«Tememos que este verano haya incluso más accidentes que en 2020»

-Toca, por tanto, ponerse a trabajar al máximo.

-La gente tiene ganas de salir y esperamos que por lo menos vayan a repetirse las cifras que manejamos del pasado año.

-En mayo, en los primeros compases de la desescalada, las intervenciones en playa se dispararon más del 400%.

-Fue justo después del confinamiento. Todos estábamos con un ansia tremenda por salir a la calle, por disfrutar de la naturaleza y se notó, claro.

-¿Qué tipo de incidentes predominaron?

-Hubo que movilizar muchas veces el helicóptero por sencillas torceduras de tobillo en la montaña. Son lesiones leves pero que te incapacitan para moverte allí arriba. Y también contamos con muchos incidentes cardiovasculares. Eso es por culpa del sedentarismo que tuvimos durante el confinamiento y la energía con la que salimos a la calle cuando nos dejaron.

-Dice que en aquel tiempo lo peor fue discriminar qué era grave de lo que no lo era, porque los medios son finitos.

-Con ese incremento, ocurrió que muchos fueron simultáneos. Tuvimos que priorizar aquellos que considerábamos de mayor riesgo para intervenir. Lo idóneo hubiera sido poder atender a todos con los mejores medios, pero fue tal la avalancha que fue imposible. De cualquier manera ningún caso realmente grave quedó sin atender debidamente. En eso estamos tranquilos.

-¿Lleva esto a pensar que quizá los medios actuales son escasos?

-Los medios están bien, lo único que hay que hacer es seguir aprendiendo de la labor diaria para ser más eficaces en la movilización y coordinación de los recursos.

-Este verano será de nuevo una prueba de fuego. Porque al contrario que el pasado año, en que los confinamientos perimetrales lastraron los desplazamientos por carretera, este está llamado a ser igual de intenso en lo turístico, pero más activo en el asfalto.

-Es lo que nos tememos. De momento, en lo que va de año no hemos notado un incremento de los desplazamientos; pero estamos seguros de que esa tónica comenzará a cambiar con la entrada de julio, y también durante el mes de agosto. Tendremos que estar especialmente preparados para todos los incidentes que se puedan ir dando estos meses y que se sumarán a los que ya conocemos del pasado año.

-Dice que la coordinación de los recursos es una cuestión de aprendizaje.

-Sí, porque además es que es una cuestión necesaria en un entorno tan cambiante. Por ejemplo, de unos años a esta parte la casuística de los incidentes también ha cambiado. Sólo si nos fijamos en lo climatológico, encontramos ejemplos.

-¿Se refiere a que hay más fenómenos extremos?

-Tradicionalmente las precipitaciones en Cantabria son intensas pero repartidas en varios días. En los últimos años hemos asistido a lluvias muy intensas, torrenciales, que se han concentrado en un solo día. Esto crea inundaciones, por ejemplo. Y lo mismo sucede con las olas de calor, para las que la gente no está aquí igual de preparada que en el sur. Todo esto lo tenemos en cuenta para readaptar el modo en que funcionamos.

-En ese sentido es crucial la labor educativa de la gente.

-Nos esforzamos mucho en repetir una y las veces que haga falta las recomendaciones básicas que hay que seguir cuando se sale a la naturaleza.

-¿Podemos insistir una vez más?

-Básicamente podemos resumir todas en cuatro claves que nos valen lo mismo para si salimos a la playa o a la montaña, o a donde sea. Lo primero, lo más importante, es tener prudencia. Atender a los avisos meteorológicos, a la previsión. Debemos llevar el material adecuado, me refiero a ropa y calzado adecuados. Porque ya conocemos lo que pasa en esta región cuando, por ejemplo, subes a Picos de Europa. Puedes empezar la ruta a las nueve de la mañana con un sol de justicia y en una hora cambia el viento y entra un día completamente invernal. Es importante llevar siempre agua, y batería en el móvil, para el caso de que suceda algo.

-Esto último es, precisamente, lo que todo el mundo necesita para pedir ayuda al 112.

-Pues mucha gente no cuenta con ello aún hoy en día.

-La aplicación 'My 112' se puso en marcha para agilizar esta comunicación.

-Pues sí, porque cuando sucede un accidente, muchas veces se pueden complicar tanto las cosas y estamos tan nerviosos cuando llamamos, que no nos explicamos bien. Lo que para nosotros, los profesionales, es un día normal de trabajo, para el que está con una pierna rota en el monte puede ser uno de los peores días de su vida. Así que recomendamos instalar esta aplicación, que es gratuita, y que activa directamente la ubicación para que quien está en apuros no tenga que perder el tiempo en explicar dónde está.

-La coordinación con el resto de organismos es crucial. Con la Policía, con la Guardia Civil...

-El mejor ejemplo es lo que hemos logrado con el teléfono 900 dedicado exclusivamente a resolver dudas sobre el covid. Al principio de la pandemia fue un caos porque las llamadas se multiplicaron exponencialmente al día por culpa de las dudas que llegaban del virus. Pero luego creamos ese teléfono sólo para las preguntas sanitarias, y fuimos resolviendo el problema. En este sentido nuestra coordinación con el Servicio Cántabro de Salud (SCS) y con el 061 ha sido estupenda. Hemos trabajado como si fuéramos un único organismo. Da igual a quién pertenezca, sea Sanidad, Interior... todos los recursos en un rescate deben coordinarse desde aquí. El 112 es, por decirlo de alguna manera, el cerebro de todo, y por eso es fundamental que esto funcione bien.

-¿Y funciona?

-A la perfección. El ejemplo es cómo trabajamos.

-El helicóptero depende de la Consejería de Interior, en vez del 112. ¿Esto puede entorpecer la operatividad?

-Para nada. Lo mismo nos da de quién dependa cualquier recurso a la hora de movilizarlo. La Policía Nacional y la Guardia Civil dependen del Ministerio de Interior y somos capaces de coordinarnos con todos a la perfección.

-¿Pero le gustaría que el helicóptero volviera a depender exclusivamente del Semca?

-No es una decisión que me corresponda tomar a mí.

-Todos en el 112 recuerdan febrero de 2019, cuando se constituyó el Organismo Autónomo Servicio de Emergencias de Cantabria (Semca).

-Fue una promesa electoral cumplida por el entonces responsable, Rafael de la Sierra, que luego continuó su sucesora, Paula Fernández. Básicamente de lo que se trata es de que el servicio de emergencias, el cuerpo de bomberos y el 112 se convirtieran en un servicio público bien dotado y que no pueda verse afectado por los vaivenes políticos. De manera que cuenta ya con una estructura sólida que no está a merced de la decisión del que manda en cada momento.

-Y el plan es incrementar la plantilla de funcionarios.

-Se irán convocando hasta cuarenta plazas en los próximos años para cubrir, sobre todo, en los parques donde más se necesita, que es en el de Villacarriedo y Tama, para cubrir bien muchos espacios rurales que están en riesgo de despoblación, pues esto entra dentro también de un plan estratégico mucho más amplio de la Consejería para frenar la fuga de población de estos entornos más rurales.

-La seguridad es un pilar básico también para eso.

-Está comprobado que lo que lleva a la gente a las ciudades es la abundancia de servicios. Pero es que hay que ser justos y un ciudadano cántabro no puede tener menos derechos o privilegios por el simple hecho de vivir en un sitio más apartado. Tiene que tener la misma posibilidad de que le salven la casa de un incendio que alguien en la urbe.

-O de que lo lleven en helicóptero al hospital en caso de emergencia.

-Por ejemplo, efectivamente. Por eso estamos trabajando intensamente.