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Oportunidades laborales, empresariales, formación... Cada decisión esconde un motivo. A Cosme del Olmo, vecino de Santander, los estudios le llevaron hasta Brujas, la ciudad belga. Tras terminar la universidad se decantó por estudiar un máster en Asuntos Europeos, así que emprendió un viaje que, en principio, se iba a prolongar doce meses. Pero de aquel primer salto han pasado ya seis años. «La salida natural era ir a trabajar a las instituciones europeas, que es donde estoy actualmente», cuenta este joven de 32 años que ahora reside en Bruselas. Trabaja en la Junta Única de Resolución dedicada al sector bancario. Al principio «cuesta encontrar oportunidades», reconoce. Sobre todo porque la capital belga es un «lugar muy internacional que absorbe mucho talento y es competitivo». No obstante, pasadas esas primeras dificultades, el trabajo diario abre el camino que él lleva recorriendo seis años y que le ha aportado «un modo de vida completamente distinto y riqueza social». En este tiempo se ha topado con personas de diferentes países con los que comparte intereses y conversaciones «interesantes». Habla de su experiencia con una sonrisa. ¿Se plantea volver? «Por ahora no, pero tengo claro que en el medio plazo, sí», admitía ayer durante el encuentro que CEOE-Cepyme organizó en el Hotel Santemar de Santander. Un evento que reunió a dos centenares de profesionales cántabros que, como él, trabajan en el exterior y son parte de la Red de Talento puesta en marcha por la organización en 2019.
¿El objetivo del proyecto? Crear vínculos y que ese conocimiento ofrezca oportunidades a las empresas locales. La iniciativa dibuja un mapa que permite a las compañías ponerse en contacto con personas que conocen el mercado porque trabajan en esos países. ¿Y algún consejo a quiénes se plantean buscar una oportunidad en el extranjero? Sí. Para volver a casa «siempre hay tiempo», reflexiona Del Olmo, que anima a lanzarse. También Óscar Ortiz, que lleva otros seis años trabajando en Toulouse, insiste en la experiencia que aporta estar en el extranjero pero tejer una red de contactos en casa: «Por ahora estoy contento allí, pero nunca se sabe en un futuro», explica.
Cosme del Olmo
Bruselas
Arturo Manso
Dubai
Mónica Oveysi
Japón
Aída Gomezbueno
Estudiante en Estados Unidos
Óscar Ortiz
Toulouse
En los corrillos y conversaciones que se sucedieron ayer en el hotel santanderino se escuchaban decenas de anécdotas y experiencias. Algunas de veteranos que llevan décadas en el extranjero se mezclaban con las historias de muchos jóvenes que buscan la siguiente experiencia internacional. Es el caso de Aída Gomezbueno, de 21 años, que ha estudiado en Estados Unidos el último curso del Grado de Informática. Allí ha tenido que adaptarse a «la cultura americana en una ciudad pequeña», comenta la joven. Unos meses de los que «he aprendido mucho», añade. Y justo por eso recomienda, a quien pueda, «irse fuera». Ella conoció la iniciativa de la patronal gracias a su padre y se animó a apuntarse porque comparte con el resto de asistentes la «inquietud» de trabajar en el extranjero y «seguir formándome». Una oportunidad «muy interesante» que ya se plantea. Por eso para Gómez el encuentro de ayer fue el momento de conocer gente y generar esos vínculos profesionales.
El mapa de talento ofrece a las empresas contactos en aquellos países en los que tengan intereses de negocio. Son profesionales que conocen el mercado y la cultura. Y, a la par, los cántabros que ya están en el exterior puedan acercar oportunidades a las compañías regionales. Un intercambio que para Mónica Oveysi fue la primera toma de contacto con la iniciativa y con los participantes. La vecina de Santander se mudó a Japón hace tres años y medio con una empresa dedicada a las tecnologías eléctricas.
En este tiempo ha tenido ocasión de cambiar de empleo y desde hace seis meses trabaja para Valfortec, un grupo empresarial español con sede en numerosos países, como Japón, donde ella es la responsable del negocio. Una experiencia «genial» que le ha permitido «conocer a muchas personas» internacionales de otras culturas de las que poder aprender y nutrirse.
