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El presidente regional, Miguel Ángel Revilla, el pasado viernes en la mesa del Consejo de Gobierno. Foto: Celedonio | Vídeo: Pablo Bermúdez

«Ahora me siento culpable. Yo estuve en la manifestación del 8-M y llamé a la gente a asistir»

Miguel Ángel Revilla | Presidente de Cantabria ·

Afirma que «los recursos sanitarios están garantizados» y que hay hasta 1.400 camas listas por si se cumplen los escenarios más extremos

Daniel Martínez

Santander

Domingo, 29 de marzo 2020, 07:27

«No estoy absolutamente nada preocupado por lo personal. Si me pasa, me pasa, pero es que es una cosa...». Miguel Ángel Revilla (Polaciones, 1943) confiesa que por primera vez en su larga vida política tiene pesadillas por culpa del coronavirus. Al presidente de Cantabria el Covid-19 no sólo le quita el sueño, también todas las horas del día. En las últimas semanas su agenda pública se ha limitado a una visita a los trabajadores de talleres que están elaborando máscaras para los sanitarios y otra a la UME. El resto, confinamiento en el despacho de Peña Herbosa, donde su teléfono no deja de sonar y está en contacto directo con los consejeros de Sanidad y Presidencia y con las empresas y particulares que no dejan de ofrecer ayuda.

-Lleva 13 años como presidente de Cantabria y más de 20 dentro del Ejecutivo autonómico. ¿Recuerda algún momento tan crítico como este?

-Yo creo que todos los ciudadanos compartimos la idea de que esto no podíamos ni soñarlo. No te puedes imaginar lo que supone tener la responsabilidad de que te toque un tema de estos siendo presidente o el consejero que tiene que gestionar esta materia. Me pongo en la situación del dolor de tanta gente... Los que están enfermos o los que están en sus casas angustiados. Cada día que esto se alargue se van a crear situaciones de tensiones mayores. Aquí todavía no se ha dado ese caso, pero me vienen a la memoria los que están perdiendo seres queridos y no les pueden despedir, porque se los llevan en camiones como en la guerra. Esto es terrible.

-¿En qué momento se da cuenta de la relevancia de la crisis?

-El 13 de marzo, estábamos con 12 casos. Tuvimos un arreón en los primeros días, pero conocíamos su procedencia: un viaje a Italia y gente joven con casos leves. Parecía estar controlado. ¿Cuándo empieza ese temor? Con los datos de Madrid, que fueron los que obligaron al Gobierno central a decretar el estado de alarma. Aquí se produce un momento que dispara la evolución del virus, cuando Madrid y Euskadi adelantan el cierre de los colegios. Sabemos que hay mucha gente que viene a Cantabria los fines de semana. Ahí se produce un momento en que ellos, desconocedores de que son portadores, empiezan a propagarlo. Se ve claramente en la curva que saca El Diario Montañés. En Santander parecía Semana Santa.

-Entonces todavía era legal el desplazamiento. ¿El Estado tuvo que poner en marcha antes las restricciones?

-Claro que era legal. Y no podemos echarnos la culpa. Otro factor que ha contribuido sin duda a la propagación es la manifestación del 8-M. Yo me siento culpable. Yo estuve en ella y di más de mil besos entre los asistentes e hice un llamamiento a que la gente fuera. Pero quién imaginaba esto. Eso coincide también con la curva. El que se contagió ese día, como el virus hace efecto 10 o 12 días, se ve ahora.

-Hay dos grandes preocupaciones en la calle: la falta de medios y el estado de las residencias.

-Hay una ausencia absoluta de medios por parte del Gobierno de España. No les culpo. Cuando pase esto ya veremos las responsabilidades, pero entiendo que esto ha sido absolutamente inesperado. Te voy a decir todo lo que ha llegado de Madrid. Dicen que han mandado 50.000 mascarillas. Yo le he mandado un mensaje a Pedro Sánchez de indignación. Supongo que no tenga más, pero que digan la verdad. De más de 6 millones, nos han asignado 50.967 y han llegado la mitad. A La Rioja, que tiene la mitad de población, han mandado 96.000.

