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Hay que subir a Tudanca. Los caminos del Nansa se entremezclan con los emboques del Zurdo de Bielva, con la maravilla extrema de la cueva de El Soplao, con el conjunto rupestre de la cueva de Chufín, con las apariciones marianas de Garabandal ... y, al final del viaje, con el capricho arquitectónico, indiano y perediano de la Casona, vital morada de José María de Cossío.

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