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Esa máxima tan conocida en la vida, reinventarse o morir, que se repite como un mantra en las facultades de Empresariales, ha vuelto a constatar su verdad con la actual crisis sanitaria. Tan pronto como el covid dio la cara el pasado marzo varias ... firmas cántabras vieron el nicho de negocio para adaptar sus procesos productivos a la fabricación del material sanitario que se antojó imprescindible: gel hidroalcohólico, mascarillas, guantes, pantallas protectoras... Hoy, meses después, confirman el acierto en varios frentes. Han mantenido la actividad en medio de esta crisis que amenaza con dejar a multitud de empresas en la cuneta, mantienen los puestos de trabajo y cumplen un servicio público al abastecer de este material a la sanidad regional cuando los proveedores nacionales o internacionales están colapsados.
«En nuestro caso no adaptamos nada, montamos la empresa desde cero», certifica Jesús Gutiérrez, gerente de Efasys Medical, la firma con la que a mediados de marzo comenzaron a fabricar mascarillas de factura completamente nacional. «Y cuando hablamos hechas en España es de verdad. Porque todo, absolutamente todo, desde los tejidos hasta los cordones y el empaquetado, se elabora en España», explica.
El germen de la marca se localiza en pleno confinamiento. «Fue muy difícil toda la producción porque tuvimos que ponerlo en marcha a base de videoconferencias. Era muy difícil, por ejemplo, hablar con los futuros proveedores de los materiales y tejidos si no podíamos tocarlos, si teníamos que esperar a que nos mandasen las muestras», cuenta Gutiérrez, que recuerda que la mayor parte de las mascarillas que se fabrican en España cuentan con material importado de Asia.
El 2 de abril se pusieron en marcha para vender el producto a través de la web (www.mascarillaespañola.es), precisamente así, con la letra 'ñ', para remarcar la autenticidad del producto nacional. «El espacio web complementa la venta particular de los servicios que damos a las empresas y demás instituciones en todo el país». Ahora, con los resultados en la mano, parece fácil, pero cuando todo arrancó en el peor momento de la pandemia, nada parecía claro.
«Nosotros tenemos más empresas, dedicadas a la elaboración de proyectos fotovoltáicos y obras, y contábamos con un colchón que nos permitía arriesgar una inversión. Pero no es fácil».
Efasys Medical
Laboratorios Arce
C&R Tecnología Cantabria
Torrelab (Soningeo)
El responsable de Efasys critica la escasez de ayudas nacionales. «Siempre van por detrás de las necesidades de las empresas. Yo me he dado unas cuantas tortas con varios proyectos y tengo la suerte de que otros me han funcionado. Por eso pude permitirme arriesgar en este caso, y parece que está funcionando», zanja.
El mismo 1 de marzo, cuando la destilería cántabra Siderit -bien conocida en los círculos nacionales e internacionales por la calidad de su ginebra y vodka- buscó abastecerse de gel hidroalcohólico, le resultó imposible. «Así que no nos quedó más remedio que fabricarlo nosotros. Hicimos 15 litros para nuestro uso, y esa misma tarde nos llamaron de Emergencias», recuerda David Martínez, uno de los gerentes. Les preguntaron cuantos litros serían capaces de producir en esa misma tarde. «Nos sentimos abrumados, pero nos pusimos manos a la obra y así nació Laboratorios Arce».
Pasaron 13 semanas seguidas elaborando este líquido indispensable en hospitales, empresas y comercios. Hicieron más de 35.000 litros. «Fue un esfuerzo impresionante. No sólo porque es mucha cantidad, sino porque nos obligó a una adaptación integral en muy poco tiempo», cuenta Martínez.
La base era de sobra conocida, porque el alcohol ha sido siempre la materia prima en sus dos procesos productivos, uno dedicado a la vertiente hostelera, y otro a la médica: «Pero son líneas diferentes, que requieren de maquinaria diferente y de procesos separados». Lograron la certificación del Instituto Carlos III y ahora son unos de los productores más importantes de hidrogel en toda España.
