El técnico creativo y con discurso

Si Pedro negó hasta tres veces a Jesucristo horas antes de su muerte, alguna más lo ha hecho Jaime González (Santander, 1961) en las últimas semanas respecto a su decisión de abandonar la Presidencia del Puerto de Santander. González, con su comunicación a Revilla, pone fin a una etapa de poco más de cinco años con éxitos notables en su gestión, pero también ha dejado cierto malestar entre actores portuarios que no han visto sus promesas mutar en realidad.

Los que le conocen y han estado trabajando a su lado aseguran que nada en su imperturbable proceder permitía presagiar un cambio en su porvenir. Lejos de denotar relajación o conformismo, González insistía en la importancia de llevar a cabo nuevos hitos para garantizar el futuro portuario. Una de sus fortalezas siempre ha sido el cara a cara, con un discurso sólido que sabía ganarse a su interlocutor.

Llegó en 2015 a la Autoridad Portuaria de Santander (APS) para suceder a José Joaquín Martínez Sieso, a priori un relevo que suponía trocar un claro perfil político -Sieso fue presidente autonómico- por otro más técnico. Sin embargo, los que han convivido con él durante este lustro en el recinto portuario precisan más sobre su fortaleza «comercial y creativa», que ha rendido fruto en algunos casos, como el impulso al tráfico de contenedores de la naviera CLdN, que ahora tendrá continuidad con la construcción de una terminal específica para este campo de la mano de Boluda Corporación, una aspiración largamente anhelada. Ha sido el último gran éxito de su etapa y un revés para uno de los competidores que le quitaba el sueño: el Puerto de Bilbao y su pujanza inversora y fagocitadora de homólogos del entorno.

De hecho, la diferencia entre los millones que llegaban de Madrid rumbo a Santander y los que regaban al resto de atarazanas de la cornisa Cantábrica era otro de sus quebraderos de cabeza, pues esa desventaja se traducía en menores infraesctructuras, lo que a su juicio era clave para la competitividad cántabra.

Con una dilatada trayectoria profesional en el sector privado vinculada especialmente al transporte y la logística -con muchas luces y alguna sombra-, otro de sus momentos dorados al frente de la APS fue la captación de una línea de ferri entre Santander y la localidad irlandesa de Cork, una ruta que 'arrebató' a Bilbao en sus mismas narices, pero que apenas pudo mantener un año. La explicación que él defendió sobre las causas de esa pérdida: el daño que ocasionaban las incursiones ilegales de polizones. Este asunto ha sido otra de sus tribulaciones principales, puesto que entendía que la organización tenía las manos atadas para abordar el problema.

Se marcha González poco después de que lo hiciera su directora en el Puerto, Cristina López Arias, cesada en julio cuando el malestar de la comunidad portuaria había derivado incluso en un intento de querella en la Audiencia Provincial por parte de una empresa presuntamente perjudicada. Las diferencias entre ambos eran evidentes y no beneficiaban el avance de la APS. Con quien López Arias tenía mejor relación era precisamente con el consejero Francisco Martín, llamado a ocupar la presidencia que queda vacante en el Puerto.

Se marcha por tanto un gestor que deja un balance suficientemente positivo y con el que Santander estuvo a punto de batir su récord histórico de tráficos. Dos barcos, solía lamentar, le separaron de ese éxito en 2019.

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