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Santander
Miércoles, 7 de febrero 2018
Los forenses y los médicos que atendieron al comerciante chino de Torrelavega que falleció tras recibir una paliza han señalado como causa fundamental de su muerte el traumatismo craneoencefálico que sufrió, y que causó un sangrado en el cerebro que impidió administrarle la medicación que necesitaba.
Hoy se ha celebrado en la Audiencia de Cantabria una nueva sesión del juicio, en la que han declarado un vecino del barrio que vio parte de la agresión al tendero chino desde la terraza de su casa, los médicos que lo atendieron en el Hospital de Valdecilla y los forenses que practicaron la autopsia.
En el banquillo se sientan tres jóvenes, dos chicos y una chica, acusados de propinar al comerciante la paliza tras la cual murió, para los que la Fiscalía pide 25 años de cárcel por asesinato.
A su llegada al hospital, el comerciante fue operado de urgencia por el sangrado cerebral que le había provocado un golpe en la cabeza, que ponía en riesgo su vida.
Se trataba de una persona que padecía un problema renal crónico y que estaba sometida a hemodiálisis, lo que, según han explicado los médicos, la hacía más proclive a cualquier tipo de complicación, a tener hemorragias o trombos, como así ocurrió.
El problema que se encontraron los facultativos es que no podían administrarle al tendero la medicación contra el trombo que se le causó por la hemorragia cerebral. «Estar encamado, sin moverse y sedado multiplica las posibilidades de trombos, y además no podía tener la medicación para ello por la hemorragia», ha dicho uno de los médicos.
Al final, murió por una embolia pulmonar (obstrucción de una vena o arteria por un coágulo) porque no se le pudo dar esa medicación y, según los doctores, la hemorragia cerebral pudo ser «lo que más peso» para desencadenar el fallecimiento, porque impidió ese tratamiento.
Los forenses, por su parte, han señalado que la causa básica de la muerte del comerciante fue un traumatismo craneoencefálico grave que sufrió por los golpes.
Pero han comentado que la patología previa que tenía el comerciante chino hizo que surgieran muchas complicaciones que contribuyeron a la muerte.
De hecho, han apuntado que, en este caso, «parece» que el hombre se recuperó en cierta medida de la operación a la que le sometieron nada más llegar al hospital por el golpe en la cabeza, y que el fallecimiento se precipitó por las complicaciones de otras patologías.
Sin embargo, los médicos que lo operaron han considerado que habría que haber esperado más tiempo para comprobar el resultado real de esa intervención, algo a lo que no hubo opción ya que el paciente murió a los seis días.
Con todo, sí han opinado que el escáner tras la operación fue «francamente mejor» que al ingreso del hombre.
Los forenses también han comentado que las personas con hemodiálisis, como era este caso, tienen complicaciones hemorrágicas y por trombos y un mayor riesgo de contraer infecciones.
Además, han dicho que en la autopsia no se pudo concretar cómo se produjo el traumatismo craneoencefálico el fallecido, que presentaba contusiones y pequeñas lesiones, como de rozaduras, pero no señales de haber luchado o de haberse defendido.
Sin embargo, sí han admitido como una posibilidad, tras preguntarlo uno de los letrados de la defensa, que el traumatismo que causó la muerte podría haberse producido por un golpe tras caer al suelo, si la persona no amortigua o se protege de la caída con las manos.
Hoy también ha declarado como testigo un vecino de La Inmobiliaria que había sido citado ayer y que no compareció, cuyo piso está enfrente del bazar chino.
Según ha contado este vecino, el día de los hechos había salido a fumar un cigarro a la terraza, al otro lado de la calle, a unos 25 metros frente al establecimiento, y vio parte de lo sucedido.
Cuando estaba en la terraza este vecino oyó alboroto y unos gritos enfrente y vio salir del bazar primero a la chica, que decía «vámonos, vámonos» y después a los dos chicos.
Este testigo ha añadido que oyó también ruidos como de algo que caía, como si fueran botellas, pero ha asegurado que fue todo muy rápido.
Este hombre ha insistido en que no recuerda todo con exactitud porque han pasado algo más de dos años desde el día de los hechos, y ha apoyado lo que declaró en comisaría días después del suceso.
Le han mostrado la declaración que hizo y que firmó entonces, en la que aseguró que en la puerta del establecimiento vio a uno de los chicos que sujetaba al otro, y lo ha ratificado. «Esa primera declaración en la Policía es lo más reciente a los hechos. Si lo dije entonces me mantengo en ello», ha señalado.
También ha manifestado que, tras salir del bazar, los jóvenes se fueron juntos andando y después salieron del local el comerciante fallecido y su esposa.
Y ha dicho que no vio a nadie en la puerta del establecimiento, aunque sí gente que pasaba por ahí.
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