sombras

A diferencia de nuestro desconcertante Metrobus, la novedosa especie vive bajo el suelo. Soterrada, como algunas de las realidades que se despistan estos días de hegemonía informativa. Anticorrupción ha concluido que está «abrumadoramente acreditado» que el PP se financió con dinero negro de la trama Gürtel y que creó un sistema para delinquir con ayuda de cargos públicos del Partido Popular. En este momento están muy ocupados defendiendo la legalidad en España, donde hay 348 inspectores fiscales menos que en 2008. También cuatro ministros reprobados por el Parlamento.

Otra de las sombras de estos días es la octava visita de los hombres de negro. Porque la Unión Europea también le tiene aplicado a España un 155 económico y Montoro, en realidad, es un guiñol de la troika. Aún así –atentos al récord– tenemos el peor déficit de Europa. El de la Seguridad Social suma ya 18.700 millones, cuando en 2007 había un superávit de 15.000. El acuerdo sobre las pensiones se ha paralizado, aunque esto no solivianta a los ciudadanos. Pocos peregrinos hubo, hace días, en la marcha sindical reivindicativa. Cuando no nos quede jubilación nos dará igual ser de Albacete que de Tarragona.

También conocemos ahora que nuestra autoridad municipal sabe hace tres meses que habremos de pagar un rescate millonario por el aparcamiento de Mendicouague. Costó 7,5 millones y solo vendió cinco plazas. Ahora ya estamos a la altura del aeropuerto sin aviones de Castellón, seguimos reincidiendo como en las tinieblas de la crisis.

Para ensombrecer aún más la digestión de estas nuevas, el lunes, sin apenas llamar la atención en medio de tanto ruido, la luz alcanzó el precio más alto del año. Es toda una incitación a la penumbra. Aunque Santander, desde que privatizó las farolas, está a medio led. La sombra es solo la luz que no vemos.