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La situación de las residencias parece haber dado un vuelco de un día para otro después de que el vicepresidente, Pablo Zuloaga, informara ayer ... de que los geriátricos cántabros acumulan ya 22 positivos. Si el miércoles daba la impresión de que el virus se mantenía a raya, con cinco usuarios contagiados, todos ellos leves, que se restablecían en el centro covid de Suances, ¿qué es lo que ha sucedido ayer?
Según indicó Zuloaga, son seis los brotes que afectan a establecimientos de este tipo, y el número de personas afectadas, «en el ámbito de las residencias», es de 22. El miércoles ya se conocía el dato de que había 9 infectados en las plantillas de estos establecimientos, a los que habría que sumar los 5 residentes que cumplen su cuarentena en Suances, de modo que los casos nuevos son 8, aunque no se sabe cuántos corresponden a empleados y cuántos a usuarios.
Los 'partes' diarios de Sanidad indican el número de casos nuevos, pero no especifican si se producen o no en residencias. La única manera de comprobarlo es mediante los balances históricos que actualiza cada tarde la Consejería, y que ofrecen la información hasta la jornada previa. Pero no son fáciles de interpretar: según el documento más reciente, el pasado domingo, día 16, había 6 casos activos en residencias; el 17 eran 5, y el 18 eran 7, pero el 19 solo aparece 1. La única explicación posible es que los cinco casos que se venían arrastrando han sido dados de alta, y que de los dos nuevos que se sumaron el día 18, uno ha fallecido, porque no ha podido curarse en un día. Y entonces surge otro problema, porque eso querría decir que no se informa de las muertes que se producen entre los usuarios de las residencias. Si, además, se tiene en cuenta que a la vez que se registra un solo caso activo hay cinco usuarios de residencias en cuarentena en el centro covid de Suances, ya no hay forma de entender nada.
«Hay que decir dónde están los positivos y si son residentes o trabajadores», insistía ayer el presidente de la Federación Empresarial de la Dependencia en Cantabria, Rubén Otero. «Necesitamos saberlo para manejarnos con los datos y poder cuidar del resto».
«Tener un positivo en una residencia no es una cuestión de mala gestión, sino de mala suerte. Los residentes son todos negativos, y si hay un positivo es por un familiar o un trabajador que se ha descuidado, o porque el residente se ha contagiado en una salida: en las residencias se cumplen todas las medidas para evitar los contagios y se extreman los cuidados».
Rubén Otero - Federación Empresarial de la Dependencia
Julia Gurruchaga -Pro Maiorem
Poder situar los positivos de las residencias no sólo supone que el ciudadano pueda acceder a una información más completa, sino que también ayuda a contener los brotes: no son excepcionales los casos de trabajadores empleados en varios geriátricos, ni tampoco los de familias que tengan a algunos de sus miembros atendidos en más de un centro. Eso sin contar con la alarma que se genera en el entorno de todos los usuarios cuando se habla de nuevos casos y no se sabe dónde están.
«Las familias tienen derecho a saber», afirmó con rotundidad Julia Gurruchaga, directora ejecutiva de Pro Maiorem, que gestiona la residencia Virgen del Faro, en Santander, donde se diagnosticó un contagio el viernes -del que dio cuenta inmediatamente-. «La auténtica transparencia es compartir la información que tenemos. Se trata de una enfermedad contagiosa y creo que también se lucha contra ella alertando de que hay un problema, para que el que tenga que ayudar lo haga».
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