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Ana Rosa García
Santander
Domingo, 1 de mayo 2022, 09:27
La séptima ola de covid, la segunda de Ómicron –ahora de la mano de su vertiente 'sigilosa' (BA.2)–, sigue creciendo día tras día cuando está a punto de cumplir un mes de evolución, aunque ahora sólo se mide su impacto entre la población considerada vulnerable. Ayer, la incidencia en mayores de 60 años se situó en los 1.238 casos por cada 100.000 habitantes. Un volumen que coloca a Cantabria como la octava comunidad autónoma con más nivel de contagio en la comparativa nacional, por detrás de Navarra, que llega a los 1.440, Asturias, Murcia, Galicia, Castilla y León, La Rioja y Extremadura.
Al no haber registros de casos en las franjas de edad inferiores, el pico de incidencia lo protagonizan los mayores de 80 años, que son también el perfil predominante entre las últimas víctimas. El sábado se notificaron dos fallecimientos que, sumados a los cinco del jueves y otros dos del viernes, elevan el negro contador de este repunte de Ómicron a las 24 muertes. El aumento de contagios, en un contexto de 'gripalización' del covid y ya sin la obligatoriedad de las mascarillas en interiores, tiene su reflejo en las residencias de mayores –al menos cinco de los fallecidos procedían de estos centros–.
El Ministerio de Sanidad decidirá en los próximos días la necesidad de pinchar la cuarta dosis de la vacuna, la segunda de recuerdo, a los tres millones de mayores de 80 años y a quienes viven en residencias de ancianos y de personas con discapacidad. Una medida que urgen las comunidades más afectadas.
En Cantabria, Salud Pública indica que no hay señales que indiquen un cambio de tendencia en la propagación del virus, aunque la repercusión a nivel hospitalario, que es la que marca la estrategia frente a la pandemia, sí está siendo más lenta respecto a olas previas. De hecho, si ya esta semana las autoridades sanitarias temían un incremento notable de ingresos, lo cierto es que el sábado se cerró la jornada con 52 hospitalizados por covid (seis de ellos en la UCI), tres más que el día anterior. No obstante, cabe recordar que esa cifra no incluye a los pacientes positivos detectados dentro del circuito hospitalario, a través de los test preventivos, y que ingresaron por causas ajenas al virus (traumatismo, cirugía, ictus...). Es decir, a los ingresados con covid, que representan un volumen similar al de los hospitalizados por la infección respiratoria de coronavirus.
El jueves, la suma entre unos y otros superaba el centenar, aunque las estadísticas oficiales y la tasa de ocupación sólo tengan en cuenta a los primeros. Aún así, la previsión que maneja la Consejería de Sanidad es que el número de hospitalizaciones en esta séptima ola alcancen una presión en la red del SCS de 80 a 100 pacientes de forma simultánea.
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Ana del Castillo
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