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Cáritas en Cantabria se vio obligada antes del verano a despedir a ocho de sus trabajadores como «única solución» para seguir manteniendo su actividad social. Con ello, puso de relieve una problema que, de una manera u otra, están sufriendo este año el resto de ... organizaciones sociales. El alza del coste de la vida por el repunte de los precios y el crecimiento a mucho menor ritmo de los salarios han reducido las aportaciones económicas que hasta ahora realizaban habitualmente los socios y particulares, lo que les ha puesto en dificultades para prestar los mismos servicios que hasta ahora venían ofreciendo a las personas más necesitadas. Todas coinciden: «Las donaciones han descendido».
No es cuestión de señalar a nadie, inciden, pues ellas mismas son conscientes de que la actual situación económica de muchos hogares no es la mejor. «Por mucho que queramos hacer nuevos socios y recibir donaciones, la gente no puede», explica Marta González Estéfani, gerente de Nuevo Futuro en Santander. Algo parecido le sucede a Cáritas. «Entre los años 2022 y 2023 nuestros ingresos se han reducido un 23%», afirma Sonsoles López Huete, directora de la institución. «Es un descenso que nos preocupa porque no parece algo aislado. La sensación es que se está convirtiendo en una tendencia», añade. «Las familias disponen cada vez de menos recursos para vivir y, por tanto, también para colaborar», concluye.
María Luz López
Cocina Económica
Gema Díaz
Banco de Alimentos
Marta González
Nuevo Futuro
La Cocina Económica de las Hijas de la Caridad, una de las instituciones más conocidas de Santander, también ha notado este bajón. «Hemos registrado una ligera bajada de las aportaciones durante el primer semestre del año. Esa es la realidad», admite María Luz López Camus, responsable de Administración. Por su comedor social pasan más de 150 personas a diario, alrededor de 900 familias son atendidas mensualmente a través de la 'Tienda Económica' y unas 2.000 al año reciben una atención integral y personalizada. Para hacer referencia a las dificultades que la merma de ingresos les causa, López Camus aporta una cifra: «Las donaciones son para nosotras importantísimas, pues aportan más del 50% del montante necesario para llevar a cabo nuestras actividades».
Uno de los grandes retos que afrontan estas organizaciones es la fidelización de sus donantes. «Muchos de nuestros socios son personas mayores y nuestro objetivo es llegar también a la gente joven, que vea nuestro trabajo para que se comprometa con las causas sociales», explica Lorena Pérez, responsable de Voluntariado y Comunicación de Cruz Roja. «También hemos notado un descenso, pero muy sensible. Por suerte, en Cruz Roja tenemos una base de socios fiel y estable», añade. Eso sí, no oculta que el objetivo es conseguir ese «relevo generacional». «Las economías familiares están cada vez más apretadas, pero Cantabria es solidaria, especialmente cuando surge alguna desgracia o emergencia repentina, como hemos podido comprobar en la pandemia o con la guerra en Ucrania», subraya.
Sonsoles López
Cáritas
Lorena Pérez
Cruz Roja
Hay dos maneras de colaborar. La primera es la que más les cuesta captar a estas organizaciones sociales. Son las aportaciones fijas mensuales, por la cantidad que cada uno estime. También existe la opción de hacer una donación única puntual. En el Banco de Alimentos, donde cifran su merma de ingresos en torno al «15%», lo conocen bien. Para ellos, ese dinero es vital. «Nosotros lo utilizamos para comprar esos productos que en las aportaciones físicas se han quedado cortos», explica su presidenta, Gema Díaz. «Además, nos permite gestionar mejor las fechas de caducidad. Es decir, podemos comprar alimentos a medida que los vamos necesitando y así no darlos salida a todos a la vez porque se van a caducar», añade.
Para tratar de seducir a futuros donantes, todas las organizaciones insisten en que el dinero que cada particular dona no se pierde. «La gente puede estar tranquila. En nuestro caso, cada céntimo llega a los niños. Estamos certificados por la Fundación Lealtad que vigila las donaciones y las audita tres veces al año», señala la gerente de Nuevo Futuro.
Otro de los alicientes de hacer aportaciones a una entidad social es que, además, desgravan en la Declaración de la Renta. «De las aportaciones de hasta 150 euros se pueden deducir el 80%», explica López Camus. «Por tanto, si donas 150 euros puedes recuperar 120. Sale bastante bien y, además, se premia la fidelidad. Es decir, si donas de manera recurrente a una organización social, recibes más».
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