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Cantabria vuelve a registrar un nuevo récord en el número de contagios, 2.630 positivos, en una jornada en la que Sanidad también ha notificado ... otros dos fallecimientos (un hombre de 68 años, vacunado, y otro de 82, no inmunizado -no tenía la pauta completa-), que se suman a los cuatro registrados el domingo y los tres del lunes. El total asciende ya a 653.
La presión hospitalaria de la sexta ola aprieta cada vez más, alcanzando el mayor número de pacientes covid ingresados a la vez desde la avalancha inicial de marzo de 2020, cuando se llegó a los 400 y se vació toda la actividad no urgente. Hasta 220 enfermos positivos contabilizaba el Servicio Cántabro de Salud en su última actualización. Ni la segunda ni la tercera embestida del virus -sin campaña de vacunación-, que tuvieron más repercusión en los hospitales que la cuarta y la quinta, llegaron a registrar un volumen de ingresos como el actual. En la ola de noviembre de 2020 el máximo fue de 199 ingresados de forma simultánea y en la de enero de 2021 se llegaron a acumular 216. Ahora «el impacto en Valdecilla está siendo impresionante», reconoce el gerente, Rafael Tejido. «Hemos abierto otra planta (24 camas) y casi la llenamos en un solo día, y eso que estamos dando muchas altas porque en general los pacientes evolucionan mejor (por la vacuna y porque Ómicron es más suave) y hay estancias más cortas».
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Con ésta, ya son siete las plantas de hospitalización dedicadas a covid en Valdecilla (en el tsunami del inicio de la pandemia llegaron a habilitarse hasta doce), con lo que ello implica en reducción de espacios para las especialidades desplazadas -la última afectada ha sido Traumatología-. Una merma de camas y de personal que repercute de forma directa en la actividad quirúrgica. El hospital está funcionando en la actualidad con diez quirófanos menos (20 de 30) de los habituales. «Hemos mantenido lo que habíamos dejado en Navidades, porque hay servicios quirúrgicos, como Urología, Traumatología y Cirugía General, que han perdido capacidad de hospitalización, a lo que hay que añadir que también necesitamos personal para las áreas covid, cada vez más amplias», explica el gerente. Y la sexta ola aún sigue sin llegar a la cima. El martes se diagnosticaron 2.630 casos nuevos, y eso contando la limitación de pruebas PCR, que ahora se hacen sólo a personas con síntomas compatibles con la infección o a contactos estrechos considerados de riesgo, como los mayores de 65 años o los enfermos inmunodeprimidos. Partiendo de esa premisa -los casos que se quedan sin detectar, que pueden ser cuatro veces más, según los cálculos de Salud Pública-, en las últimas dos semanas se han diagnosticado más de 23.000 infecciones en Cantabria, lo que sitúa la incidencia en 3.744 casos por cada 100.000 habitantes. La tasa de positividad está en el 48,6%. Es decir, casi la mitad de las personas examinadas acaba confirmando el diagnóstico covid. Y en su mayoría, la responsable es la variante Ómicron, que ya empieza a ganar peso en la hospitalización, aunque con una tasa de ingreso menor que sus antecesoras -en torno al 2%-.
De los más de 180 pacientes ingresados en Valdecilla, 26 se encuentran en la Unidad de Cuidados Intensivos, donde predominan aún los afectados por la variante Delta, cuya onda iniciada en noviembre se ha solapado con la ola gigantesca de Ómicron. El resto de pacientes se reparten entre Sierrallana, que atiende a una veintena de casos, más los siete ingresados en el Hospital Tres Mares, donde se ha habilitado también una zona covid para reducir las derivaciones desde la comarca de Campoo a Torrelavega. Laredo, por su parte, cuenta con siete enfermos de coronavirus, aunque continúa remitiendo su exceso de pacientes a Valdecilla ante la imposibilidad de ampliar sus instalaciones.
«En esta ola se ve claramente que estamos teniendo más ingresos en niños y en embarazadas que en las anteriores, es llamativo», destaca Tejido. Se trata de los dos colectivos con una menor cobertura de la vacunación. Los menores porque se han incorporado más tarde a la campaña (por encima de los cinco años se abrió a mediados de diciembre) y las segundas porque sólo se ha vacunado en torno al 60%. Una circunstancia que ha disparado los partos en mujeres positivas, debido a la elevada incidencia de esta sexta ola, lo que ha obligado a reorganizar el servicio de Obstetricia y Ginecología para adaptarse al nivel de la demanda.
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