El sueldo de los jóvenes en Cantabria no llega para pagar la casa y las facturas

Ser joven en Cantabria y querer abandonar el nido no es tarea sencilla. Lo principal es tener ganas, claro, pero lamentablemente no solo basta con eso. En el camino de la independencia se presentan numerosos obstáculos que, a veces, son difíciles de sortear. Si para una persona adulta ya es complicado encontrar una vivienda que cumpla con las tres 'b' -buena, bonita y barata-, tanto a la hora de comprar como de alquilar, imagínese para un joven que acaba de empezar su andadura profesional y que en muchos casos no cuentan con un trabajo fijo. Para que se hagan una idea, el segundo semestre del 2023 concluyó con 26.057 personas jóvenes afiliadas a la Seguridad Social. Una cifra baja teniendo en cuenta que el censo de población joven en Cantabria era en ese momento de 75.398 personas de entre 16 y 29 años. Es decir, a finales de 2023 menos de la mitad de la población joven en Cantabria tenía trabajo. Pero hay más. El 43,47% del total de los contratos temporales firmados por menores de 30 años son inferiores a siete días. Todo parece volverse en su contra. En cuanto al paro juvenil, los datos recogidos por el sindicato CC OO de Cantabria arrojan que las personas jóvenes representan el 14,64% del total de personas desempleadas.

Eso sitúa a Cantabria como la Comunidad Autónoma con la menor tasa de actividad de toda España, según el estudio del Observatorio de Emancipación. Los datos son preocupantes, más teniendo en cuenta que menos de la mitad de los jóvenes con empleo consiguieron independizarse. Solo 10.481.

¿Por qué incluso a los jóvenes trabajadores les cuesta emanciparse? La respuesta es triste y alarmante a la vez: el salario mediano de las personas jóvenes cántabras está por debajo del conjunto español y no llegaba a los mil euros netos al mes. Esto hace, según el estudio, que sea imposible para ellos alquilar una vivienda en solitario sin sobreendeudarse y que para alquilar una habitación tengan que dedicar el 35,2 % de su salario mensual.

Lejos de mejorar con el paso de los meses, la situación cae en picado. En el mercado inmobiliario hay más demanda que oferta y los precios son desorbitados. Encontrar una vivienda que entre dentro de sus posibilidades es para muchos imposible. Y parece que lo seguirá siendo. Cantabria lideró en el segundo trimestre de este año la subida del precio de los alquileres en España. Nada nuevo. El año pasado la región ya registró el tercer aumento más elevado del país.

Desde el Consejo Juvenil de Cantabria piden medidas inmediatas, como «la limitación de viviendas turísticas y el control de su mercado negro». El presidente del Consejo, David San Juan, también solicita «la aplicación de la Ley de Vivienda y Seguridad Jurídica para la oferta de alquiler en nuestra región». Y añade más. «Entendemos que no se está atacando el problema estructural sino el coyuntural». También exigen la «evaluación y continuidad del Bono Alquiler Joven». En la convocatoria de 2022 se emitieron 2.700 solicitudes a pesar de que el máximo esperado eran 1.300. Otro asunto que propone San Juan es «hacer partícipe al Consejo como interlocutores válidos al no haber estado presentes en la mesa de negociación del decreto de pisos turísticos o los planes de empleo joven». Todavía hay más. «Hay que seguir aumentando el parque público de vivienda, especialmente en las zonas que entendemos que están tensionadas, como es la Bahía de Santander y los urbes de nuestra región: Besaya y la zona de la costa oriental». A nivel laboral pide «que se apruebe el estatuto del becario y que se ataje la parcialidad involuntaria con mejora de salarios y condiciones laborales».