![«Soñando un poco, se puede llegar a corto plazo a un millón y medio de pasajeros»](https://s2.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/2023/04/29/83065503-kjrG--1200x840@Diario%20Montanes.jpg)
Bienvenido Rico | Director del aeropuerto Seve Ballesteros
«Soñando un poco, se puede llegar a corto plazo a un millón y medio de pasajeros»Secciones
Servicios
Destacamos
Bienvenido Rico | Director del aeropuerto Seve Ballesteros
«Soñando un poco, se puede llegar a corto plazo a un millón y medio de pasajeros»Cuando uno se jubila hace balance y cuenta historias. Bienvenido Rico (Badajoz, 1958) está camino de su tierra, ya con la mudanza hecha. Deja el ... Seve Ballesteros tras casi catorce años al frente. Toca repasar curiosidades. Por ejemplo, que antes de trabajar con aviones, le tocó llevar trenes. En la máquina, de hecho, preparó las oposiones. Pasó por la dirección de los aeropuertos de La Coruña y Granada. Y luego llegó aquí. Hace un balance «positivo». «Crecimiento», repite. Entiende que a su sucesor -Miguel Ángel Salgado, que se incorpora esta semana- le deja el Seve bien encaminado.
-Ahora que se va, le puedo preguntar cuántas veces le han hecho la broma. Lo de que se llame Bienvenido el director de un aeropuerto.
-Más de una vez. Si estaba el nombre relacionado con el puesto. Una vez, en una emisora, Andrés Aberasturi sacó un programa en el que hablaba de nombres relacionados con puestos de trabajo. Curiosidades. Y salió el mío cuando estaba de director en La Coruña. No me importa. Bienvenido sea. La realidad es que fui el último en llegar de muchos hermanos y cuando mi madre le dijo a mi padre que era otro niño, él contestó: «Bienvenido sea». Si hubiese sido chica, me hubiese llamado Bienvenida.
-Se jubila, así que toca pedirle que haga balance.
-Después de trece años y medio hago un balance positivo. Me voy muy contento del aeropuerto y de la región, de cómo me han tratado. El aeropuerto ha tenido un crecimiento importante y, si nada cambia, si nada exterior afecta, va a tener un desarrollo bastante bueno.
-En ese crecimiento, en ese salto, ¿Ryanair fue el gran cambio?
-Supuso el gran cambio porque es la compañía con cuota de tráfico mayor en el aeropuerto. Llega casi al 60%. Quizás sí fue la que marcó el cambio de ritmo. Y luego otras compañías se han adaptado a las circunstancias del tipo de operación. Con Iberia o Air Nostrum y otras nuevas como Volotea, WizzAir o Vueling. Pero sí podemos decir que Ryanair marcó el punto de inflexión cuando en 2003 el aeropuerto tenía 200.000 pasajeros. Fue la entrada del inicio del bajo coste y de Ryanair lo que ha marcado el crecimiento tan positivo.
-¿Y qué ha aportado Ryanair y el bajo coste en general a Cantabria como región?
-El aeropuerto es una infraestructura básica en cualquier región en la que esté. El hecho de pasar de 200.000 pasajeros a 1.100.000 es muy importante para la economía. Sobre todo, por la cantidad de puestos directos e indirectos que se crean. Ese desarrollo de las compañías se traduce en pasajeros que van y vienen, que generan riqueza y que conocen la región y lo divulgan.
-Además de facilitar que muchos cántabros salieran de su país por primera vez.
-Lo que ha hecho Ryanair y el bajo coste ha sido popularizar el transporte aéreo. Antes eran viajes de negocios o por una necesidad familiar y ahora te planteas en una cena de amigos dónde vamos a ir este fin de semana. Coges internet, ves los vuelos, y te puedes ir a Copenaghe por 30 euros. Y el tema de la pandemia ha animado también a la gente a moverse. El bajo coste ha supuesto una popularización del transporte. Ya lo inició en su día Air Europa con aquella campaña de 'dónde está Curro'. Creo que ese fue el inicio de popularizar los vuelos para todo el mundo. Pasar del tren y el autobús al avión.
