Los 'Sonny Angels' vuelan en Cantabria
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Estos muñecos, con el trasero al aire y diferentes cabezas de animales, arrasan en España y en la mayoría de comercios están agotadosJamás unos muñecos con alas y el trasero al aire que se pegan en los móviles dieron tanto de qué hablar. Son la última moda en España y, como siempre, no han tardado en llegar a Cantabria. Conseguir un 'Sonny Angel' durante estos días es ... una ardua tarea. No quedan. Las jugueterías y los bazares, principales proveedores, agotan sus existencias al poco de recibirlas. Se corre la voz y es un visto y no visto. Estos muñecos con diferentes cabezas de animales, frutas o flores, tienen su origen en Japón. Nacieron en 2004, pero han tenido que pasar veinte años para recibir un éxito abrumador. ¿El causante? Como la mayoría de veces cuando de jóvenes se trata, Tiktok, la red social. Pero también la cantante Rosalía, que no tardó en unirse a esta tendencia.
Basta un recorrido por diferentes bazares distribuidos por Cantabria para comprobar que estas figuras brillan por su ausencia. «Buenos días, ¿tienen 'Sonny Angels'?». Como respuesta, una risa modesta. Todos saben lo que es. Ya están acostumbrados. Una risa que viene seguida de un: «No, se nos han acabado».
Uno de tantos comercios que se quedan sin existencias en poco tiempo es el bazar 1 de mayo, en Peñacastillo. «Es una locura. Cada vez que reponemos material, vuelan», cuenta Germán García, trabajador del establecimiento. Un día es el máximo tiempo que duran los muñecos en tienda. «Hace una semana publicamos en internet que nos habían llegado algunas cajas y la gente vino corriendo a por ellas. En unas horas estaban agotadas», añade. Leyendo estas líneas se pensarán que se trata de una moda solo de niños y jóvenes. Nada más lejos de la realidad. Los mayores no pierden ripio y también se han sumado a esta tendencia. «Aquí vienen a preguntar clientes desde los cinco a los cincuenta años», asegura Germán. De momento, no saben cuando podrán reponer porque incluso los almacenes que venden al por mayor están a falta de stock y entre los comercios se lo rifan.
Quien sí ha podido apañar algunas cajas de las naves es Nati Gómez, de Golosinas Nati, en General Dávila. Eso sí, aún no sabe cuántas va a recibir. «Lo que me manden. He pedido las máximas posibles para tener suministro, pero no sé lo que voy a recibir», explica. En su caso, los tiene agotados desde mediados de semana y tiene claro que, en cuanto llegue la mercancía y se corra la voz, se volverán a terminar al instante. «Está siendo un furor y estamos vendiendo muchísimo. Un boom», confiesa Nati.
En Torrelavega la estampa es la misma que en Santander. Ni rastro de los 'Sonny Angels'. Sara Barreda y Marta Gutiérrez, de 25 años, se han recorrido toda la capital del Besaya en busca de uno. Sin suerte. Han probado en todos los bazares de la ciudad, incluso en el de Viveda (Santillana del Mar), pero nada. Agotados. «Ha sido imposible», lamentan. En todos los comercios prometen reponer pronto, así que ni Sara ni Marta pierden la esperanza. Tanto ellas como el resto de personas que nunca llegan a tiempo cuando las tiendas reponen mercancía, pueden intentarlo a través de internet. Plataformas como Amazon o Aliexpress venden Sonny Angels. Pero ojo al precio. Los ofertan hasta por cuarenta euros. Algo desorbitado teniendo en cuenta que en tiendas físicas la cifra no llega a los cinco euros.
A Lola Pardo, de 15 años, le ha ido mejor que a Sara y Marta, aunque lo suyo le ha costado. Junto a su madre, Lola ha estado en búsqueda de un 'Sonny Angel' durante tres semanas. «Me he recorrido todo Santander, el centro y las afueras, pero estaban agotados en todas partes», cuenta. Ahora, tras mucha perseverancia, ha conseguido cuatro cajas en un bazar. Ella se interesó tras verlo todo el rato en Tiktok y, como buena usuaria, seguirá el ritual de desembalaje. Primero, predecir cuál le va a tocar -es sorpresa-, ya que en el exterior de la caja salen todas las opciones y, después, palpar la bolsa para adivinarlo por la forma.
«Yo quiero la jirafa», confiesa. No se crean, este fenómeno también tiene su aquel.
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