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El euríbor a doce meses, indicador de referencia para la gran mayoría de hipotecas a tipo variable, ha pasado de valores negativos el año pasado, a cerrar septiembre por encima del 2,2%. Se trata del nivel más alto de los últimos trece años. Un ... duro golpe para muchos cántabros que además de soportar una inflación disparada desde hace meses, ven cómo también incrementan sus préstamos hipotecarios. De ahí a que muchos de ellos se hayan planteado pasar su hipoteca variable a una de tipo fijo «para evitar más sustos en el futuro». O negociar con el banco sus condiciones. O simplemente aguantar el «chaparrón» y reajustar sus gastos para llegar «tranquilos» a fin de mes.
CARLOS ROMERO
Cambio de fijo a variable
ÁNGEL GARCÍA
Hipoteca mixta
maría santamaría
Hipoteca variable
Santiago alonso
Amortizar la hipoteca
valeriano teja
Hipoteca fija
Como cada semestre, cuando se acerca el momento de la revisión de la hipoteca, Carlos Romero acudió a su oficina para conocer los cambios a los que tenía que hacer frente. «Casi 100 euros más de la noche a la mañana». Romero se compró en 2016 un bajo en la S-20. Le costó 180.000 euros y contrató una hipoteca de tipo variable a 30 años con un interés del 1,3%. Hasta hace una semana pagaba 500 euros al mes, «un precio que llevaba ya asumiendo desde hace tiempo y que me puedo permitir, pero 600...». Ante esta nueva realidad, y en vista de que la situación «parece que no va a cambiar», Romero decidió negociar con el banco para modificar su préstamo a tipo fijo. «No quiero más sustos en el futuro. Además sé que mucha gente de mi entorno ha hecho lo mismo por si las moscas. No nos queremos arriesgar», explica.
A Santiago Alonso todavía le quedan dos meses para la próxima revisión de la hipoteca. La última la hizo en verano y todo fue con normalidad. Él también reside en la zona de la S-20 en un piso de 114 metros cuadrados que se compró en 2007 con una hipoteca variable al 0,45% de interés. Eso le ha beneficiado durante los últimos años ya que comenzó pagando 900 euros mensuales. Una cifra que descendió hasta los 450 euros. Aun así, ha calculado que en enero el coste ascenderá a 198 euros. «Una burrada». Por eso, y teniendo en cuenta que le quedan siete años para saldar el préstamo –aproximadamente 60.000 euros–, se está planteando amortizarlo. «Tengo el dinero ahorrado. Y creo que es el momento de utilizarlo. Al año estaría pagando casi 2.000 euros más. Es lógico que prefiera evitar la subida», sentencia Alonso.
Ángel García es de los afortunados que, por el momento, no tiene que hacer frente a la escalada del euríbor, ya que tiene una hipoteca de tipo mixta –10 años fija y 20 variable–. Decidió «aventurarse» junto a su pareja a comprar una vivienda en Piélagos en abril, ya iniciada la guerra en Ucrania. «Vivimos en un piso de 100 metros cuadrados y nos costó 93.000 euros al 0,89% de interés». Actualmente pagan 300 euros mensuales. «Creo que hemos tenido suerte porque lo firmamos antes de esta subida. Ahora mismo no tendríamos un interés tan bajo. Al menos estos años nos salvamos», dice.
Una vez pase este período, verán lo que hacen. «Si la situación está muy disparada y tenemos que pagar mucho más que ahora, iremos al banco e intentaremos negociar». No obstante, van a intentar «ir amortizando» el préstamo por si pueden pagarlo en menos de 30 años. «Pondremos, mientras nos lo podamos permitir, un poco más de dinero todos los meses».
María Santamaría y su marido aún están asimilando el incremento de gastos al que se enfrentan. Su hipoteca, que inicialmente estaba en torno a los 640 euros mensuales, se situó en casi 750 euros. «Es mucho teniendo en cuenta que los salarios no suben. Además cuando voy al supermercado me gasto mucho más, y la gasolina... No queda otra que reajustar y priorizar gastos. Salir menos, viajar menos. Tengo tres hijos. Lo pienso y menos mal que trabajamos los dos. Si no, no sé que podríamos hacer». Y reconoce que no va a negociar con el banco «porque no van a acceder a ello».
Los de la hipoteca fija tampoco se libran. Valeriano Teja se lo pensó mucho antes de comprarse un piso y firmar las condiciones con el banco. De hecho, pasó por diferentes entidades antes de tomar la decisión definitiva. «En casi todos el tipo de interés que nos daban con bonificaciones era de tipo fijo. Entonces mi pareja y yo optamos por esa opción con un interés de 0,95%». Por circunstancias ajenas a ellos, la firma oficial se ha retrasado casi ocho meses. Y finalmente la semana pasada oficializaron el préstamo. «Desde que lo hablamos en abril con el banco, el interés ha subido al 1,6%. «Es casi un punto, muchísimo. Y me he dado prisa porque el uno de noviembre iba a volver a subir todo otra vez», dice.
Teja tiene claro que volvería a contratar una hipoteca fija. «En las circunstancias en las que estamos, con la guerra de Ucrania y la crisis económica, no quiero exponerme más y pagar más en el futuro».
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