La razón que está detrás de los ajustes horarios que han realizado desde principios de junio algunos centros concertados se fundamenta en motivaciones laborales. La aplicación del calendario escolar de este curso provoca sobrepasar el horario lectivo anual de todos los docentes de la enseñanza concertada –hasta un máximo 850 cuando el calendario establece 875 horas lectivas para el profesorado de Primaria–. Incluso la Federación de Empleados de los Servicios Públicos (FeSP) de UGT registró hace dos semanas un conflicto colectivo en el Orecla por «los excesos» de jornada de este colectivo, exigiendo que aquellas horas lectivas que excedan del máximo anual «tengan la consideración y tratamiento de horas extraordinarias».
Agravios
Para STEC resulta «indignante» que, después del «gravísimo conflicto» que se vivió, sean los centros públicos los que estén cumpliendo con las jornadas completas de cinco horas, «mientras que una parte de los centros privados que dieron por bueno el calendario escolar ahora lo incumplan flagrantemente». «Los centros concertados, sostenidos con fondos públicos, tienen las mismas obligaciones que el resto», incide. Los sindicatos no tienen cuantificados aún el número total de colegios que han decidido establecer la reducción de jornada antes de lo permitido, pero sí citan ejemplos como los del colegio San Agustín, el Kostka y el Atalaya de Santander y Nuestra Señora de la Paz en Torrelavega.
La organización sindical denuncia que, pese a los «perjuicios» que este modelo de jornada acarrea en un mes tan complejo como el de junio, «una vez impuesto», los centros públicos «han tenido que ceñirse estrictamente a ello» y pide a la Consejería que actúe haciendo cumplir la normativa a «toda la red privada». Porque en caso de no hacerlo, supondría «una gravísima dejación de responsabilidades por parte de la Administración educativa, un agravio comparativo hiriente entre la red pública y la privada, un trato de favor injustificable hacia estos últimos, y el corolario final de un asunto como este del calendario que ha sido gestionado de manera impresentable por el consejero Mañanes».
En la misma línea se expresó ANPE, que criticó que la Consejería permite «que no se cumpla su propio calendario» lectivo. A través de un comunicado, este sindicato relató que ha tenido «conocimiento» de que «varios» centros concertados han enviado circulares a las familias indicando que desde el 3 de junio y hasta la finalización del curso –el día 21–, los alumnos de Infantil y Primaria tendrán jornada reducida de cuatro horas.
«Para nuestra sorpresa, parece ser que el tan legalista señor Fernández Mañanes permite hacer excepciones a la norma, de manera que varios centros de la red concertada reduzcan el horario lectivo para los alumnos, contraviniendo la propia norma que él mismo impuso para todos los centros de Cantabria. Este consejero, tan legalista él, parece que cumple las normas cuando le conviene, pero cuando quien pide excepciones es la patronal de los centros privados-concertados, no tiene reparos en saltarse sus propias leyes», reprochó ANPE.
La organización sindical, aún estando a favor de la jornada reducida, como ha demostrado en todas las negociaciones del calendario, exige que «todos los centros» cumplan las normas publicadas por la Consejería, enfatizando que admitir excepciones en algunos centros concertados supone «un agravio y un insulto para todos los docentes que defendieron, con sus movilizaciones y sus huelgas, los intereses de los alumnos».
Pero desde STEC se temen que la Administración educativa haga la vista gorda. «Nos tememos que no les obligue a cumplir el calendario porque tendría que pagar horas extraordinarias y preferirán mirar para otro lado y evitar un conflicto laboral», apuntan fuentes de este sindicato.
Casos «excepcionales»
Nada más lejos de la realidad. Al menos según defiende la Consejería de Educación. Según explica María Jesús Reimat, directora general de Centros Educativos, «son muy excepcionales» los casos de los colegios que ya han puesto en marcha la jornada reducida y lo han hecho por causas «extraordinarias». «Han realizado ajustes en el calendario de junio para compensar, porque esas horas las han dado antes en el resto del curso: en vez de dar clase hasta las dos, como sucede en la educación pública, lo han hecho hasta las dos y media», detalla. Ajustes que en todo caso «han sido conocidos y aprobados por los servicios de Inspección», añade. Reimat insiste en que «son casos muy aislados –indica también el colegio La Paz–. Que un centro lo haga no quiere decir que lo hagan todos», concluye.
También Mónica Haro, presidenta de Concapa (la Confederación Católica de Padres de Familia y Padres de Alumnos) en Cantabria asegura que los centros que están realizando ajustes horarios «han seguido todos los trámites reglamentarios correspondientes y han contado con la aprobación de los servicios de Inspección».
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.