-¿Hasta qué punto en el Seve Ballesteros pesa lo vacacional/turístico y hasta qué punto lo empresarial/negocios?
-Creo que este es un aeropuerto en el que prima más lo vacacional/turístico. Podríamos decir que lo empresarial supone un 25-30%. El resto es vacacional, visitas a familiares, visitas universitarias, médicas...
-¿Cree posible que un aeropuerto como este tenga rutas sin contratos de promoción, sin que se pague a las compañías? ¿Hay tráfico suficiente?
-Aquí somos 600.000 personas y hay tráfico para diferentes destinos. Otra cosa es todos los destinos. Si miras el mapa de destinos desde Santander y la población que tiene Cantabria, es un mapa que está muy bien servido. Hay destinos a lo largo de todo el año con un montón de países o ciudades que, si no hubiese ciertas ayudas, quizás no las podríamos tener durante todo el año. Creo que esas ayudas por promoción turística están bien. Siempre es bueno contar con ayudas para fomentar el tráfico.
-¿Se batirá el récord de pasajeros este año?
-Creo que sí. Nos quedamos en 2019 en 1.175.000 y en el primer trimestre de 2023 ya hemos superado los datos de ese año. Todos los meses hemos crecido salvo marzo donde nos hemos visto afectados por las huelgas de Europa (Francia e Italia) y nos hemos quedado a unos mil pasajeros. La oferta de asientos para el verano es bastante superior y creo que este año será un año de récord. Dejaremos un aeropuerto para que la nueva dirección empiece con buen pie.
-¿Dónde está el tope en el corto o medio plazo?
-En un corto o medio plazo, poniendo un tope, podríamos poner 1.500.000 pasajeros. Hay que tener en cuenta la población, la comunidad que es Cantabria. Poner 1.400.000 o 1.500.000 sería un techo normal siempre y cuando se den las condiciones que se están dando. Que no surja otro transporte o restricciones que impidan el tráfico. Cerrando un poco los ojos y soñando podemos poner una meta de un millón y medio de pasajeros.
-¿Y hasta dónde puede llegar la actual infraestructura?
-De acuerdo con el DORA (el Documento de Regulación Aeroportuaria), tiene una capacidad para 1.800.000 pasajeros. Es una capacidad teórica. En función de cómo actúen las compañías o programen sus vuelos, esa capacidad está más o menos ajustada. Pero haciendo el estudio teórico sale eso. No quita que haya que hacer algún retoque o adaptacaión en alguna zona.
-O sea, que en ese corto plazo, con ese objetivo ambicioso del millón y medio, no hay necesidad de ampliar la terminal.
-El aeropuerto da de sobra. No quita que, en un momento de concentración de vuelos, haya que ampliar o adaptar alguna zona. Nosotros tenemos una capacidad determinada y en función de eso las compañías operan. Saben que si tenemos cuatro operaciones a la hora, programan cuatro operaciones. Pero no quita para que en un momento, por sus necesidades, operen cinco, seis o siete. Eso es lo que te obliga a modificar o a hacer algo para absorber esos picos.
-Es decir, que más allá de algo puntual, no está prevista una ampliación.
-No. No está prevista en este periodo del DORA, de 2022 a 2026. No quita que para el próximo se pueda plantear. Pero en este periodo no está previsto.
-¿Qué obras vamos a ver próximamente?
-Quedan obras que se iniciarán ahora. El tema de la halconera, que se ha adjudicado ya a una empresa para que la inicie en breve. Y hay otras en trámite. La pavimentación de una zona para los vehículos de alquiler y de esta forma poder ampliar las plazas del aparcamiento público que, a veces, con la demanda, se nos ajusta la capacidad. Tendríamos mil plazas de aparcamiento para nosotros y otra parte destinada para el alquiler.
