«Hay terrazas que no podremos atender en verano por falta de personal», advierten los hosteleros

Su «tabla de salvación» en forma de alivio puede llegar pronto. «La Asociación de Hostelería a nivel nacional está gestionando con el Ministerio de Trabajo que, a través de un certificado de arraigo por formación, muchas de las personas interesadas en buscar empleo en nuestros locales puedan regularizar sus papeles», explica Bedia. «Es una faena no poder trabajar todo lo que nos gustaría. Y esto se extiende a todo el sector».

La misma sensación tiene Isabel Fombellida, del Hotel Infantado, en Ojedo. «Vamos muy justos, fatal, como siempre. Tenemos dos comedores y una terraza en nuestro restaurante, pero no llegamos a todo». Y en los puestos relacionados con el hotel, más de lo mismo. «Necesito recepcionista para que también pueda librar nuestra compañera», añade.

La estampa es similar en el Hotel Astuy, en Isla. «El tema del personal es nuestra preocupación constante. Hasta tal punto, que podríamos trabajar más en caso de tener más mano de obra», cuenta Emérito Astuy, al frente del negocio. «No exagero cuando digo que tendremos terrazas y comedores sin atender. Al fin y al cabo, el verano es muy corto y nosotros lo queremos aprovechar al máximo. El problema cada vez es mayor», lamenta.

Algo más optimista se muestra Eneko Valle, presidente de la Asociación de Empresarios de Campings de Cantabria, aunque reconoce que cuesta mucho cubrir todos los puestos. «A estas alturas hemos conseguido, más o menos, completar todo, pero no ha sido tarea fácil», añade. «No dejan de ser trabajos arduos, como el de mantenimiento o limpieza. Y no es una cuestión de hoy para mañana, lleva su tiempo».

Lo que es «seguro» es que las cosas van a «muy buen ritmo», cuenta Bedia, representante de los hosteleros. El mejor termómetro para el sector han sido las vacaciones de Semana Santa y el puente de mayo, que concluyeron con éxito. «Si el tiempo nos respeta, no cabe ninguna duda de que el verano pinta muy bien. E igual rozamos el lleno». Según Bedia, en la zona de Ribamontán al Mar ya están en torno al 80% entre julio y agosto. En Santander superan el 50% de ocupación y en Isla están en un 65%. Algo más bajas son las cifras en la zona occidental, pero igualmente superan el 50%. «Auguro un gran verano», concluye.

Desde el Gobierno de Cantabria apuntan a una campaña que durará de junio a septiembre, e incluso octubre. «Las previsiones son muy buenas y la región vivirá una gran temporada turística, siguiendo con los buenos resultados de 2022, año que se cerró rozando el récord», explica el consejero de Turismo en funciones, Javier López Marcano. A su juicio, la tendencia de estos primeros meses confirma el buen ritmo y «todo apunta a que Cantabria será de nuevo un destino de moda este verano».

Es precisamente la desestacionalización del turismo el objetivo que persiguen los hosteleros. Y esperan que se llegue a consolidar. Algo que tiene que ir de la mano del buen tiempo. «Si el sol nos acompaña conseguiremos alargar la temporada hasta finales de septiembre. Esa es nuestra esperanza», comenta Jesús Blanco, presidente de la Asociación de Turismo Rural, quien prefiere ser prudente por el momento. «No quiero precipitarme. Me imagino que funcionarán bien las cosas porque hay bastante movimiento, pero tampoco creo que lleguemos a las cifras del año pasado. Veremos, aún es pronto».