Teresa Ribera califica de «provechosa» su cita con Revilla para hablar de lobos

Muy preocupada por el cariz que han tomado los acontecimientos tras su anuncio de incluir al lobo ibérico dentro del Listado de Especies en Régimen de Protección Especial (Lespre) -decisión que ha originado una auténtica revuelta en el campo y la negación de las cuatro comunidades autónomas más afectadas (Cantabria, Galicia, Asturias y Castilla y León), dispuestas a llevar el asunto a los tribunales- la ministra telefoneó el viernes al presidente cántabro pidiéndole una pronta cita.

«La dije que el sábado no podía, que si podía ser el domingo», explicó ayer Revilla preguntado por este encuentro con Ribera. «Quedamos a la una y media en Peña Herbosa, dimos un paseo por Santander y luego almorzamos en una terraza».

Según precisaron al respecto fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica consultadas por este periódico, la vicepresidenta del Gobierno central, que tildó su reunión con Revilla como «positiva» y «provechosa», ofreció al presidente cántabro «colaborar y participar junto con el resto de comunidades autónomas con experiencia en la gestión del lobo en la elaboración de la estrategia nacional en la que se está trabajando y buscar puntos de encuentro hasta contar con los nuevos planes de gestión de la especie».

Además, añadieron estas mismas fuentes, «Ribera le transmitió a Revilla que la sociedad y la ciencia demandan un nuevo enfoque» del problema del lobo y que, para ello, «es necesario alcanzar el consenso».

Eso fue todo del lado de la ministra, cuya visita a Santander fue interpretada algo así como un alto el fuego por el presidente, que, por supuesto, no dejó que se fuera sin exponer él su punto de vista al respecto.

«Yo la he trasladado la postura ya conocida de Cantabria, tanto de su Gobierno como de su Parlamento; la he dicho que aquí somos defensores de la supervivencia del lobo ibérico, que en la gestión de esta especie somos, creo, un modelo a imitar en España y que queremos que ese modelo se respete».

Es ahí, reconoce el presidente, cuando surgen las discrepancias, «aunque ella se ha ofrecido a estudiar algún tipo de alternativa que pueda hacer conciliar nuestra posición con las presiones que está sufriendo de determinados sectores ecologistas». Porque, según Revilla, a Ribera «la están presionando».

Una alternativa aún por concretar que, a juicio del presidente cántabro, pasa porque las comunidades autónomas más afectadas por el problema del lobo «seamos capaces de llevar a la ministra Teresa Ribera al convencimiento de que el plan de gestión del lobo con el que estamos trabajando nosotros es una figura no solo que se tiene que respetar sino que, además, puede servir de modelo».