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Fernando Ruiz
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Fernando Ruiz
Tras haber estudiado Veterinaria en la Universidad de Extremadura y llevar más de una veintena de años en la profesión, Fernando Ruiz (Santander, 1970) ha ... sido vicepresidente del Colegio Oficial de Veterinaria de Cantabria, un cargo que ocupó durante siete años, para después ascender a presidente desde hace dos años. Con una «clara vocación» con el trabajo que desarrolla, Ruiz aborda en El Diario Montañés los principales problemas y reivindicaciones de la veterinaria.
-La última polémica está relacionada con el nuevo registro de medicamentos. ¿Qué opina del parón de actividad de las clínicas?
-El parón pone de manifiesto la necesidad que tienen los clínicos de evidenciar de una manera inmediata que la situación a la que se ven abocados a día de hoy no es sostenible. Les genera una modificación en el día a día de su trabajo que no se puede asumir de la noche a la mañana.
-Otra de las reclamaciones está relacionada con el IVA. ¿Qué situación hay respecto a ese tema?
-Son situaciones paradójicas que se viven en el día a día de las clínicas que se vienen arrastrando desde bastante tiempo atrás y hace que se colme el vaso, ya no solo por la última gota, sino por un continuo chorro. El IVA en nuestro sector está asociado a productos o actividades que no son de primera necesidad, y eso no encaja muy bien con las exigencias de la veterinaria a la hora de tenerla en cuenta como una actividad vinculada con la salud pública. Ahora mismo el IVA está al 21% y el objetivo es bajarlo al 10% o al 6%, en función de cómo se catalogue la actividad que realizamos, pero considero que nuestro trabajo está relacionado con la salud pública.
-Otra de las quejas está relacionada con la dispensación de medicaciones. ¿En qué punto se encuentra este asunto?
-Esta acción se ha visto agravada por la puesta en marcha del último real decreto -en el que se incluye también el Presvet-, porque la actual dispensación genera problemas en el desarrollo de la actividad diaria. El clínico al valorar al paciente hace una consideración de cuáles son las cuestiones generales y cuando lee que la patología que se recomienda para ese fármaco concreto no se ajusta a la situación del animal, es él el que puede comisionar esa patología y poner otra distinta. Ahora eso está muy restringido en la práctica habitual y supone un menoscabo de las facultades del clínico para desarrollar su actividad. Por no hablar también de que el nuevo registro de los medicamentos condiciona la agilidad, o no, de encontrarlos. A día de hoy está prohibida la venta en clínicas, salvo casos muy excepcionales, y sólo se permite la cesión. Eso se traduce en que en muchos casos dificulta bastante conseguir medicamentos en las farmacias.
-Por otro lado, ¿qué radiografía deja el mundo ganadero?
-Lo primero que hay que poner de manifiesto es su importancia. Cuando hablamos de la cadena de producción de alimentos y de ganaderos y veterinarios, muchas veces no somos capaces como conjunto de la sociedad de tener esa sensación de interiorizar cuál es la trascendencia de ese trabajo. Es verdaderamente trascendente la soberanía alimentaria o la capacidad que podamos tener para hacer llegar a las mesas alimentos de muchísima calidad y seguridad alimentaria.
-Una de las grandes polémicas que salpica a este sector es el lobo. ¿Hasta qué punto puede llegar a afectar?
-Este asunto desgraciadamente ya no es una valoración que se pueda hacer aventurándola, porque ya está presente a día de hoy y tenemos un registro de que un buen número de ganaderías han ido cerrando, ya no solo porque hay una situación clínicoeconómica que dificulte la viabilidad de las granjas, sino por la propia supervivencia de los animales. Hay zonas especialmente afectadas por el lobo que todos los días tienen la notificación de algún incidente. Es una espada de Damocles permanente sobre cada una de las ganaderías. Actualmente se puede considerar que los precios no son malos, pero se está lastrando una situación que pudiera beneficiar el desarrollo de la ganadería. Ya no vamos a hacer una elucubración de lo que puede pasar, porque ya está pasando. Están cerrando ganaderías que en condiciones normales, y si no se vieran afectadas por esta cuestión particular del lobo, podrían perfectamente seguir desarrollando su actividad, e incluso creciendo.
-¿Se podría decir que la situación es un tanto crítica?
-Lo es sin duda alguna. Solamente hay que acercarse a recoger los testimonios de los ganaderos que todos los días están modificando sus sistemas de manejo de ganado, con lo que supone todo ello desde el punto de vista económico y logístico, para poder hacer frente a la permanente amenaza lobo.
-¿Considera que la solución sería excluir al lobo del Lespre?
-Parece evidente que esta situación del lobo se ha visto claramente agravada a raíz de su inclusión. Tampoco significa que esto a lo mejor vaya a ser la única solución, pero desde luego se ha visto que su introducción en el Lespre ha generado un crecimiento exponencial de los ataques y de la población de estos animales. Por tanto, me parece que sacar al lobo del Lespre es una medida que cabe ya suponer con un efecto prácticamente inmediato y, desde luego, un síntoma o signo de acercamiento a la realidad que están sufriendo los ganaderos. Supondría una clara determinación por parte de las autoridades competentes para poder poner un poco de luz sobre el tema. Por lo que, es una solución más que factible.
-¿Cree que las instituciones están alejadas del asunto?
-Con el tema de las instituciones no hay que generalizar mucho por el error que eso supone. Hay muchas de ellas que están dando la batalla y haciendo todo lo que pueden para que el lobo salga del Lespre, y luego hay otras que están haciendo lo contrario.
-Hablemos del perfil de la profesión. ¿Qué le parecen los sueldos?, ¿hay un mayor número de hombres que de mujeres?
-Los salarios de la profesión son muy bajos y sería deseable que se fueran modificando estas cuestiones por la trascendencia del tipo de actividades que desarrollamos. Respecto al personal, la veterinaria antes era una profesión eminentemente masculina y ahora, en el Colegio, somos unas 500 personas y los géneros están equiparados prácticamente al 50%.
-Por último, ¿echa en falta alguna Facultad de Veterinaria en Cantabria?
-Hablar solamente de Facultad de Veterinaria y restringirlo al ámbito autonómico es una forma de mirar la situación un poco provinciana. En España tenemos mayor número de facultades de estos estudios que en varios países de la Unión Europea juntos. Así que, la oferta que tenemos en España es suficiente y más que buena.
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Ana del Castillo
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