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Los líderes políticos y sus cohortes van agotando el calendario veraniego, el cansino peregrinaje de fiesta en fiesta al que se sienten más obligados que ... otros años por la proximidad de la cita electoral de mayo de 2019. Concurren los dirigentes de los grandes partidos y los pequeños, las familias oficialistas, las críticas y los todavía no alineados, que se reparten el circuito feriado y a veces hasta coinciden, aunque siempre mantienen las distancias. También Miguel Ángel Revilla se deja ver en los festejos señalados, pero es que además el presidente planta la tienda en Puertochico y recibe a los fans que hacen colas para saludarle y hacerse fotos. 'Siempre ha habido clases', presumen los regionalistas, mientras la oposición censura el exhibicionismo populista del jefe del Ejecutivo y de paso su poca afición al despacho.
Desde luego, el despliegue veraniego de Revilla, y el que le aguarda en la nueva temporada televisiva, se compadece mal con las dudas, dimes y diretes estivales que deja correr e incluso alienta sobre su comparecencia como candidato en las urnas dentro de ocho meses. Camino de su 76 cumpleaños en enero, el líder regionalista acusa el desgaste, naturalmente, pero también es cierto que tiende a exagerar alguna vez los achaques de su mala salud de hierro. Más que nada, para desconcertar a sus adversarios, que viven pendientes del parte médico de Revilla desde hace lustros. Los regionalistas se sonríen 'por lo bajini', plenamente confiados en que la ciencia médica autorice a su fundador a asomarse por última vez al cartel electoral, justamente cuando la ansiada victoria se ve más factible que nunca.
Por si acaso se tuerce el plan de batalla, Francisco Javier López Marcano levanta la mano para recordar su condición de delfín histórico del regionalismo. O sea, no sólo para subrayar que su hijo, Javier López Estrada, es uno de los más firmes valores de la generación que debe guiar el PRC del futuro. También para advertir al respetable público, a propios y extraños, que él sigue en el mercado político, que todavía está por cobrarse la reparación moral por su sacrificio para que el partido se reinstalase en el Gobierno y por un largo calvario judicial del que espera salir indemne.
En fin, un problemita pendiente en el PRC. El marcanismo jalea a su paladín y aguarda el regreso triunfal al poderío de los buenos tiempos, pero en la cúpula del partido tienden a pensar que dos Marcano, padre e hijo, en la primera línea son demasiados para el equilibrio del ecosistema.
Es una controversia interesante que se plantea ante el congreso de final de año, que no sólo prevé renovar el liderazgo de Revilla durante cuatro décadas, como secretario general y candidato electoral, sino también comenzar a preparar su sucesión. Bueno, en realidad esa ya era la idea que los regionalistas ya manejaban para el congreso de 2014. Sin embargo, el futuro del PRC quedó aplazado hasta nueva orden. Revilla sigue en activo, cuatro años más viejo, como los demás dirigentes, incluido López Marcano.
Marcano comparecerá al congreso con el apoyo fiel de la militancia de Torrelavega y su comarca, donde se asienta la agrupación más numerosa y movilizada del partido. Como contrapeso opera la fuerza de los 41 alcaldes, los guardianes del importante caudal del voto regionalista en la Cantabria rural, en general más conectados a Revilla y la cúpula del partido. Habrá que ver cuál es la distribución de fuerzas en la nueva ejecutiva de casi 60 miembros con el indiscutible Revilla al frente, y cómo se confeccionan posteriormente las listas electorales.
La casa regionalista rezuma optimismo electoral, un poco más si cabe desde que Íñigo de la Serna anunció su alejamiento de la primera línea política del PP. Sus dirigentes ni se plantean el fracaso con Revilla al frente. Sostienen que, incluso sin crecer, con los casi 100.000 votos que tienen consolidados en las tres últimas citas autonómicas, esta vez ganarán las elecciones y con los 13 o 14 escaños que acarician podrán liderar un nuevo Ejecutivo de coalición: con el PSOE, su aliado de siempre, o con uno de los dos partidos que se repartirán el electorado del centro-derecha: con Ciudadanos o incluso con el PP a la baja y necesitado de resguardarse de la intemperie tras cuatro años de oposición y de crisis interna. Mucho más verosímil sería esa alianza con Sáenz de Buruaga al frente que con De la Serna. Así que todo es posible para el flexible PRC. Lo esencial es mantenerse en el Gobierno, de cuyo seno deberá salir el sucesor de Revilla cuando él así lo decida. Ya que el desafío que supone ese relevo es tan difícil, mejor afrontarlo desde el poder. Con el carismático López Marcano como abanderado o con el 'tapado' de la nueva generación dirigente que señale el gran jefe.
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