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Entre 2014 y 2017, en tres años, se produjeron en Cantabria 2.520 incendios que afectaron a casi 40.000 hectáreas de zonas forestales y vegetales según los datos de la Consejería de Medio Rural del Gobierno de Cantabria. En este mismo periodo, la ... Fiscalía asegura que los juzgados dictaron ocho sentencias por asuntos de este tipo. Es decir, que tan sólo en uno de cada 315 casos se pudieron depurar responsabilidades y sus autores fueron sometidos a las penas que recoge el Código Penal -entre uno y cinco años de cárcel con agravantes en casos de especial riesgo por condiciones meteorológicas o del terreno-. Así, sus autores tuvieron que hacer frente a las responsabilidades económicas para resarcir el daño causado.
La proporción es mínima porque, a pesar de que el Seprona de la Guardia Civil utiliza cada vez métodos más avanzados, es muy complicado dar con los autores si no se les caza 'in fraganti'. Por eso Ricardo Díaz, el teniente responsable de esta unidad dedicada a la protección de la naturaleza, pone en valor que ya hayan sido identificados dos sospechosos en Los Tojos y San Roque de Riomiera, que ya han prestado declaración y están en libertad con cargos. Además, el delegado del Gobierno en Cantabria, Pablo Zuloaga, aseguró el pasado lunes que ambos pasarán próximamente a disposición judicial y se trabaja para «encontrar a más responsables». De hecho, en las próximas horas podría haber novedades a este respecto.
El mismo estudio de la Fiscalía en Cantabria señala que la Dirección General de Medio Natural remite al Ministerio Público información sobre todos los incendios que se producen en la región, el problema es que en la mayor parte de las ocasiones la comunicación llega sin autor conocido, lo que hace muy difícil que se produzcan avances y suele traducirse en un archivo de la causa. Además, cuando sí se señala a un posible responsable, casi siempre son casos de fuegos imprudentes pero no intencionados, como los que surgen por quemas de rastrojos que se descontrolan.
Los incendiarios han aprendido cómo 'hacer su trabajo' sin ser descubiertos. Cuando apenas se ha iniciado la investigación sobre el terreno, las autoridades y los técnicos de Medio Natural ya han localizado hasta 70 mechas retardantes preparadas para provocar llamas. Este método da a los que quieren prender el monte entre 30 y 45 minutos para abandonar el lugar antes de que comience a aparecer el humo.
Cantabria es la comunidad más calcinada por el fuego: el 12,27% de su territorio se ha quemado en lo que va de década. El dato lo pone sobre la mesa la asociación sin ánimo de lucro Reforesta, que se muestra partidaria de cambiar la gestión ganadera para evitar el «el calcinamiento del norte de España». Según su último informe de la materia, la región está muy por delante del resto de autonomías de España. Le sigue Galicia (9,32%) y Asturias (6,4 %). «Parece contradictorio que sean regiones atlánticas las que más se queman. Según las estadísticas, las quemas relacionadas con la ganadería y la agricultura son las principales desencadenantes de incendios forestales», afirman.
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