Sólo nueve de los 33 municipios cántabros con policía local tienen turno de noche

La responsabilidad de este déficit de agentes es compartida por las administraciones locales y la Delegación del Gobierno. Por un lado, los municipios son los que deben tener presente la necesidad de personal de policía local que hay en cada localidad, y son varios los que incumplen la tasa legal que impone la ley –1,5 uniformados por cada 1.000 habitantes–. Pero luego está la Policía Nacional y la Guardia Civil, una cuestión que depende directamente de la Delegación del Gobierno;aunque es la Benemérita la que más territorio debe cubrir, pues salvo en Torrelavega y Santander, donde tiene competencia la Policía Nacional, son ellos los que garantizan la seguridad ciudadana.

La situación de muchos consistorios es deficiente en esta materia. En total, 33 de los 102 municipios cántabros tienen policía local, y de ellos, sólo 9 cuenta con turno de noche. Eso es un 27%. Básicamente se les está lanzando un mensaje a los delincuentes, y es que serán libres de hacer el mal cuando se ponga el sol, dado que nadie los perseguirá.

Tiene turno policial de noche Santander, donde además los servicios se completan con el apoyo de la Policía Nacional. También Torrelavega, donde sucede lo mismo. Castro Urdiales tiene agentes locales en las calles por la noche, igual que Camargo y Laredo. En este último ha habido amagos de quitarlo, pero ha terminado por mantenerse porque ha de dar el servicio de Depósito Municipal de Detenidos, con lo que está obligado a mantener la comisaría operativa las 24 horas del día.

Santoña pone agentes locales en las calles de madrugada pero solo los fines de semana, igual que Bezana y El Astillero. Yen Noja sólo patrulla una persona. Fernando Cerro, jefe de la Policía Local en este municipio, es uno de los que más está luchando por lograr un incremento de efectivos. «Es además justo por estas fechas, después de todo el trabajo del verano, cuando llegan las vacaciones y se nota que las plantillas están más flojas», explica el uniformado. «El problema de las noches es sólo un asunto colateral más. Lo que no se puede es querer cubrir bien los servicios con 15 agentes, que es lo que tenemos nosotros», insiste Cerro.

En Camargo la situación es parecida. Son actualmente 20 agentes, pero los programas de movilidad dejarán la plantilla en 18 en unas semanas. «Estamos notando cada vez más que el déficit de efectivos es un problema que hay que solucionar», se suma Tomás Ramos, responsable del cuerpo municipal. «Hay que incrementar el número de efectivos en muchos ayuntamientos porque es importante tanto para dar buen servicio como para garantizar la seguridad de los agentes», matiza.

El problema, según los representantes de la Asociación de Policía Local y Bomberos de Cantabria (APLB), es que la seguridad ciudadana no se está tomando como una prioridad «hasta que sucede algo y saltan las alarmas». Lo dice Benito Santamaría, responsable del colectivo. «Hay que invertir en seguridad porque es precisamente eso, una inversión. Si no lo hacemos, luego no podemos venir quejándonos de lo que pase, porque cada vez hay más sensación de inseguridad en la calle. Eso es así. Lo vemos y nos lo cuenta la gente». Pone la mirada en Piélagos y en lo que ha sucedido en las últimas semanas, «pero es algo que estamos viendo en muchos ayuntamientos, porque además la Guardia Civil, que es la que tiene competencia en seguridad ciudadana, no se nos olvide, tampoco tiene gente», agrega el responsable de APLB.

Son muchos los consistorios que aseguran que no tienen apoyo de la Benemérita. Uno de los últimos episodios que evidencian este problema es el vivido este pasado verano en Limpias, cuando tras una reyerta multitudinaria el alcalde, Ignacio Sáinz (PP)llamó a la Guardia Civil «y llegó tres horas después, cuando ya no quedaba nada ni nadie». «Hemos contactado con Delegación de Gobierno pero no nos ofrecen ninguna solución, así que es probable que el año próximo contratemos un servicio privado de seguridad para las fiestas», anuncia el regidor.

Delegación de Gobierno no ofrece cifras de agentes de la Benemérita dedicados al trabajo de noche. Eugenia Gómez de Diego, responsable del Gobierno central en la región, asegura que «Cantabria tiene una de las tasas de criminalidad más bajas de España –10 puntos por debajo de la media nacional–». También que «se han revertido los recortes del PP y la comunidad cuenta a día de hoy con 1.720 efectivos en Guardia Civil y Policía Nacional, un crecimiento de 5,3%, lo que se traduce en 87 efectivos más, a los que hay que sumar 42 guardias civiles que están en prácticas». Pero la sensación en la calle es bien diferente. «Hace meses que no veo un coche de la Guardia Civil por la calle por las noches, qué quieres que te diga», denunció uno de los vecinos afectados por los robos en Piélagos en las últimas semanas, que prefiere el anonimato.

Dicen algunos agentes municipales que donde hay Policía Local, «la Guardia Civil ni está, ni se la espera». Así las cosas, entre unos y otros, la casa se queda sin barrer. La sensación de inseguridad crece y salvo algunos municipios que ya han anunciado su intención de incrementar plantillas, como es el caso de Piélagos, pocos parecen dispuestos a responsabilizarse del problema.