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Los vecinos de Tresviso, un pueblo que prácticamente todos los inviernos se queda aislado, están acostumbrados a levantarse con 20 centímetros de nieve. A los de Cahecho, como a los de otras muchas localidades de las zonas altas de Liébana, tampoco les impresiona tener ... en las calles una capa blanca que les llega hasta la rodilla. Que los puertos de montaña se cierren al tráfico de vehículos porque las máquinas quitanieves no dan abasto para limpiar la carretera también forma parte de lo normal. Lo normal en invierno, pero no a finales del mes de octubre. Lo que pasó ayer a consecuencia de la primera ola de frío, a pesar de que fue exactamente lo que habían avanzado las previsiones, causó sorpresa y muchas complicaciones en las carreteras de Cantabria.
«Yo tengo 58 años y nunca había visto tanta nieve a estas alturas, pero es que hablando con la gente mayor de por aquí, los de 80 y 85 años, me dicen lo mismo», comentaba ayer Jesús Fuente, alcalde de Cabezón de Liébana. Acababa de llegar a casa después de una mañana supervisando las labores de limpieza de vías de acceso a pueblos como Torices o Somaniezo. Los empleados municipales tuvieron que emplearse a fondo no solo por la gran cantidad de nieve caída durante la madrugada, también para retirar las ramas que cayeron sobre muchas carreteras comarcales. «Como los árboles tienen todavía mucha hoja, se han cargado de peso con la nieve y se han partido», explicaba.
-4,6 grados se registraron en Alto Campoo a las 20.30 horas, la mínima de Cantabria el domingo.
Para los servicios de emergencia, la principal preocupación fue la A-67, la autovía de acceso a la Meseta, que durante la madrugada se cerró en diversas ocasiones al tránsito de camiones. Por la tarde, entre las 19.30 y las 20.30 horas, incluso se impidió el paso a turismos sin neumáticos de invierno por una intensa nevada caída en Pozazal, que provocó atascos y salidas de vía.
Esta situación tiende a remitir, ya que, aunque ayer la previsión para esta mañana era de alerta naranja, el aviso ha bajado a amarillo y el protocolo de actuación de la Delegación del Gobierno en Cantabria también pasa de 'emergencia' a 'preemergencia'.
Por donde no pudo pasar ningún coche fue por el puerto de Lunada y posteriormente por Estacas de Trueba, Palombera y La Sía. «Ha caído otra nevada muy fuerte sobre las cuatro de la tarde. En el límite entre Cantabria y Burgos habrá ya 35 centímetros y esta noche caerán otros 20», confirmaba José Luis Berasategui, de la casa Rural Rincón Pasiegos. Además, fueron necesarias las cadenas en Piedrasluengas, las carreteras CA-262 (Vega de Pas), CA-264 (San Roque de Riomiera) y CA-152 (Valle de Villaverde), así como en el acceso a Alto Campoo y Fuente Dé, donde el teleférico no pudo funcionar. A la estación de esquí, sólo un puñado de curiosos –que no hicieron caso a los consejos de la DGT y el 112 de no usar en caso salvo necesidad– se atrevieron a subir.
En Reinosa, a 850 metros de altura, nevó en distintos momentos de la madrugada, pero la capa blanca fue desapareciendo, y después a última hora del día. En Potes, a poco más de 300 metros sobre el nivel del mar, la sorpresa no fue que no cuajara, sino ver los primeros copos cuando aún faltan 50 días para que llegue oficialmente el invierno. Igual que el sábado, los registros de lluvia volvieron a ser significativos. Hasta las ocho de la tarde habían caído 35,1 litros en San Vicente de la Barquera y superaban los 20 en casi todas las estaciones de medición de Cantabria.
La temperatura mínima se la quedó Alto Campoo (-4,6º), pero tampoco en Reinosa, Soba, Tresviso y Camaleño. Pero fueron las granizadas las que causaron más problemas de circulación, con varios accidentes como los ocurridos en Ontón, Solares o el acceso a Santander, que se tradujeron en atascos puntuales. El incidente más grave ocurrió en la A-67 a la altura de Lantueno, donde un vehículo perdió el control y volcó tras salirse de la carretera. Sus cuatro ocupantes resultaron heridos leves y fueron trasladados al hospital Tres Mares, incluidas las dos niñas de 4 y 9 años.
San Vicente de la Barquera 35,1 litros
Torrelavega 30,0 litros
Cillorigo de Liébana 29,4 litros
Santillana del Mar 28,0 litros
Parayas 27,7 litros
Villacarriedo 26,8 litros
Santander 21,8 litros
Alto Campoo 21,7 litros
El dispositivo de vialidad invernal está formado por unas 80 máquinas, entre las del Ministerio de Fomento y las del Gobierno regional. Obras Públicas tenía ayer movilizados a 78 operarios con 24 camiones cuña, 10 quitanieves, 13 todoterrenos y nueve tractores cuña, a lo que hay que sumar el personal de la Guardia Civil de Tráfico y las agrupaciones de Protección Civil, que también están sobre el terreno. Sin esos medios no se podría haber subido a Tresviso. «Está abierto pero en algún momento por la noche se cerró. Es que en las zonas altas hay hasta medio metro», detallaba su alcalde, Javier Campo. Y en las próximas horas pueden ser más. La Aemet avisa de que este lunes, hasta el mediodía, se acumularán otros doce centímetros en Liébana, diez en la zona central y ocho en Campoo y la Cantabria del Ebro, con una cota de nieve a partir de 900 metros y mínimas que pueden ir en descenso. A medida que pasen las horas disminuirá el riesgo de precipitaciones.
Aunque es «un fastidio» para los ganaderos, que todavía tienen los animales fuera, el regidor de Cabezón de Liébana reconoce que reciben de buen grado esta nieve, porque los manantiales ya empezaban a perder agua tras un verano muy seco. Y avisa:«Por aquí la gente mayor dice que puede venir un invierno duro, que cuando nieva en octubre, tal y como están las lunas... Cuando lo dicen, cuidadín, porque suelen acertar».
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