La CEOE trabaja con el horizonte 2030 como objetivo. Así, aprobó un plan –tras analizar la situación socioeconómica del territorio– que sirviera como instrumento para trazar el itinerario de Cantabria hacia el crecimiento y el desarrollo y dar respuesta a los retos futuros como el envejecimiento de la población. Un proyecto en el que se incluye la Red de Talento y que busca, por ejemplo, «crear espacios abiertos», señala Enrique Conde, presidente de la patronal. Así como seguir ampliando «las relaciones entre empresarios y profesionales», como ocurrió ayer. Y establecer «espacios de debate» (como la 'Caña Digital') que fomenten las relaciones y que permitan continuar con ese intercambio de conocimiento del que salga beneficiada la comunidad autónoma y sus trabajadores.
Oveysi llegó a la Red de Talento tras ser contactada por la propia CEOE y valora la iniciativa como «muy interesante» porque al estar tan lejos de casa «el pensar en volver se puede hacer cuesta arriba». Un panorama que cambia si en la agenda ya tiene contactos de empresas que trabajan en Cantabria o en otros países y donde quizá le ofrezcan oportunidades laborales. Sobre todo para ella, que se plantea «volver al 100%».
El proyecto que ayer dio un paso más para consolidar el desarrollo empresarial de Cantabria nació hace tres años con el objetivo de establecer vías para que las empresas de la región puedan tener oportunidades en otros países y «viceversa, también para ver cómo los profesionales pueden traer oportunidades de negocio a Cantabria. Esa es la clave del proyecto», explica Enrique Conde, presidente de CEOE-Cepyme en la comunidad autónoma. De este modo se puede aprovechar el talento regional que está repartido por 65 países del mundo con centenares de profesionales que tienen formación y conocimiento y que pueden aportar a las empresas locales opciones de ampliar el negocio en otros mercados o incluso llevando delegaciones, por ejemplo.
La red reúne a gente joven que empieza su periplo internacional y a cántabros que llevan décadas en el extranjero. Es el caso de Arturo Manso, vecino de Reinosa que se marchó de Cantabria nada más terminar la universidad. A sus 57 años ha estado en Inglaterra, Portugal, Japón y Dubái, donde ya lleva 20 años. Actualmente trabaja para Teka y se encarga de los negocios en los países de la zona. ¿Qué le llevó a lanzarse al exterior? «Aprender inglés», reconoce. Una aventura que le ha servido para «tener una mente más abierta y entender otras culturas. Vivir en primera persona una situación te aporta una riqueza diferente», señala. Para él, el proyecto de la Red de Talento es «fantástico» porque es «bidireccional» y permite que quienes «se han formado fuera, regresen y aporten esa experiencia».
El 60% de los inscritos se encuentra en Europa
La Red de Talento Cántabro se puso en marcha hace tres años como parte del plan impulsado por la CEOE para sentar las bases del futuro desarrollo económico regional. El objetivo era dibujar un mapa virtual de profesionales que trabajan en el extranjero y, hasta el momento, ya se han inscrito un total de 650 personas repartidas en 65 países. De esa cifra, «el mayor volumen está en Europa», señala Enrique Conde, presidente de la patronal en la comunidad autónoma. En concreto, un 61,4% según los datos que maneja la CEOE. De ellos, son Reino Unido y Alemania los países en los que más cántabros desarrollan actualmente su labor profesional. El viejo continente está seguido por América, con un 22,9%, sobre todo en Estados Unidos y México. Pero también hay profesionales en la India o África. Así, el encuentro –al que ayer acudieron más de 200 profesionales– supone dar otro paso que permite «avanzar en la consolidación» de un proyecto que es, además, una «magnífica» oportunidad para Cantabria al conectar empresas regionales con ese talento repartido por el mundo. El de ayer fue un evento para aprovechar la presencia de los profesionales y establecer vínculos entre ellos, ampliar y fomentar el conocimiento de la estrategia 2030 dibujada para la región y que, entre las conversaciones, pudieran surgir líneas de colaboración o vínculos de forma que el conocimiento internacional aporte su valor a la comunidad autónoma.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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