Un aplauso para la sociedad cántabra

El Diario Montañés presentó este jueves a la comunidad el Anuario de Cantabria 2020, un trabajo periodístico gestado en el ocaso del año del covid y alumbrado en una gala frugal en la que este medio distinguió a toda la sociedad de la región con el premio Cántabro del Año. Por su coraje, por su entrega, por su vocación, por su constancia, por su esfuerzo y por su solidaridad, por su acción humanitaria, en resumidas cuentas, testimoniada en las casi 300 páginas en las que la publicación resume todo cuanto aconteció el año que sacudió nuestras vidas.

Celebrado en la Sala Argenta del Palacio de Festivales, y conducido por los periodistas Álvaro Machín y Pilar González Ruiz, el acto congregó a un muy reducido elenco de la sociedad cántabra que acudió en representación de todos y cada uno de sus universos para presenciar el nacimiento de la trigésimo sexta entrega del Anuario de Cantabria, una obra indispensable en la estantería de cualquier biblioteca por el enorme valor que entraña su contenido.

Políticos, empresarios, deportistas, personalidades del mundo de la cultura y del espectáculo abrigaron con su presencia la puesta de largo de la publicación, en boca de todos en los prolegómenos de una sobria ceremonia a la que no pudo asistir finalmente la plana mayor del Gobierno –confinada esta misma semana a consecuencia del coronavirus– pero en la que sí se dejaron ver abundantes rostros conocidos. Así por ejemplo, los populares María José Sáenz de Buruaga, Íñigo Fernández, Roberto Media, Pedro Gómez o César Díaz, los regionalistas Guillermo Blanco, Pedro Hernando o Paco Martín, el rector de la UC, Ángel Pazos, el presidente de la CEOE-Cepyme, Enrique Conde, el todavía presidente de Liberbank, Pedro Manuel Rivero, la directora de Altamira, Pilar Fatás y, por supuesto, personalidades con fuertes vínculos con El Diario Montañés, tales como Mariano Linares y Manuel Ángel Castañeda Pérez, entre otros muchos.

Sonorizada por los miembros de la Orquesta Sinfónica del Cantábrico, que adaptó para la ocasión las 'Variaciones Enigma' compuestas por Edward Elgar interpretándolas sobre un escenario con seis butacas vacías, la gala arrancó puntual con la proyección de un conmovedor vídeo en el que tres cántabros relataron cómo consiguieron sobrevivir a una enfermedad que les arrastró a la UCI.

Un documento muy personalizado con el que este periódico quiso prologar su Anuario 2020, cuyo contenido acapara en su totalidad la pandemia del covid, su origen, su expansión y sus demoledores efectos sanitarios y económicos.

Elaborado por sesenta redactores, corresponsales, colaboradores, fotógrafos y diseñadores de El Diario Montañés, el trabajo recoge una completa cronología de lo ocurrido durante 2020, el año 'maldito' del coronavirus, tanto aquí, en Cantabria, como en España y el resto del mundo, así como amplios resúmenes de todo aquello que fue noticia. Ello, a lo largo de casi 300 páginas donde caben la información, el análisis e incluso la opinión adobadas con más de 250 fotografías que hablan por sí mismas del dolor y el sufrimiento generados por una pandemia universal, pero también de la valentía con la que la ciudadanía ha sabido enfrentarla.

Valentía que El Diario Montañés no se resistió a recompensar concediendo a toda la sociedad el premio Cántabro del Año 2020. Suyo es por derecho y con todo el merecimiento.

Claro que antes había que premiar al Cántabro del Año 2019, un galardón que este periódico no pudo entregar la pasada primavera a causa de la compleja situación sanitaria del momento y que puso en las manos de los propietarios del restaurante Cenador de Amós.

Muy agradecidos, y emocionados por la complicada situación que está atravesando su sector, Jesús Sánchez y Marián Martínez, pareja y socios en un negocio en el que él ejerce como chef y ella como directora general, recogieron un merecido título que este periódico les otorga por la concesión a su establecimiento de la tercera estrella Michelin justo aquel año.

«Para nosotros es un honor recibir este reconocimiento ahora, en unas fechas tal especiales», confesó el sensacional cocinero probablemente acordándose de la crítica situación por la que atraviesa el sector de la hostelería y todos sus colegas.

«Y, bueno, podría hablarles del esfuerzo, del sacrificio, del trabajo que hemos hecho durante los últimos 25 años Marián y yo, pero hoy, mejor, me gustaría hablarles de la palabra equipo, de lo importante que ha sido eso para hacer realidad este sueño», subrayó Sánchez haciendo partícipes del premio a sus colaboradores en el Cenador de Amos. Con ese gran objetivo ya cumplido, con tres estrellas en su mandil, el chef entiende que, ahora, «nuestro desafío es inocular otra palabra al resto de la ciudadanía: esperanza, porque con esperanza es como vamos a conseguir salir de esta».

Sánchez y Martínez sucedían como cántabros del año a la deportista Ruth Beitia y a los responsables del Instituto de Hidráulica Ambiental (IH) de Cantabria Raúl Medina e Íñigo Losada, acreedores, los tres, a los galardones de los años 2017 y 2018. Y a los hosteleros iba a relevar de seguido la sociedad cántabra, representada por seis ciudadanos seleccionados de entre los miles que en los tiempos más duros de la crisis dieron lo mejor de sí mismos en la guerra sin cuartel contra una bestia por entonces desconocida.

De ahí las seis butacas vacías sobre el escenario, que, una a una, fueron ocupando el coraje, la entrega, la vocación, la constancia, el esfuerzo y la solidaridad, valores que encarnaron en el nombre de toda la sociedad cántabra dos hombres y cuatro mujeres: Juan Carlos Rodríguez (jefe del servicio de Medicina Intensiva del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla); Julián Crespo (quiosquero de Torrelavega); Diana Mirones (portavoz del Cuerpo Nacional de Policía de Cantabria); Sara Gómez (trabajadora del centro residencial Cadmasa); Silvia García (limpiadora del centro de salud de Renedo de Piélagos); y Sonia Grueso (cajera de Lupa Supermercados).

En ellos vio El Diario Montañés reflejado el ejemplar comportamiento de la sociedad cántabra ante tan difícil momento, expresado día tras día con inolvidables gestos de humanidad que fueron y aún siguen siendo determinantes para mantener al conjunto de la ciudadanía firme ante la adversidad.

En el nombre de esos seis cántabros, y en el de los 582.000 restantes que este jueves no pudieron recoger la parte proporcional que les corresponde de este premio, habló el doctor Rodríguez para ampliar el ya extenso catálogo de valores y cualidades.

Felicitando a El Diario Montañés «por su acierto» al nombrar al conjunto de la sociedad Cántabro del año 2020, el médico se refirió al «desconcierto e inseguridad por una situación que nunca pensamos que íbamos a vivir y que nos ha mostrado lo frágiles que somos como personas y como sociedad»; al «miedo e incertidumbre por una nueva enfermedad devastadora y con una gran capacidad de transmisión»; al «cansancio por unas jornadas de trabajo que eran agotadoras –y que aún hoy lo siguen siendo– y por unas limitaciones y restricciones que cambiaron nuestra manera de vivir»; al «reconocimiento recibido de los ciudadanos a través de aquellos aplausos a las ocho de cada tarde que conseguían que no nos sintiéramos solos»; y a la «responsabilidad mostrada por todos nosotros, que siempre supimos que íbamos a tener que dar lo mejor de nosotros mismos para poder superar esta crisis». Un objetivo, aseguró para acabar el doctor, «en el que no ha fallado nadie».

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