

Secciones
Servicios
Destacamos
Nacer al lado de un recinto deportivo da muchas paletas para engancharse a ese deporte. Si además lo haces en un pueblo de la montaña ... cántabra y a mediados de los años 40, la madera corre por tu sangre. Fue el caso de Isidoro Gutiérrez (Bustablado, 1943), más conocido como Sidorín, que desde su localidad natal se expandió por toda la región como uno de los mejores jugadores de bolos de su generación. Y, sobre todo, dejó su poso allá por donde pasó de su calidad humana.
Sidorin fue querido desde sus comienzos en La Gándara, pasando por Cabezón de la Sal y el ascenso con la peña de su pueblo, conocida como la 'Pontevedra' de los bolos por el símil con el equipo de fútbol gallego, que al igual que la partida de Bustablado no perdió ningún partido ese año. Su trayectoria fue larga e incluye un título de Liga logrado con la peña Zurdo de Bielva de Roiz, en 1971, compartiendo corro con Sousa, los Calixtos (padre e hijo) y Nisio Hoyos, el que fuera su gran compañero y con el que había levantado un año antes el Regional de parejas en Santander ante Juan José Ingelmo y Lilis Mallavia.
Encuadrado en una generación de oro, en la que se encontró con los últimos años de dos colosos como Salas y Cabello, y en los inicios de una nueva hornada liderada por Tete Rodríguez, el de Bustablado fue un jugador aguerrido, fiel a la época en la que se crió como bolista, es decir, muy fino a la mano y más de pulso al pulgar. Quizá fue ese su gran handicap, sus problemas al pulgar, toda vez que fue un extraordinario birlador.
Tras salir de Roiz pasó por peñas como La Cagigona, La Rabia, Bolística, Darío Gutiérrez o Puertas Roper. Para llegar a ese momento Sidorín se había movido por la provincia en bicicleta, en tren y andando para disputar torneos y provinciales y tutear a todos los grandes de la época, «salvo Lucas Arenal, que me ganó siempre», confesaba un jugador que hace apenas un mes que recibió un merecido homenaje en su pueblo, en Bustablado, cuya bolera lleva su nombre. Más de veinte años jugando la Liga y dirigiendo una empresa de construcción en la que se rigió por los mismos valores deportivos que le llevan a ser uno de los bolistas más queridos de la historia de este deporte.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.