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Ingeniero, exgerente de una residencia de ancianos y responsable del programa electoral de la presidenta de Cantabria, Luis Martínez Abad (Santander, 1966) compagina desde octubre los cargos de consejero delegado y director general de Cantur al mismo tiempo. A su mando están las principales infraestructuras ... turísticas de la región y el reto de lograr un turismo de calidad frente a las masificaciones sufridas en los últimos años. Un trabajo que, de momento, no le deja demasiado tiempo para la pintura y para sus libros de ensayo y poesía.
–¿El Gobierno del PP va a continuar el mismo modelo turístico de los últimos años o va a cambiar de camino?
–Vamos bien. El objetivo sigue siendo el mismo en el que han trabajado gobiernos anteriores: desestacionalizar, descentralizar para llevar turistas a las comarcas y lograr más visitantes internacionales. Tenemos una barbaridad de turistas nacionales, y es importante que venga de otros países. Que los que llegan en el Brittany Ferries se queden en Cantabria, por ejemplo.
–¿Le preocupa la masificación turística que hemos sufrido estos últimos veranos?
–Nos preocupa y tenemos que tender a un turismo de calidad y sostenible. Desestacionalizar es lo más importante, debemos generar nuevos atractivos en las instalaciones de Cantur para que tengan atractivo todo el año.
–¿Puede ayudar en esa regulación de visitantes el control de los pisos turísticos? ¿Ya está listo el nuevo decreto? ¿Qué novedades introduce?
–En eso está trabajando la Dirección General de Turismo. Tendremos noticias en breve. Igual puede estar antes de verano.
–Cantur es, junto con Sodercan, una de las principales empresas públicas de Cantabria. ¿Qué se ha encontrado al llegar a ella?
–Mucho trabajo por hacer, con instalaciones un poco dejadas en las que creo que es importante generar nuevos atractivos para que el flujo de visitantes sea recurrente. También es cierto que Cantur cumple ahora 55 años y tenemos instalaciones como Alto Campoo y Fuente Dé que tienen mas años aún. Aunque se han hecho actualizaciones, el tiempo pasa y se requiere una inversión profunda.
–Entonces, ¿ha faltado inversión las pasadas legislaturas?
–No lo sé. Lo que sí sé es cómo están ahora las instalaciones. Otros años creo que se han ido parcheando cosas.
–¿Y económicamente Cantur es un lastre o genera beneficios?
–El año pasado tuvo unos ingresos de 43,1 millones. El 63% provino de las explotaciones de las instalaciones y el resto de transferencias del Gobierno para actividades de promoción. La gente relaciona Cantur solo con las instalaciones, no se dan cuenta de una parte fundamental de sus objetivos: la atracción de turistas a la comunidad.
–Usted es la primera persona que ocupa de forma simultánea los cargos de director y consejero delegado de Cantur. Nunca antes había pasado. ¿Por qué optaron por este modelo?
–Aquí ha sido bien acogido por los profesionales. El anterior sistema generaba una bicefalia que no propiciaba el mejor de los ambientes. ¿Por qué hemos cambiado el modelo? Sería una pregunta para hacer a la presidenta de Cantabria. Entiendo que al final es una cuestión de unificar el trabajo y eliminar un puesto en la Administración que se entendía que no era necesario.
–Hubo muchas críticas por su participación como consejero delegado en la aprobación de las bases del concurso de director y la elección de usted mismo como el mejor candidato.
–Yo no formé parte de esa mesa de decisión en ningún caso. Me presenté, fui elegido consejero, tuve una reunión con la presidenta y creímos que lo mejor era unificar los cargos. Opté al puesto de director, mi perfil cumplía con los requisitos y aquí estoy. Esa bicefalia anterior no era buena.
–María José Sáenz de Buruaga anunció en Fitur inversiones cercanas a los 60 millones en las instalaciones de Cantur en los próximos años. ¿Cómo se van a repartir?
–Tenemos proyectos para todas ellas. En Alto Campoo, por empezar por una, vamos a renovar todos los remontes. Este mismo año haremos una campaña geotécnica, la primera fase de las obras comenzará en verano de 2025 y la finalización será justo un año después, en 2026. También cambiaremos el telesilla y el pisapistas. Haremos un área de autocaravanas, que es muy necesario allí, con capacidad para treinta vehículos. El informe de la Crotu nos llegará a finales de año y estamos pendientes de la cesión del terreno por parte del Ayuntamiento. Lo que nos quedaría es el Hotel La Corza Blanca, que está en malas condiciones y hay que renovarle. Trabajaremos en ese proyecto con una colaboración público-privada y poder así generar turismo veraniego para la comarca.
