe repercutiendo también en el VIH/sida. «De momento, no se ha producido un incremento, pero el riesgo está ahí, porque se está perdiendo el miedo y con este virus no se puede bajar la guardia», comenta el jefe de Vigilancia Epidemiológica. El año pasado fueron 40 los cántabros que experimentaron el shock de confirmar que el VIH había entrado en su vida para siempre, en línea con el recuento de 2022. Y también se observa que la edad media del perfil afectado ha ido descendiendo hasta los 36-37 años. Los diagnósticos en menores de 25 años suponen un 10% de los casos nuevos. Y el 98% de las infecciones se producen por prácticas sexuales sin protección.
Un dato que, como todos los anteriores, invita a la reflexión y cuyo remedio pasa por campañas informativas y educación sexual, enfocadas especialmente en los más jóvenes.«Sin duda, hay que darle un impulso a esto, porque la necesidad social es muy fuerte, y es algo en lo que ya estamos trabajando de la mano de la Consejería de Educación, con la que hay una sintonía total para aumentar las intervenciones en los colegios y que los conocimientos sobre sexualidad estén presentes en las aulas desde Primaria. Tenemos que adelantarnos para que, cuando lleguen a Secundaria y se inicien en las relaciones sexuales, ya sean conocedores de los riesgos. No podemos esperar», expone Viloria.
En este sentido, la presidenta de los farmacéuticos indica que «tenemos un problema de educación sanitaria (…). Las redes sociales pueden ser, por un lado, muy buenas, pero, por otra parte, pueden difundir una información poco fidedigna, veraz o exacta». «Hay que tener mucho cuidado con el acceso a la información», coincide el responsable de Salud Pública, «porque hay páginas que dan ideas equivocadas, mentiras o generan situaciones de duda por desconocimiento».
Dentro de las infecciones de transmisión sexual, la más frecuente es el Virus del Papiloma Humano (VPH), causante principal del cáncer de cérvix (cuello de útero). Frecuente porque la mayor parte de las infectadas ni siquiera lo saben, al no haber ningún síntoma sospechoso, lo que favorece su propagación silenciosa. No obstante, hasta un 90% de esas infecciones se eliminan sin tratamiento durante los primeros dos años, aunque son aquellas que se cronifican las que pueden dar lugar a lesiones precancerosas que progresen a cáncer invasivo. Para detectar de forma precoz el virus y anticipar el diagnóstico, Cantabria ha puesto en marcha este verano el cribado poblacional dirigido a las mujeres de entre 30 y 65 años. A las generaciones más jóvenes, la protección frente al VPH les llegó a través de la vacuna, extendida también a los varones (en ambos casos se pone a los doce años).
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