![Sólo un tercio de los sexagenarios cántabros se ha puesto la cuarta vacuna contra el covid](https://s2.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/202301/02/media/cortadas/vacunas-kEME--1248x770@Diario%20Montanes.jpg)
![Sólo un tercio de los sexagenarios cántabros se ha puesto la cuarta vacuna contra el covid](https://s2.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/202301/02/media/cortadas/vacunas-kEME--1248x770@Diario%20Montanes.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Hace justo dos años, en el Centro de Atención a la Dependencia (CAD) de Cueto se vivía un momento histórico: el primer despliegue en Cantabria de la campaña de vacunación frente al virus que paró en seco al mundo entero y se llevó por ... delante a más de 60.500 personas en España en aquel fatídico 2020 (eso contando sólo los casos confirmados): el SARS-CoV-2, causante del covid-19. Por primera vez, después de meses de una incertidumbre brutal, aquellos viales transportados en neveras custodiadas por policías llevaban también la esperanza del fin de una pesadilla sin precedentes. Pero esa lucha contra el coronavirus de Wuhan aún se iba a prolongar durante otro año negro (2021), alimentada por la llegada de nuevas variantes del bicho, mientras poco a poco se inmunizaba toda la población.
La respuesta inicial a la vacunación fue contundente. Las largas colas para recibir el pinchazo en centros de salud, hospitales, palacios de exposiciones y polideportivos se tradujeron en una cobertura de más del 80%, con un millón de dosis puestas (la pauta era doble en tres de las cuatro vacunas disponibles) un año después de aquel primer pinchazo que recibió la residente del CAD de Cueto Dolores Luzuriaga, la primera vacunada en la región. Pero después de dos años conviviendo con el virus, viendo la protección vacunal y los anticuerpos generados de las infecciones naturales -a estas alturas ya son contados los casos que se han librado, mientras otros han pasado la enfermedad más de una vez-, ya hay menos prisas y menos candidatos para ponerse las dosis de refuerzo. Según los datos que maneja la Dirección General de Salud Pública, sólo un tercio de los sexagenarios que están llamados a ponerse el pinchazo de recuerdo frente a los linajes de Ómicron -la última versión del virus- ha acudido a hacerlo. En concreto, constan 27.000 vacunados del grupo de edad de 60 a 69 años, que son los que se han quedado atrás.
75,7%es el porcentaje de mayores de 80 años que se ha puesto el refuerzo frente a Ómicron.
34,1%es el porcentaje que ha recibido esta cuarta dosis en la región del grupo de 60 a 69 años.
En esta fase de la campaña, Sanidad convocó primero a todos los mayores de 60 años para aumentar su protección frente a las variantes del virus no incluidas en las vacunas iniciales. Como en las experiencias previas, comenzó el despliegue por las residencias de mayores, que siempre han sido las más golpeadas por el propio perfil de sus 'habitantes'. Y en paralelo se canalizaron las citas en los centros de salud, aunque en las últimas semanas el ritmo se ha ralentizado de forma clara. A mediados de octubre se llegaron a poner de media 3.000 dosis diarias, mientras que en la primera quincena de diciembre la media ha estado por debajo del millar de pinchazos prácticamente cada jornada. En el colectivo de más de 80 años ha recibido la segunda dosis de recuerdo (el cuarto pinchazo ya) el 75,7%. Es decir, de los 41.002 cántabros de ese grupo de edad se han vacunado 31.035. «Es un porcentaje muy bueno de esta campaña y eso es lo más importante, porque son las personas que más impacto hospitalario generan, que más riesgo tienen de desencadenar consecuencias graves y que, por tanto, más protección necesitan», explica el director general de Salud Pública, Reinhard Wallmann.
Y tampoco ha ido mal la cosa entre los de 70 a 79 años, aunque Salud Pública cree que el dato es mejorable. Es por eso que desde hace una semana, la Consejería ha dado instrucciones de pasar a la fase de captacion activa: llamar por teléfono a las personas que no han acudido hasta el momento a vacunarse del refuerzo para recordarles la conveniencia de hacerlo, por tratarse de colectivos considerados vulnerables. Un cambio de estrategia con el que se aspira a mejorar la cobertura vacunal, sobre todo entre las personas de 60 a 69 años.
La campaña de refuerzo frente al covid ya está abierta también para toda la población menor de 60 años. Desde Salud Pública recuerdan que las vacunas se administran en el propio centro de salud al que se está adscrito, por lo que basta con pedir cita a través de la web del Servicio Cántabro de Salud (SCS) o vía telefónica. Hasta el momento, el porcentaje de dosis puestas entre los 18 y los 59 años apenas llega al 4%, siendo la mayoría personal sanitario y sociosanitario y pacientes de alto riesgo (trasplantados, oncológicos...), que figuran entre los grupos prioritarios.
Wallmann admite que «en ese grupo estamos bastante mal, estaría bien mejorar ese porcentaje del 34,1%», aunque sin concretar el nivel que se consideraría aceptable, puesto que «estos datos tienen muchos matices, ya no es tan homogéneo como cuando nadie tenía una vacuna puesta. Ahí se mezclan ahora diferentes casuísticas: personas que se han vacunado tres veces, han pasado covid, se han puesto el primer recuerdo... otros que se podían haber vacunado pero que no ha sido posible porque no han pasado cinco meses desde que tuvieron la enfermedad, etc». Todo ello hace que el objetivo real esté lejos del 100%, pero sí al menos en la línea del resto de grupos de más edad. No obstante, aclara, «en general, con 1,5 millones de dosis que hemos puesto desde que se inició la vacunación en España digamos que la población cántabra está bastante bien 'empapada' de vacunas. Si a esto le añadimos todos los contagios que ha habido, podemos decir que nuestra población 'conoce' bien al virus». O lo que es lo mismo, que dispone de un sistema inmunitario ya lo suficientemente 'entrenado' para responder a un nuevo ataque. Eso sí, falta añadir, mientras no haya variantes sorpresa que den un vuelco al escenario actual.
El director general de salud Pública señala que, de momento, «no debe preocuparnos lo que está ocurriendo en China, ya que no se trata de una variante nueva. Aquí ya hemos convivido con Ómicron y tenemos una alta tasa de vacunación», a diferencia del país asiático. De hecho, las dosis que se están administrando desde finales de septiembre son las versiones de Pfizer y Moderna adaptadas a esa variante que irrumpió de forma explosiva hace un año. Una de las dudas que puede plantearse la población es cuánto tiempo se debe esperar para ponerse la inyección una vez pasada la enfermedad. Más aún si no tiene la certeza de que los síntomas sufridos se correspondan con el coronavirus (puede haber casos que ni siquiera se hayan hecho el test de farmacia). De entrada, las indicaciones del Ministerio dicen que los mayores de 80 años deberán esperar tres meses antes de ponerse la dosis anticovid, mientras que por debajo de esa edad ese plazo se amplía a cinco.
es el porcentaje de mayores de 80 años que se ha puesto el refuerzo frente a Ómicron.
es el porcentaje que ha recibido esta cuarta dosis en la región del grupo de 60 a 69 años.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La víctima del crimen de Viana recibió una veintena de puñaladas
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.