-El Gobierno ha apelado a la solidaridad con los territorios que están más afectados.

-No. Según los expertos, donde se puede corregir el problema mejor es donde hay menos casos, porque se puede aislar mejor. Pero es que los datos ni así se corresponden. En la primera conferencia sectorial se nos dice que nadie podía hacer compras de manera individual. Luego hubo un cambio. Me consta que lo ha intentado, pero el Gobierno de España no ha conseguido material. En España no tenemos nada.

-¿Ha faltado previsión?

-Tenemos una extraordinaria sanidad pública, pero sólo está preparada para lo conocido. Nadie imaginaba esto. Si a eso se une que en los últimos años se ha recortado bastante...

-¿Qué hace el Gobierno regional ante esa falta de recursos? ¿Cuál es su responsabilidad?

-Son tantas las cosas ... Sobre todo con la colaboración de la iniciativa privada. Algún día daré los nombres. Una empresa de Cantabria ha puesto 800.000 euros para fletar un avión con material que llegará en unos días. Hay que destacar la cantidad de donativos que está habiendo. Entre eso y lo que estamos haciendo nosotros con nuestros operarios, creo que va a estar solucionado casi todo. Lo que queda no podemos solucionar desde aquí. Son los respiradores y va a llegar gracias a una empresa que la gente se puede imaginar. Hablé con la que manda y no sólo lo gestiona, el dinero lo ha puesto ella.

-Sanidad trabaja con varios escenarios de incidencia en función de las proyecciones que se han hecho sobre la evolución del virus. ¿En cuál de ellos estamos?

-Creo que va a ir en consonancia con el resto de España. Parece que el porcentaje de afectados va a estar en la media. Lo que estará por debajo de la media, porque tenemos muy buenos servicios sanitarios, es el número de hospitalizados, el número de gente que entre en UCI y el de muertes. En China, el 20% de los afectados pasó por hospitales. No sé por qué circunstancia, aquí probablemente en España, será del 30%. De ese 30%, no más del 5% necesitará la UCI. De los que van a la UCI, una gran parte necesita los respiradores. Si no los tienen, hay que decirlo con mucha dureza, se muere. Por eso el tema de los respiradores es fundamental.

-Eso, en números, ¿en qué se traduce?

-Con el peor de los picos, en 5.000 afectados. Me pongo en la banda alta de las proyecciones. Vamos a decir que un 25% necesita ir al hospital. En la peor de las circunstancias, necesitaríamos 1.400 camas y tener como mínimo 80 respiradores de intubación para casos graves y 50 normales. Creemos que el porcentaje de muertos será del 3%. Es duro. Es una enfermedad diabólica y rápida, pero no muy mortal. En casa se van a curar casi el 80% sin secuelas.

-¿Han notado cómo se están encareciendo los precios?

-Hay un buitreo... Al lado de la solidaridad siempre aparecen los buitres. El respirador que era a 9.000 euros, esta empresa los ha pagado a 30.000. No es fácil conseguirlo en un mercado en el que hay un sólo vendedor e infinitos compradores. Salvo China, donde todo empezó y ahora está controlado, nadie fabrica. Y hay otra cosa. En este momento viene de Lieja -llegó ayer- un camión nuestro, comprado por la Consejería de Presidencia. Es que es terrible. Bélgica nos quería quitar las caretas.

-¿Cuál es la situación actual de los hospitales?

-No hay ninguna saturación en Valdecilla, ni en ningún hospital. Ahora tendríamos 648 camas para el coronavirus. Y tendríamos una capacidad de pasar de 29 en UCI a 70 con la garantía de los respiradores. Quiero tranquilizar a los cántabros, porque los medios sanitarios están a corto y medio plazo, en cuanto a personal, garantizados. Hay 279 sanitarios nuevos. Y en disposición de camas para atender.

-¿Y el resto hasta llegar a esas 1.400 camas que harían falta en el peor de los escenarios?

