La temporada de verano obliga a desalojar a cerca de 200 ucranianos de los hoteles

De los 1.198 refugiados ucranianos que hay en Cantabria, Cruz Roja mantiene a 575 y son en torno a 200 los que se quedan sin alojamiento con el arranque del verano, ya que el resto residen en otro tipo de hospedajes o en hoteles que seguirán dándoles cama durante estos meses. «Es justo agradecer a la Universidad Europea del Atlántico la capacidad de acogida que ha manifestado y la capacidad de acuerdo que ha desarrollado con Cruz Roja, porque aquí el Gobierno lo único que ha hecho es buscar la interlocución e intermediación para llegar a una solución. Esa capacidad de acuerdo nos permite resolver una circunstancia compleja», expone el vicepresidente, Pablo Zuloaga. Si después de la temporada estival el conflicto continúa y sigue siendo necesario dar asilo a los ucranianos desplazados, la intención es que regresen a las ubicaciones donde han estado hasta ahora.

El 1 de julio llegarán 86 ucranianos a la residencia de Uneatlántico y, a partir del día 15, serán 187, con picos por encima de los 200 en algunos momentos del verano. «Nos llamaron un jueves desde el Gobierno y el viernes ya estábamos sentados la directora general de Cooperación al Desarrollo, Silvia Abascal, Sandra García, de Cruz Roja, y nosotros con el objetivo de dar respuesta a esta demanda. La cuestión no era si sí o si no, sino cómo íbamos a gestionar el sí, salimos al auxilio», apunta el rector de esta universidad, Rubén Calderón.

Como apunta, la residencia tiene que garantizar el dar cabida a los alumnos de nuevo ingreso y del mercado internacional, «pero es cierto que durante un mes o mes y medio tiene poca actividad, había que hacer un esfuerzo y acoger a los refugiados». Así, para el 1 de julio quedarán bastantes habitaciones libres aunque no será hasta mediados de mes cuando estén fuera la práctica totalidad de los estudiantes. Será a partir de ese momento y hasta septiembre cuando habrá mayor disponibilidad de habitaciones. A partir del 1 de septiembre ya empezarán a llegar estudiantes, sobre todo internacionales, que necesitarán las habitaciones.

Los ucranianos tendrán a su disposición pisos y apartamientos individuales y compartidos. Entre las habitaciones disponibles, las hay más básicas, con dos camas individuales y un baño, y otras de grandes dimensiones, con hasta cuatro habitaciones y cocina y salón propios. Además, los refugiados tendrán acceso a la lavandería, con lavadoras y secadoras, y a zonas comunes como las salas de ocio, donde podrán utilizar los televisores, sofás y futbolines, entre otros elementos.

El presidente de Cruz Roja Cantabria, Javier Fernández, agradece la ayuda recibida por parte del Gobierno y Uneatlántico. «Tenemos todos los esfuerzos y recursos puestos en esta crisis. El verano podrá salvarse gracias a esta colaboración y a estas fantásticas instalaciones y la guerra esperemos que termine pronto».