La sala de lo Contencioso Administrativo, presidida en funciones por Clara Penin, echa por tierra todas sus expectativas de las firmas tras más de dos años de litigio al considerar que no existen esos daños que se reclaman y que los parques pueden seguir tramitándose ahora con la nueva legislación. Sólo les reconoce el derecho a recuperar «los gastos que asumieron en su día y los costes de constitución del aval tras la adjudicación de la potencia y hasta su devolución». Una cantidad que está pendiente de cuantificar y que podría oscilar entre 300.000 y 400.000 euros, según las primeras estimaciones. El Gobierno, no obstante, tiene pensado recurrir para tratar de ahorrarse también desembolsar esta partida.
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18 de noviembre de 2010.
El Gobierno PRC-PSOE adjudica a siete consorcios el concurso eólico.
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23 de octubre de 2012.
El juez tumba el concurso eólico por incumplir el Plenercán y carecer de informe ambiental.
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24 de octubre de 2012.
El Gobierno del Partido Popular anuncia que no recurrirá la anulación del concurso eólico porque «era una chapuza».
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23 de marzo de 2014.
Cinco de los siete grupos adjudicatarios del primer concurso eólico confirman su recurso ante el Tribunal Supremo.
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15 de junio de 2015.
El Alto Tribunal entierra de forma definitiva el concurso eólico.
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19 de junio de 2015.
Blas Mezquita presenta la multimillonaria demanda que reclama los 114 millones de euros. Poco después hacen lo propio Cantabria Generación , Viesgo y EDP.
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20 de febrero de 2018.
Tumban la reclamación de Sniace y Helium y ya sólo queda una pendiente.
Sniace y Helium formaron uno de los siete grupos que resultaron adjudicatarios del concurso eólico junto a la Sociedad de Capital Riesgo Global (Banco Santander), aunque está última no ha firmado la demanda. El concurso logró en diciembre de 2010, en una resolución firmada por el entonces consejero de Industria, el socialista Juan José Sota, una concesión de 189 megawatios para la instalación de un parque eólico entre los municipios de Soba y Vega de Pas. Además, el proyecto industrial que comprometía Sniace por esta adjudicación era la construcción de un Centro Tecnológico de Bioenergía, con una inversión de 7,3 millones de euros.
La Justicia dice que los daños no existen y que pueden seguir impulsando los parques
No es esta la primera reclamación que el Gobierno gana a las empresas afectadas por la anulación del anterior concurso eólico, pero sí es la de más entidad económica. Por ejemplo, Cantabria Generación exigió que se le reembolsen los gastos originados por las tasas y los avales que tuvo que pagar, una cantidad cercana a los 800.000 euros. También lo hizo Viesgo. Ambas fueron desestimadas íntegramente. Blas Mezquita presentó la denuncia cuatro días después de que el Tribunal Supremo enterrara definitivamente el concurso eólico y condenara en costas a las empresas recurrentes.
Proceso judicial
El concurso eólico fue anulado en primera instancia por el Tribunal Superior de Justicia en octubre de 2012 tras la demanda interpuesta por la asociación ecologista ARCA, que había avisado reiteradamente al Gobierno del PRC-PSOE de las irregularidades legales durante la tramitación del plan. La anulación definitiva, por sentencia del Tribunal Supremo, respondía a un recurso contra el fallo del Tribunal Superior presentado por siete de los adjudicatarios, entre los que no estaba el grupo liderado por Sniace.
La sentencia del Supremo censura y rechaza la forma en la que fue diseñado el concurso eólico al considerar que la ampliación de la zona susceptible de albergar molinos y la de la potencia instalada -que pasaba de 300 megawatios de potencia en tres zonas a 1.400 megawatios- en las siete finamente adjudicadas, incluía previsiones y determinaciones que son propias de un instrumento de planificación, sin que se sometiese al trámite esencial de la evaluación ambiental estratégica, preceptiva para los planes y programas con efectos significativos sobre el medio ambiente.
Cuatro empresas tramitan 15 proyectos en la región
Cantabria está a la cola de España en el desarrollo eólico. Pese a que las energías renovables han sido prioridad para los sucesivos Ejecutivos cántabros, la realidad se impone y la región sólo cuenta con un parque eólico, el de Cañoñeras, instalado en Soba. En los últimos diez años no se ha sumado ni un nuevo megavatio. En la actualidad, cuatro empresas –Biocantaber, EDP renovables, Viesgo renovables y Crossfield Engineering– tramitan 15 proyectos, con una potencia de 550 megavatios, de los 707 que hay en juego, una inversión superior a los 720 millones de euros y una implantación de 209 molinos. Pero sólo tres se encuentran en fase avanzada de tramitación.
Siete de los proyectos fueron presentados en la anterior legislatura. Se trata de los planteados por Biocantaber (El Escuchadero, Peñas Gordas, Cruz del Marqués y Las Matas) y EDP Renovaveis Cantabria (Céspedes, Somalona-Las Quemadas y La Milla-El Horno). Las dos promotoras están rediseñando los parques presentados para adaptarlos al Plan de Sostenibilidad Energética.
Los de Viesgo y Crossfield Engineering tienen están en proceso de subsanar algunos fallos detectados.
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