La suspensión del concierto de Guetta arruina a las dos empresas promotoras

El titular del Juzgado de lo Mercantil, Carlos Martínez de Marigorta, dictó el pasado día 7 un auto en el que declara en concurso voluntario de acreedores a la promotora madrileña especializada en rock, y acuerda acumular el proceso al de Delfuego Booking y con el mismo administrador concursal, el abogado Calixto Alonso del Pozo. El perito evacuó en noviembre el informe sobre la mercantil cántabra y colocó en situación de «insolvencia irreversible» a la sociedad, ya que carece de viabilidad económica.

El estado financiero de la mercantil madrileña es muy similar y, al igual que Delfuego Booking, su destino es la liquidación. Heart of Gold declara un pasivo (las deudas recogidas en el balance de situación) de un millón de euros, «muy superior a sus activos y capacidad de generación de flujos», refleja el auto judicial. Ahora, se llamará a los acreedores para que en un mes comuniquen al administrador concursal sus créditos, un listado que será muy similar al de la promotora cántabra, ya que sus problemas económicos nacen de su actividad en la UTE.

Fuentes jurídicas subrayan que ante la imposibilidad de atender un pasivo tan formidable, lo más probable es que no haya convenio y se pase directamente a la liquidación de ambas sociedades, ejecutando los activos realizables para pagar de forma prorrateada a los acreedores, entre los que se encuentran los compradores de entradas.

Concluido el proceso de disolución y liquidación, ambas sociedades quedarán extinguidas y con ello terminará uno de los fiascos musicales más graves de los últimos tiempos. De este modo, el artista francés anotará a su trayectoria profesional el haber llevado a la ruina a las empresas promotoras de su concierto.

Todo empezó cuando la actuación estelar de la Semana Grande, el concierto de Guetta, se frustró y casi 10.000 espectadores que habían pagado una entrada para verle actuar quedaron en la estacada. El artista adujo problemas con el avión que le debía trasladar desde Rusia, lo que le impidió llegar a la hora prevista. La cancelación provocó un considerable lío judicial, con reclamaciones en distintos frentes. Más de mil fans se pusieron de acuerdo para denunciar a los promotores, que no habían contratado seguro de incomparecencia, y reclamar gastos muy superiores al precio de la entrada, como los de estancia y transporte, además de daños morales, y los promotores del concierto se han visto abocados a suspender pagos con un intervalo de cuatro meses ante la «falta de liquidez y capacidad financiera» para hacer frente a la devolución de la totalidad del precio de la entrada.

El administrador concursal eximió de responsabilidad a los organizadores y apuntó a la «inopinada incomparecencia del artista, cuya causa a día de hoy no le ha sido justificada a la sociedad», como causa del concurso voluntario de acreedores. El informe del experto explica que para llevar a cabo la actuación del dj parisino, la empresa, a través de la UTE La Campa, no solo tuvo que afrontar el «elevado» caché del músico internacional, sino que también corrió con «todos» los gastos y demás condiciones «exigidas» por el protagonista, por más de 200.000 euros, y que tras su ausencia resultan «irrecuperables».

Las dos integrantes de la UTE La Campa intentaron negociar con el agente de Guetta una salida para resolver el conflicto sin tener que acudir al arbitraje en Londres, pero no han tenido éxito. Una de las cláusula del contrato firmado entre ambas partes remitía a la Corte de Londres en caso de discrepancias. Pero el abogado de Delfuego Booking ha pedido al juez de lo Mercantil que anule esta cláusula para poder demandar a Guetta en Santander y reclamar una indemnización por daños y perjuicios.