-Como digo, 648 ya las tenemos con la ampliación de Valdecilla, Liencres, Sierrallana, Laredo y 20 camas en Reinosa. Si se alcanzase el pico máximo, tenemos habilitado otro lugar. Ya tenemos la autorización del Ayuntamiento de Santander para el Palacio de Exposiciones. Se iban a ir los de la UME y les dije que no, que esperaran a desinfectar. Tenemos casi 200 camas de Cruz Roja para meterlas allí. Podemos recurrir a la sanidad privada concertada con Santa Clotilde, Mompía... Y si eso no fuera suficiente, tenemos preparados cuatro hoteles. No te imaginas la cantidad de hoteles que nos han dicho: 'Aquí tenéis la llave'.

-¿Mantiene el Gobierno que el pico epidémico se alcanzará a principios de abril?

-Se ha retrasado. En otros sitios igual sí. Nosotros vamos detrás de los demás. Cuando empecemos a ver la solución será cuando el número de los que entran en el hospital sea inferior al de los que se curan.

-¿Qué le parecen las primeras medidas de choque que ha tomado Pedro Sánchez?

-Esto va a pasar, por duro que sea. Tenemos que seguir con los confinamientos. Y haciendo caso a quien tiene la competencia. A quien tiene el mando. Hay quien no lo entiende, como Torra, aunque el último día ya estaba más tranquilo. En toda guerra tiene que haber un mando único, lo que pasa es que aquí este mando único no estaba preparado. Hemos ido a la guerra sin cañones.

-¿Se podrá extraer alguna conclusión positiva de esta crisis?

-Aparte de que hemos visto que somos un gran pueblo, también hemos comprobado que no somos dioses, porque estamos a punto de llegar a Marte y no somos capaces de luchar contra un microbio. Estoy seguro de que antes de dos meses vamos a ver un antiviral más o menos eficaz y una vacuna, que en un año igual ya está en marcha. Y que no se me olvide hablar del sector primario. Hace poco en Europa han querido reducir las ayudas un 30%. Esas ayudas son necesarias para garantizar que la gente siga en el campo y que todos tengamos alimento. Con un tercio de la humanidad confinada, no me quiero ni imaginar qué pasaría si no les llegara comida a casa. No habría policías para parar los robos. Esa gente del sector primario es la que mantiene la convivencia.

-Dice la presidenta del PP que Sanidad ha dejado a las residencias de mayores «solas y desatendidas».

-Las hemos desinfectado todas y lo hacemos dos días por semana. Hemos movilizado a todos esos voluntarios más los que tenemos de plantilla. Y hemos hecho una cosa por la que algunos han puesto el grito en el cielo, pero es lo que nos dicen los sanitarios. Para el que pueda, que igual no puede nadie. El que esté limpio del virus, la mejor manera de aislarle es llevarle a casa si su familia puede, y después ya volverá. Si en una residencia hay 100 y 40 están contagiados, parece una medida lógica. Actuamos en favor de ellos, y en favor de los se que quedan porque así van a tener más atención. Dicen que los queremos echar para casa. No es eso.

-¿Cómo cree que está siendo el papel de la oposición en esta crisis, tanto a nivel nacional como regional?

-Yo he estado en la oposición más tiempo que gobernando. Ante un tema de estos, te juro que sería incapaz de hacer carroña. Que llame el PP a la suya de Madrid (a la presidenta Díaz Ayuso). Ellos saben que estamos haciendo todo lo que podemos. Deberían actuar, en la línea de la llamada que recibí hace cinco días de Buruaga: 'Miguel Ángel, a tu disposición, lo que necesites'. Cuando esto pase, leña al mono si lo hemos hecho mal. Que lo hagan ahora me parece que es negativo, incluso para ellos. Que nos digan soluciones si las saben. ¿Nos preguntan por los test rápidos? Que me digan donde hay, que voy y los compro. Está pasando sobre todo en España, pero en Cantabria ya empiezan también.

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