«El 1 de septiembre terminó la campaña turística y con ello el verano comercial, con lo que dejamos de fabricar bebida. Ahora nos pondremos manos a la obra otra vez para empezar con el hidroalcohol», explica el responsable de Laboratorios Arce, que por ahora continúa rentabilizando la inversión. «Ha habido que poner mucho dinero y lo lamentable es ver cómo nadie te ayuda en un trabajo que además constituye un servicio público», denuncia. «El Estado ha concedido 11 millones en ayudas para 1.100 empresas que lo hemos solicitado. Creo que llega a mil euros por cada una», cuenta irónico.
La imprenta J. Martínez es de sobra conocida en Cantabria; pero quizá es menos popular su vertiente dedicada a la fabricación automática de mascarillas, una iniciativa que comenzó el pasado julio y que sirve para garantizar también el abastecimiento de este material sanitario indispensable al mercado cántabro.
«La puesta en marcha no fue fácil. Tuvimos que importar la maquinaria de China y fue complicado. Llegó a mitad de junio a Cantabria y para mediados de julio, tras unas semanas extremadamente complicadas, se comenzó la fabricación en serie», cuenta Marián Rueda, gerente de la imprenta, que gestiona la iniciativa empresarial con el apoyo financiero de C&R (por Cavada y Rueda) Tecnología Cantabria, donde el empresario Javier Cavada es el socio inversor.
Tampoco en este caso la adaptación ha sido sencilla. «Lleva mucho trabajo desde el reacondicionamiento de la sala para la fabricación y los almacenes, hasta la certificación de los materiales por parte de los institutos nacionales de certificación», cuenta Rueda, que a día de hoy excede los 2 millones de unidades mensuales.
Pero no todas las contribuciones que llegan desde el sector privado se centran exclusivamente en la fabricación. Hay otras firmas que se afanan en proporcionar los medios necesarios para que las soluciones lleguen a su destino. Este es el caso precisamente de la empresa Soningeo -domiciliada en Maliaño (Camargo) y dedicada a los servicios de ingeniería desde el año 2001-, la cual, a través de su filial Torrelab, acaba de comprar los derechos de distribución en toda España de unos nuevos test PCR desarrollados en Francia por los laboratorios Loop Dee Science. Uno de los socios de la compañía adquiriente, Alberto García Monar, no tarda en corroborar lo que ya anuncian los franceses: «Las pruebas son las más fiables, rápidas, económicas y eficientes hasta el momento».
¿Pero qué hace tan especiales a estos test? Por lo pronto que «arrojan un resultado en 40 minutos, lo que permite acabar con las dudas prácticamente al momento y en el mismo punto en el que se desarrolla», asegura García Monar. El nuevo sistema de rastreo del virus es, en resumen, un 'kit' portátil del tamaño de un cubo de rubik capaz de procesar la muestra nasofaríngea en «tiempo récord».
Soningeo ha venido realizando test PCR en el mar y en depuradoras de aguas residuales en todo el territorio cántabro desde que empezó la pandemia. Han sido meses de negociaciones para alcanzar el acuerdo y hacerse con los derechos, pero al fin lo han conseguido. Desde el lunes, la firma lleva el topónimo de la región en cada método de rastreo repartido en todas las comunidades autónomas. Y, si las cosas van bien, incluso más allá. Porque la compañía ya contempla extender los acuerdos con los laboratorios franceses a Portugal y hasta Latinoamérica.
Todos estos ejemplos son sólo una muestra de las firmas cántabras que en estos momentos se encuentran comercializando algún producto encaminado a atajar la crisis sanitaria que afecta a todo el mundo desde el pasado marzo. Otras están todavía en tramitaciones para hacerlo y próximamente se conocerán más proyectos que van surgiendo conforme se crean necesidades.
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