
«Es temerario avergonzarse del fracaso»
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El escritor Alfonso J. Ussía Hornedo vive un momento dulce, fruto de «la satisfacción» de poder vivir de su gran pasión: la escritura. Hoy presenta en Santander su segundo libro, 'Vatio'Secciones
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LA CONVERSACIÓN ·
El escritor Alfonso J. Ussía Hornedo vive un momento dulce, fruto de «la satisfacción» de poder vivir de su gran pasión: la escritura. Hoy presenta en Santander su segundo libro, 'Vatio'Alfonso J. Ussía Hornedo tiene varias vidas en una. Su sueño siempre fue vivir de la escritura y lo ha alcanzado. Para ello, en su ... segundo libro, 'Vatio', que se presenta hoy en el Ateneo de Santander, a las 19.30 horas, se ha valido de la experiencia de una de esas vidas anteriores, la de la industria musical, a la que entró de la mano del recordado cantante y compositor Antonio Vega. Más templado y maduro, según reconoce, disfruta ahora en Comillas, su «oasis».
-En su nuevo libro, 'Vatio', cambia de registro y, según sus palabras, escribe «con algo más de colmillo» que el anterior. ¿A qué se refiere?
-A saber un poquito más sobre la forma de enfrentarte a un relato largo, estructurarlo y conseguir un buen ritmo, buenos personajes y, en definitiva, contar con más colmillo a la hora de escribir. También es cierto que nos vamos a un sitio donde la literatura es más pura, más cruda y, por supuesto, mucho más íntima.
- Llega un año después de su primera novela, 'Cuento del norte', escrita en Cantabria durante el confinamiento. Los críticos apuntan a cierta madurez entre uno y otro. ¿Lo cree usted así?
-Creo que en cada novela se alcanza un poco más de madurez a la hora de escribir. También el tema es mucho más propicio para tratarlo desde el fondo y desde la voz de un personaje algo más curtido y con mucho que descubrir. También creo que está mucho mejor escrito, sí.
-¿Dónde ha escrito 'Vatio'? ¿Ha echado de menos la experiencia de escribir en Comillas?
-'Vatio' lo he escrito en mi casa de Madrid, durante este año tan raro. La diferencia de hacerlo en Comillas o en Madrid es relativa. Lo hago todos los días y la inspiración siempre me pilla tecleando, que se dice. Pero si es verdad que la calma y la pausa son mucho más fáciles de encontrar en Comillas que en Madrid. Y he echado de menos poder pasar más tiempo este año en el norte, pero entre las restricciones, la tormenta Filomena y demás rarezas, he permanecido mucho más de lo que acostumbro en Madrid.
- La industria musical, los conciertos y la vida al filo son algunos de los ejes sobre los que vertebra 'Vatio'. ¿Es parte de su experiencia de la época vivida junto a Antonio Vega?
-Sí, 'Vatio' es un relato sobre mi propia vida, mi destete o pérdida de la inocencia en un mundo mucho más salvaje del que parecía desde fuera. Decidí poner seudónimos a algunas canciones y, en especial, a los dos protagonistas, principalmente para que un titular no ensombreciera el relato, el cual considero que es mucho más importante que saber sobre quién o qué versa la historia. También retrato la industria, las giras y ese lado más oculto de una época en la que los discos y giras se hacían de otra forma. Y los chanchullos que se cocían en cada despacho.
-Tuvo su propio sello discográfico. ¿La industria de la música puede llegar a ser autodestructiva?
-Soy un melómano empedernido y después de trabajar en EMI Music, quise montar un sello. Los discos fueron espectaculares, grabados con SSL y partes analógicas, eso sí, no sabía hacer la o con un canuto sobre temas como financiar giras, administrar empresas, etc... La música puede ser autodestructiva porque juntas a varios personajes con personalidades fuertes y arriesgadas. Con esta combinación, por lo general, la cosa se termina por desmadrar. Pero también creo que los que quedan, han cerrado un ciclo y cada vez se portan mejor, por un tema de supervivencia. Lo cierto es que hay bastante mandanga en los despachos, en los grupos y en la calle, en general, no sólo es un tema musical.
-La escritura ha sido siempre su sueño, pero ha tenido que trabajar duro hasta llegar a este momento, con una empresa quebrada por el camino. Usted no teme hablar de ello ni se avergüenza. ¿Ha notado lo mismo a su alrededor?
-Escribir era y es dónde siempre termino de forma natural, haga lo que haga. Lo que no ha sido fácil es poder comer de esto, exclusivamente. Ahora sí me lo puedo permitir y me provoca una satisfacción enorme. Por otro lado, aclarar que no he tenido una empresa quebrada, ¡he tenido dos! Después de la discográfica, tuve una empresa de contenido para escritores y periodistas, que también terminó desapareciendo. Sería temerario avergonzarme de eso. He aprendido muchísimo y he podido conocer gente de todo tipo que alimentan mi cabeza y mi memoria para que pueda sacar punta al lápiz. El escritor basa su obra según lo limpia o sucia que tiene la mirada y, sin duda alguna, prefiero que se ensucie, hay mucha más literatura allí.
-Sea su propio crítico. ¿Hay influencia de su abuelo y de su padre en su estilo de escribir?
-Influencia debe haber porque he leído todo lo que han escrito. Ojalá pudiera llegarle a la suela del zapato a cualquiera de los dos.
-¿A dónde iría a comer en Cantabria con el Marqués de Sotoancho (protagonista de la serie de libros de su padre)?
-El Marqués de Sotoancho estaría encantado en el Remedio (Ruiloba). Aunque como es un poco tiquismiquis, también le llevaría a cenar al Boga Boga (San Vicente), dónde es imposible equivocarse.
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