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La temperatura media del mar en la costa cántabra estaba ayer en los 19 grados, superior a lo que suele ser habitual por estas fechas, en que aún restan ocho días para que entre oficialmente el verano. «Es una anomalía que va a ir a ... más, previsiblemente, en las próximas semanas», advierte José Luis Arteche, delegado regional de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). La Organización Meteorológica Mundial (OMM)ha anunciado que se espera un incremento significativo de las temperaturas del océano Atlántico: «Podría ser de hasta cuatro grados, algo muy reseñable», matiza Arteche.
Es un efecto derivado de lo que los expertos están avanzando ya hace unos días sobre la llegada de un nuevo episodio del fenómeno climático de El Niño. «Es muy posible», afirman en la OMM, «que este verano se desarrolle con una intensidad alta». Esto significa un incremento de la temperatura de las aguas del Atlántico, un cambio en las dinámicas de las corrientes marinas;algo que acarrea una alteración de los ritmos atmosféricos y con ello la aparición de inestabilidad que derivará, como en ocasiones anteriores, en sequías, lluvias torrenciales, olas de calor y otros fenómenos extremos. Consulta el tiempo en Cantabria
En los registros de Aemet nunca se había visto el Atlántico Norte con una extensión tan grande de anomalías positivas en la temperatura superficial del agua y esto ha alertado a los expertos. «El fenómeno de El Niño llega cada cuatro o cinco años y esta vez parece bastante claro, según las previsiones, que va a tener una intensidad importante», avanza el delegado de Aemet en Cantabria. «Ylo que estamos viendo ya es que de aquí a una década, sus efectos se van a notar con mayor virulencia también en áreas geográficas como Europa, donde antes no llegaba. Y todo ello es como consecuencia del calentamiento global».
El incremento de la temperatura de las capas superficiales del mar podría afectar sobremanera a la pesca. «Ahora estamos en la costera del atún, y previsiblemente el pez va a descender a aguas más profundas y más frías, y esto va a obligar a los barcos a buscar más».
Inestabilidad, aguas más cálidas y en superficie calor, mucho calor. Es la previsión de Aemet para este verano. «Lo que tenemos muy claro, según avanzan los modelos, es que junio, julio y agosto van a venir más cálidos de lo que suele ser habitual», advierte Arteche, que esta mañana ofreció una rueda de prensa para anunciar la previsión estival y también para hacer balance de lo que ha sido la primavera. «Habrá que tener cuidado con la población más vulnerable a las olas de calor porque todo apunta a que van a llegar».
Lo que los modelos predictivos no tienen tan claro es cuán húmedo será este verano que entra el próximo miércoles, día 21. «No está nada claro», matiza Arteche. Pero si el avance de temperaturas apunta a que estarán por encima de la media, «superiores a esas máximas de 23 grados de media para la región», lo peor es que venga también seco.
Sobre todo porque la primavera ya ha sido suficientemente seca. Cantabria acumula hasta un déficit de lluvias de un 24%. «Ha llovido algo más en mayo, pero aún con todo existe una sequía más duradera que hace que los ríos y los acuíferos recuperen peor de lo que debería ser normal».
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