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«La responsabilidad me puede, pero sinceramente no sé si aguantaré a este ritmo toda la jornada». Eran las palabras de la médico del Servicio de Urgencias de Atención Primaria de Castro Urdiales (SUAP de Colotino) este domingo por la mañana, poco después de saber ... que su compañero de guardia no acudiría, porque se había quedado de baja, y que tampoco iba a tener sustituto. Por delante, una jornada de 24 horas en compañía de los dos profesionales de enfermería que completan el equipo en uno de los principales municipios de Cantabria –con una población que supera las 33.200 personas, contando solo los censados–. Así que lo primero que hicieron fue colocar un cartel en la puerta del centro para informar de la situación: «Solo hay un médico. Se priorizarán urgencias y emergencias».
A las doce de la mañana, el SUAP ya había atendido a sus primeros 25 pacientes. Y la doctora L.R., sin ocultar su sensación de agobio, temía no va a dar abasto con la demanda, porque «si hay una urgencia o un aviso a domicilio estoy sola, así que tendré que ir y en el centro no habrá médico para atender a las personas que lleguen», con el consiguiente acúmulo que encontrará a la vuelta. A las cinco de la tarde, ya habían pasado por su consulta 70 personas. A esa hora ya daba por hecho que cerraría la guardia por encima del centenar, «teniendo en cuenta que nos queda toda la noche», y se mostraba agradecida «porque parece que la gente lo ha entendido bien».
El único alivio es que justo este fin de semana era el primero de la nueva base del 061 de Castro, ubicada en La Barrera, que empezó a funcionar el 10 de junio, así que en caso de emergencia es ese equipo (médico y enfermera) el que se activa con la UVI móvil (ambulancia de Soporte Vital Avanzado). Pero las consultas médicas urgentes se concentran en el SUAP de Cotolino, donde lo habitual es que haya doble equipo de profesionales de guardia.
El problema ya conocido es que en las bolsas de contratación no hay médicos de familia, así que la Gerencia de Atención Primaria no tiene de donde tirar en caso de contingencias como la de Castro. Y este verano ese déficit se verá agravado porque tampoco dispone del retén de MIR recién terminados, ya que se trata de la generación que empezó más tarde su formación por la pandemia, con lo cual no darán el salto al mercado laboral hasta octubre.
De hecho, ese es uno de los motivos reconocidos por el propio consejero de Salud, César Pascual, cuando expuso el plan de traslados de pacientes, en taxi o minibus, que se habilitará para garantizar la asistencia sanitaria en los pueblos que se queden «determinados días» o «semanas» sin médico en sus consultorios. Como mínimo, dijo, Cantabria necesitaría una treintena de facultativos tanto para la red de centros de salud (20) como para los SUAP (10), que ya sabe que no habrá. Y eso implicará «menos refuerzos» para las Urgencias de las zonas turísticas, que multiplicarán su población en los próximos tres meses. En la última mesa sectorial, elSCS informó que, hasta el momento, únicamente podrá reforzar los equipos de Meruelo ySan Vicente.
La cobertura de las urgencias de Castro era una de las situaciones que había denunciado el sindicato CSIF cuando amenazó con iniciar una huelga en julio si Sanidad no buscaba soluciones al «verano negro» que se augura tanto para SUAP y 061 como en los servicios de Urgencias hospitalarias, sobre todo en el caso de Laredo, donde falta «hasta un 40% de su plantilla» sin haber comenzado el periodo vacacional.
Pero lo ocurrido este domingo en Castro no es una excepción. Hace unos días era el equipo del SUAP de Torrelavega, la segunda ciudad con mayor población de Cantabria, el que denunciaba que con un médico y una enfermera se las veían y se las desean para poder dar cobertura a toda la demanda. «Hay demasiados días en que no consta en cartelera ningún refuerzo, y sólo se consigue que envíen a alguien (a veces) tras llamada al personal de guardia de la Gerencia del SCS», señalaron en declaraciones a este periódico. «Los médicos del SUAP de Torrelavega, como profesionales responsables que somos, deseamos desempeñar nuestra labor asistencial sin asumir riesgos laborales inaceptables debido a condiciones de trabajo abusivas y draconianas, originadas por una inadmisible falta de planificación de la empresa». Un mensaje que este domingo se escuchaba también en Castro.
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