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Ambiente de 'tardeo' en el santanderino Río de la Pila en las mesas y sillas colocadas en la calle. Celedonio
«Terrazas efímeras» para salvar la hostelería

«Terrazas efímeras» para salvar la hostelería

Santander autoriza a bares y pubes del Río de la Pila y del pasadizo de Zorrilla a sacar mesas y sillas a la calle cerrada al tráfico, de viernes a domingo, entre la una de la tarde y las nueve de la noche

Mariana Cores

Santander

Domingo, 22 de noviembre 2020, 07:36

«Esto es vital. Sin estas terrazas no podríamos sobrevivir». Nacho Giner es uno de los propietarios del bar 'Mala Vida', situado en la popular y festiva calle santanderina del Río de la Pila. Sus dos frases sirven perfectamente para reflejar el sentir de los dueños de todos los bares de esta zona, así como los del pasadizo de Zorrilla. Diez en total. Ahogados por el covid y atrapados por las restricciones impuestas por las autoridades para frenar la epidemia, buscan alternativas, ideas para «poder sobrevivir», repite Giner. Ahora, han encontrado el apoyo del Ayuntamiento de la ciudad que, gracias a un acuerdo con la Asociación Cántabra de Hostelería, ha permitido que los negocios del Río de la Pila y del pasadizo de Zorrilla saquen mesas y sillas a la calle. La medida es sólo para los viernes, sábados y domingos. De una de la tarde a nueve de la noche, en ambas vías se corta el tráfico y los bares salen a la calle.

El objetivo no es otro que dar vida a estos negocios, la mayoría de ellos dedicados al ocio nocturno. «Son terrazas efímeras. Es una experiencia piloto, que confiemos, funcione bien. Si la cosa no se complica, cuentan con este permiso especial durante cuatro fines de semana. Esperemos que la situación mejore y que ya en diciembre puedan volver a acoger a sus clientes en el interior», explica a este periódico Miriam Díaz, concejala de Turismo y Comercio del Ayuntamiento de Santander.

Por el momento, esta medida solo afecta a estas dos vías, «pero estudiaremos los casos que nos propongan», afirma Díaz. «No en todas las calles se puede cortar el tráfico», apunta. «También hay que tener en cuenta a los vecinos. No se puede prohibir el paso a vehículos en calles muy transitadas o con garajes o que la medida suponga tener que quitar muchas plazas de aparcamiento».

Los bares podrán instalar sus terrazas de viernes a domingo, durante cuatro semanas

Como paso previo, «entregamos a Salud Pública (Gobierno de Cantabria) cada solicitud para contar con su visto bueno. También es muy importante que tanto los hosteleros como los clientes entiendan que hay que ser muy responsables. Que nadie puede estar de pie, que las mesas no pueden ser ocupadas por más de cuatro personas y que no vale, por ejemplo, juntar dos mesas. Sé que es un fastidio, pero nos estamos jugando la salud y la economía de estos empresarios», insiste la concejala.

Pasada la una de tarde de ayer, el pasadizo de Zorrilla fue cogiendo ambiente. La hora del vermú animó a los clientes a acercarse hasta 'Lo que diga la rubia' y a 'La Lupe', ambos dedicados al ocio nocturno, principalmente.

Borja Banderas, camarero de 'Lo que diga la rubia', explica que «hacía meses que habíamos solicitado esta terraza. Hasta ahora, nuestro negocio se centraba en las copas de la noche, así que imagínate la perspectiva. Esto es un balón de oxígeno. Poco a poco lo vamos acondicionado mejor. Hemos puesto dos sombrillas y pondremos alguna más para que la gente ese resguarda, además de calefactores».

Terrazas instaladas en el pasadizo de Zorrilla, a la hora del aperitivo. Celedonio

Su vecina de 'La Lupe', Belén Cañas, también estaba aliviada por la medida. «Era algo que llevábamos esperando hace tiempo». Unos de sus clientes, Óscar Pérez, interviene para dejar claro que «¡me parece estupendo! Pero siempre que no nos relajemos y se tomen las medidas de seguridad adecuadas. Lo contrario supondrá un palo empresarial y para nuestra salud».

De manera similar se expresa Serezade Cabestrero:«Es una gran oportunidad para los bares que no tienen terraza, y para nosotros, para tener más sitios seguros donde reunirnos. Porque es muy importante mantener las distancias y aquí sí se respetan».

En el Río de la Pila, el ambiente se caldea a partir de las 18.00 horas. «Con el 'tardeo'», explica Nacho Giner. Pero la idea es que «los clientes se acostumbren también a venir a tomar el aperitivo o algo de picar», añaden Víctor García y Federico M. Frischy, del 'Bull' y el 'Covers'. «Cada uno disponemos de tres mesas y hay uno con dos, pero nos vamos rotando. Para la comida, también nos apoyamos. Aunque tenemos cosas de picar, si algún cliente quiere algo más elaborado, se lo encargamos al restaurante 'Kaneda', que también está en esta calle».

A pesar de que en las mesas no pueden sentarse más de cuatro personas, los clientes agradecieron la seguridad

Lara Rodríguez disfruta de un refresco con su marido y sus dos niños pequeños,. «Es estupendo. Aquí se puede estar muy bien, sin agobios y con los niños, sin ningún peligro». Para Ángela Prellezo «es una liberación no estar con tanta gente cerca, como pasa en otras plazas. Siempre atenta a que los de al lado no se te echen encima. El ambiente es tan bueno como siempre ha sido en el Río, pero de manera más tranquila a la habitual».

La seguridad fue el denominador común en el Río y en el pasadizo, con clientes agradecidos de poder poder tomar una cerveza o una copa «sin agobios. Y para qué hablar de cuando te invitan a algunas casas... Es muy incomodo tener que estar pendiente de estas cosas a estas alturas. Por eso, yo creo que esta idea va a triunfar y se va a mantener», asevera María Jiménez.

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