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Puede que Pedro Casares y Emilio del Valle protagonizaran el momento de mayor tensión. Fue a costa de ETA. Pero ellos dos, candidatos de PSOE y Vox, también fueron protagonistas de los momentos de mayor afecto. El saludo al despedirse entre dos compañeros de trabajo ... durante cuatro años en el Congreso -separados por un océano ideológico- y hasta la complicidad al discutir en pleno debate.
-No me interrumpas (Del Valle a Casares).
-Pero si no he hablado.
-Que te conozco.
Y todo eso, seguido de una sonrisa por ambas partes.
Fue un ejemplo del tono en un debate de nivel. Tenso por momentos, en altura, caliente. Con 'chicha' y mucho mensaje. Pero sin perder las formas. Con la actitud que toca y -todo hay que decirlo- con buen nivel por parte de los cuatro. Y con un buen puñado de anécdotas.
La primera en llegar fue Carmen Martín (Sumar). Sin esconderse: «No he dormido». Los nervios de alguien sin reparo a decir que era su primera vez y que no estaba «acostumbrada». Luego, Félix de las Cuevas (PP). Como decía García hubo 'saludos cordiales'. También cuando llegaron Del Valle y Casares. Y lo mismo entre la gente de sus equipos. El día era importante. Más allá de los profesionales de la comunicación que asesoran a los candidatos, rostros muy presentes en las últimas elecciones (Mónica Rodero encabezó la lista autonómica de IU/Podemos y Esther Bolado, aspirante al Senado, fue la candidata del PSOE a la Alcaldía de Camargo). Y hasta esos apoyos que nunca fallan. «Yo soy la que mejor le conoce y le haré señas», bromeaba la mujer de Del Valle. Apoyo de casa.
Eso de los nervios lógicos quedó claro en el catering que tenían disponible. Entre los candidatos, ni un café. Solo agua y zumo. Por si acaso. Y mientras el resto de los mortales hablan del tiempo, ellos conversaron de manera informal sobre agendas. «Yo he estado ayer aquí», «yo tengo hoy que ir allí...». Eso, o la charla con los periodistas de El Diario Montañés que siguen la campaña. «¿Cómo lo ves? ¿Manejáis alguna encuesta interna?» (nunca es mal momento para tratar de sacar algún dato 'extra').
Tras el maquillaje, las pruebas de sonido y la distribución de acompañantes por el plató (en principio, uno por candidato, aunque finalmente se acomodó a dos), las instrucciones... La periodista Pilar González explicó el funcionamiento previsto. Ninguna duda. Solo quedaba la foto de los cuatro antes de empezar. Ahí lo llamativo fue el contraste entre la chaqueta 'rosa-Sumar' de Martín y el oscuro de los trajes de sus oponentes políticos.
«Buenas tardes, quedan cuatro días para que los ciudadanos pasen por las urnas». Al lío durante algo más de una hora. Y sin perder tiempo para entrar al trapo a los asuntos 'gordos'. Como si esta cita -El Diario organizó el único debate de los candidatos cántabros- estuviera marcada en rojo para escalar un peldaño, para subir el nivel de cara a la recta final de la campaña.
«Que eres todavía muy nuevo en esto», le soltó Del Valle a De las Cuevas. «Vaya capitán, que no ha hecho ni la mili», ironizó Martín sobre Santiago Abascal. Pullitas. Los candidatos de PP y PSOE protagonizaron un choque de carteles. Mirándose de frente, cada uno con un gráfico en la mano. Y la aspirante al Congreso de Sumar buscando el hueco para intervenir entre los mensajes del bipartidismo.
Y así, hasta el minuto de oro. Más o menos aprendido de casa. Unos mirando más a cámara y otros, al papel. En general, bien. Notable para los cuatro alumnos en la clase de debate.
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