-¿Lo mejor que se lleva de su paso por aquí?
-El cariño. Lo bien que me han tratado dentro y fuera del aeropuerto. Las instituciones me han tratado de maravilla. También la prensa. Me voy contento y me he sentido querido en mi paso por Cantabria.
-Doy por hecho que lo peor fue la pandemia.
-Sí. Nadie esperaba algo así. En 38 años de vida aeroportuaria jamás imaginé que el aeropuerto pudiese estar cerrado y tanto tiempo. Hubo un día en 2015 que cayó un rayo en la torre y tuvimos el aeropuerto inoperativo media hora. Para nosotros, los profesionales, aquello fue un mundo. Algo terrible. Y no afectó a ningún vuelo. Y eso lo hemos superado con creces. Nunca hubiese pensado que pudiese pasar y pasó.
-¿Hay algo, una obra o algún objetivo, que se le haya quedado pendiente?
-Bueno, que ciertas obras que se acometerán ahora se hubieran acometido ya. Esto de la halconera o el aparcamiento, que hemos peleado, que estuviera antes. Pero esto va a continuar, hay una senda marcada y la nueva dirección supongo que seguirá por ella, aunque se moverá en función de la persona que esté. Pero somos una red, AENA, y las directrices están muy marcadas.
-No me ha dicho nada de los fingers. Piense que es la última vez que le van a preguntar por ello.
-Y me alegra que me hagan la pregunta. Aunque, en realidad, no puedo decir nada. Están ahí, es una infrestructura que no se utiliza y me imagino que en algún momento se quitarán o se renovarán. Tal y como está el funcionamiento del aeropuerto son inoperativos.
-Cuénteme una de esas anécdotas que no ha contado y que se cuentan cuando uno se jubila.
-Fue en otro aeropuerto, en una visita escolar. Un pasajero se acopló a la visita como si fuera un profesor y se le fue el santo al cielo. Tanto que durante la visita vio despegar su vuelo a Barcelona. De aquí me quedo con una más emotiva. En 2019 una compañera me llevó engañado a comer a un restaurante. Se suponía que íbamos a ser tres, pero me encontré a casi todo el personal de Aena del aeropuerto. La sorpresa era invitarme como un pequeño homenaje por los diez años al frente del aeropuerto. Fue un momento muy emotivo para mí y de ahí viene un pequeño avión que he tenido estos años en el despacho con un «gracias por estos diez años» grabado en el ala.
Rico pone el acento en la red de Aena y en Madrid y Barcelona como referencias para aeropuertos como el Seve.
–Una curiosidad que me vino a la cabeza al preparar la entrevista. ¿Veremos un día un vuelo regular transoceánico desde el Seve Ballesteros?
–Haberlos los hay. Vuelos a Nueva York y a muchos otros sitios. Pero un vuelo regular de pasajeros es bastante complicado porque la distancia a salvar con un vuelo directo no daría para que el avión fuese cargado con el máximo peso de combustible y la máxima carga de pasajeros. Quizás lo hiciera una compañía, pero reduciendo los pasajeros a la mitad. Pero más allá de esa curiosidad suya, diría de todos modos que no necesitamos ir a Nueva York desde Santander porque tenemos una red de aeropuertos que nos permite ir a Madrid y, de ahí, a cualquier punto. Creo que es la meta a la cual debemos aspirar. Este tipo de aeropuerto debe tener un radio de acción de 3.000-4.000 kilómetros, como tenemos ahora. Hasta Bucarest o, si quiere, hasta los países escandinavos. Pero el resto de destinos, vía Madrid o Barcelona. No debemos buscar que cada aeropuerto sea un Barajas.
–La clave, entonces, es tener un buena conexión con Madrid y Barcelona.
–Eso es muy importante. Madrid y Barcelona son fundamentales.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Noticias seleccionadas
Ana del Castillo
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.