Uno de los agentes del crimen de Liaño: «No siempre se detiene al que quebranta el alejamiento»

Sin embargo, uno de los tres guardias civiles que intervinieron horas antes del asesinato de Eva Jaular y su bebé de once meses declaró ayer ante el instructor del caso que «no siempre se procede a la detención» en estos casos, según trasladaron ayer a este periódico fuentes cercanas al procedimiento. «Solo en la mitad de los casos se llega a detener», añadió este agente, que fue sancionado disciplinariamente por una falta grave (castigada con suspensión de empleo de un mes a tres meses, pérdida de cinco a veinte días de haberes con suspensión de funciones, o pérdida de destino).

Cumplida ya esa sanción y tras dejar atrás la baja que cogió en su momento debido a lo ocurrido tras su intervención en el caso, este guardia civil compareció ante el titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer nº 1, Fernando Vegas, tal y como lo hicieron, meses atrás su compañero de patrulla en las horas previas al suceso y el sargento.

Los tres letrados de las acusaciones particulares pusieron contra las cuerdas al agente a lo largo del interrogatorio, con una batería de preguntas relativas a su intervención en los momentos previos al asesinato.

¿Por qué no detuvieron a José Reñones cuando comprobaron que se encontraba dentro de la casa de Eva y, por tanto, había quebrantado la orden de alejamiento?, preguntó un letrado. «Lo consultamos con el sargento y decidió que no lo hiciéramos, que nos asegurásemos que abandonaba el domicilio y que no regresaba a él», contestó. ¿Pero ese es el protocolo en estos casos? «Estamos sujetos a lo que decida nuestro superior jerárquico. Nuestro protocolo interno en ese caso fue avisar al sargento y que decidiese», añadió, en la línea de lo que manifestó su superior durante su comparecencia, en la que reconoció que la decisión final fue de él.

¿Por qué le han sancionado entonces a usted?, cuestionó este mismo abogado. «Por incumplir el protocolo». ¿Y no se mostró en contra de la sanción? «No, me conformé con la sanción».

Otra cuestión. ¿Cuánto tiempo estuvieron en la casa para comprobar que Reñones no regresaba? «Unos veinte minutos». ¿Y a dónde fue? «Se dirigió hasta la fuente de Santa Ana, que se encuentra a unos ochenta metros de la vivienda». ¿Y no tuvieron en cuenta que más allá de esa fuente hay un monte y que era poco probable que Reñones fuera allí a dormir? «No lo pensamos».

Dos horas después de desalojarle de la vivienda, el compañero de este agente llamó a Eva para saber si todo iba bien, pero ella no contestó. ¿Eso lo pusieron en conocimiento del sargento?, preguntó uno de los letrados. «No recuerdo». ¿Y no pensaron en acercarse a la vivienda para comprobar que Eva estaba bien? «No se nos ocurrió». Los letrados también interpelaron al guardia civil sobre si vio lo que el sospechoso introdujo en su mochila. ¿Le vio meter el cargador de móvil? «No lo sé».

Las acusaciones particulares han solicitado al instructor del caso la comparecencia de la prima de Eva, al entender que era su «confidente», en vista de los numerosos mensajes que se cruzaron incluso horas antes del crimen. Sin embargo, el juez ha rechazado esta petición, que ya ha sido recurrida ante la Audiencia Provincial. Además, está pendiente un informe relativo a los posicionamientos de los móviles del sospechoso y de Eva Jaular.

Por su parte, la defensa ha pedido la comparecencia de los forenses, pero también ha sido rechazada por el instructor.