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Pese a la potencia colonizadora de este coronavirus, que continúa pasando como una apisonadora por el mundo, existen pequeños oasis en la región que hasta ahora han conseguido burlarlo. Son poblaciones apartadas de la Cantabria más rural donde la ausencia de turismo y ... la escasa movilidad de sus vecinos han cerrado la puerta al microorganismo. Ahora mismo hay sólo once municipios en los que la enfermedad aún no ha encontrado la forma de entrar desde que en marzo comenzara la crisis sanitaria. Son Arredondo, Cabezón de Liébana, Pesaguero, Pesquera, Polaciones, Ruiloba, Saro, Tresviso, Tudanca, Vega de Liébana y Villaverde de Trucíos. Todos conocen su suerte, y precisamente por eso no bajan la guardia.
En otras poblaciones con características similares han visto en las últimas semanas cómo un descuido en las normas, o a veces una casualidad inevitable, han dado al traste con meses en los que han podido colgar el cartel de 'espacio libre de covid'.
Los 426 vecinos de San Roque de Riomiera respiraban tranquilos hasta hace escasamente una semana porque todavía nadie allí había sufrido la enfermedad. Hoy, el pueblo suma 15 vecinos infectados, algunos de edad avanzada, y todavía se preguntan cómo entró la infección.
«El primer positivo lo tuvimos la pasada semana en uno de los bares del pueblo; aunque nadie sabe a ciencia cierta si el virus pudo entrar por ahí», acredita el alcalde, el popular Antonio Fernández. «Puede que llegara a través de turistas que han visitado el establecimiento y luego pasara a los propios vecinos al ir al sitio y encontrarse. Es fácil que haya podido suceder así, pero eso ya nos da lo mismo porque no se puede hacer nada», explica.
Es lo que puede decirse una casualidad inevitable: «Si no era de esa manera iba a ser de otra porque el pueblo este verano ha tenido más afluencia de visitantes que nunca entre el camping, los restaurantes y todo», concreta Fernández, que el pasado viernes también dio positivo en una prueba PCR. «Este virus es complicado, te deja baldado. Cuando sales a dar un paseo por el prado te ahogas a los pocos minutos y rompes a sudar. Me da miedo mi tía, que tiene 92 años y también lo está pasando», declara. La ventaja que tienen en el lugar es que, salvo en el centro de la localidad, el resto de viviendas se encuentran dispersas por el monte, algo que facilita el aislamiento recomendado durante la infección.
LOS QUE REGISTRAN MÁS CASOS
En otros lugares han corrido una suerte opuesta. Municipios que el pasado junio presentaban un balance abultado de casos, están ahora prácticamente limpios de coronavirus. Santiurde de Reinosa, por ejemplo, acumulaba el 1 de junio hasta 65 positivos. Hoy los casos conocidos en esa localidad se reducen a dos. «Lo bueno es que nunca ha sido un contagio descontrolado, sino que se circunscribía a la residencia de ancianos Lusanz, en Lantueno», explica el alcalde, Borja Ramos (PSOE). «Allí hubo que lamentar entonces aquella situación, pero ahora ya todo está controlado». «El virus no se propagó por el pueblo, sólo afecto a la residencia y ahora sí que hay algún caso entre los vecinos, pero tengo entendido, según me informan desde el centro de salud, que todo está muy organizado porque los infectados están recluidos en sus casas y no habrá problema», asegura el regidor.
Algo parecido ocurrió con Cabuérniga y la residencia Santa Ana. Un brote allí elevó hasta 32 el número de casos acumulados en el municipio el 1 de julio, mientras que hoy en día sólo registra tres contagios activos. «Aquella situación fue complicada porque teníamos el virus en el edificio con todas esas personas mayores, pero ahora lo hemos superado», zanja el alcalde, Nicolás Toral (PSOE).
SITUACIONES PUNTUALES
En el polo opuesto, con más casos positivos, se encuentran las grandes ciudades como Santander (son ya 1.668 los casos acumulados) o Torrelavega (720), un aumento ligado a la densidad poblacional, especialmente en un verano de gran tirón turístico.
El balance diario de la pandemia apuntó un nuevo ingreso en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), de tal forma que ya son nueve las personas con complicaciones severas. El total de hospitalizados asciende a 56 pacientes (tres más que el sábado), de los cuales 40 se encuentran en Valdecilla, mientras que los comarcales -Sierrallana y Laredo- tienen ocho ingresados cada uno. Además, hay 1.398 infectados que permanecen aislados en sus hogares hasta superar la infección.
Como es habitual los lunes, después de que el domingo se reduzca el volumen de pruebas PCR, el dato de nuevos positivos es inferior al de días anteriores. De los 122 confirmados en las últimas horas, 60 pertenecen al domingo (prácticamente la mitad que en jornadas previas) y 62 fueron registrados hasta las nueve de la mañana de ayer. Con ello, son 5.798 los casos acumulados desde que estalló la pandemia (4.903 han sido identificados mediante prueba PCR y otros 895 con test de anticuerpos). 4.123 se han curado (71% del total) y la cifra de fallecidos se mantiene en 221 desde el pasado viernes que se registró la última muerte (una mujer de 90 años).
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