–Fuente Dé fue la única instalación de Cantur que bajó sus visitantes el año pasado. ¿Qué tienen pensado para recuperar las cifras?
–Hay que tener en cuenta que el teleférico tuvo que estar parado un tiempo y, además, allí juega el factor de la inclemencia del tiempo. Pero ya tenemos muy avanzado el proyecto para duplicar la capacidad de las cabinas, que pasarán de 20 a 40 personas. A veces no podemos dar servicio a toda la gente y esto aumento nos va a agilizar las bajadas del teleférico, sobre todo. Será una inversión de 11 millones de euros. También tenemos en marcha el proyecto del mirador de la estación, pendiente del fallo del jurado, con 700.000 euros. Y el nuevo aparcamiento costará cinco millones.
–El teleférico de Vega Pas se anunció durante el mandato de Ignacio Diego, hace ya una década, pero el bipartito lo descartó. Ahora el PP parece que vuelve a recuperarlo. ¿Lo veremos esta legislatura?
–Sí, es un compromiso del programa electoral, y estará acabado antes del fin de la legislatura. Ahora mismo estamos actualizando la memoria ambiental y el proyecto. En 2014 se presupuestó en 17 millones, pero la actualización de los precios de los materiales hará que suba hasta los 22 o 23 millones ahora.
–¿La fórmula de gestión será similar a la de la telecabina de Cabárceno?
–Sí, será una colaboración público-privada. Se trata de una inversión importante para esa zona.
–Se ha llegado a comparar este teleférico con el de Fuente Dé, pero parece complicado que pueda llegar a esas cifras de visitas, debido también a la niebla que hay en esa zona muchos días del año.
–Tenemos estudios que nos dicen que sí va a alcanzar ese mismo flujo de visitas. Cuando en 1966 se construyó el de Fuente Dé también se decía lo mismo, que no iba a subir nadie, y mira ahora. Va a ser un proyecto que descentralizará el turismo.
–¿Qué novedades habrá en esta nueva temporada para Cabárceno?
–En primer lugar, vamos a sacar adelante el nuevo edificio de elefantes. Estamos pendientes de la autorización de la Crotu y la previsión es comenzar las obras en otoño de este año y acabarlas en otoño de 2025, después de una inversión de cuatro millones. También tenemos en estudio la construcción de un nuevo reptiliario, con recinto de cocodrilos, en la zona de la mina, donde haremos una renovación total del área de los leones marinos. Y más instalaciones nuevas que iremos dando a conocer.
–Las obras en Peña Cabarga se están retrasando y no sabemos, de momento, lo que pasa con la cámara oscura que estaba proyectada.
–Se va a encarecer algo la obra actual, presupuestado inicialmente en 915.000 euros, debido a las inclemencias del tiempo y al retraso de la obra. No sabemos aún exactamente a cuánto, pero la previsión es inaugurarla en junio y abrir entonces el mirador superior. Para la cámara oscura estaban previstos 350.000 euros, pero estamos valorando otras opciones para incrementar el atractivo de Peña Cabarga.
–¿No se va a hacer entonces allí el proyecto de la lente? La UC ya había realizado el estudio.
–Estamos valorándolo. Era una posibilidad, pero el estudio del flujo de asistencia, mirando también otras cámaras oscuras de otras ciudades, como la Torre de Cádiz, demuestra que hay visitas al principio por la novedad, pero luego bajan mucho. Queremos algo que genere un atractivo recurrente.
–Venimos de cifras récord en el aeropuerto, pero las perspectivas no son buenas para este año. ¿Qué previsiones manejan?
–He visto al Real Madrid empezar mal la temporada y luego ganar la Champions. Todavía estamos en marzo. ¿Vamos por debajo? Sí ¿Son malas las cifras? No. De todos modos, no buscamos batir récords, sino la sostenibilidad. El aeropuerto sigue manteniendo los mismos vuelos, no ha perdido nada, y creemos que va a ser un buen año.
–El Gobierno anunció una nueva ruta a Oporto y se cayó sin estrenarla. ¿Qué pasó?
–Se licitó y, como pasa a veces en los concursos públicos, quedó desierta. Pero eso no es nuevo. Ya ha pasado antes en otras legislaturas. Por ejemplo, quedó desierto el concurso de la línea a Bucarest; hubo que convocar de nuevo todas las rutas internacionales por un defecto de forma; se repitió la convocatoria de las rutas nacionales de Alicante, Sevilla y Murcia por la misma razón... Y no pasó nada.
–Se va a volver a licitar?
–Estamos trabajando en ello.
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